La Polonia de Eduviges es una potencia flexible con puntos fuertes tanto en lo militar como en lo religioso. No te asientes demasiado cerca de sus ciudades, porque puede robarte casillas de frontera por medio de su Fuerte o su Campamento Bombardeo cultural.

Polonia es una civilización polifacética con una fuerte capacidad militar que puede reutilizarse para otros fines. Uno de sus espacios de política militar se convierte en un espacio comodín, por lo que puede reclutar a un Gran profeta y fundar una religión antes que otras civilizaciones. Además, crear Fuertes y Campamentos le permite obtener casillas gratis gracias a su habilidad Bombardeo cultural. Y con Eduviges al mando, las ciudades a las que arrebate casillas también se convertirán a su religión. Así que incluso cuando Eduviges se concentra en su faceta militar, por ejemplo, eligiendo gobiernos con espacios militares y fortificando su frontera, Polonia siempre será muy fuerte en lo religioso y lo económico.

En la Polonia de finales del siglo XIV, lo único que se esperaba de la tercera hija del rey era asegurar el futuro del país mediante una alianza matrimonial. Aun así, en su breve vida, la devota Eduviges reinaría sobre toda Polonia y, gracias a su astucia y altruismo, intentó unir a las distintas gentes a través de una misma fe.

Hija de Isabel de Bosnia y Luis I, rey de Hungría y Polonia, Eduviges nació en 1373. Criada en las residencias reales de Buda y Visegrado, Eduviges hablaba cinco idiomas, era culta y devota hasta la exasperación. Para poner fin a la crisis de sucesión tras la muerte de Luis en 1382, Isabel envió a la joven Eduviges a Cracovia. Querida por el pueblo polaco por su gentileza, y con el apoyo de la Iglesia católica por su fe y de la terca nobleza polaca por su afabilidad, la princesa de 11 años fue coronada monarca de la Gran Polonia en 1384.

La nueva monarca tuvo que reinar en una época peligrosa. Algunos descendientes de Casimiro seguían defendiendo su derecho a ocupar el trono, Polonia vivía bajo la amenaza de los estados germánicos, los gobernantes de Moscovia y las posibles invasiones de los mongoles y los tártaros. Para forjar alianzas y salvaguardar el futuro de Polonia, Eduviges aceptó contraer matrimonio con Jogaila, gran duque de Lituania, siempre y cuando este y sus súbditos abandonasen el paganismo y se convirtiesen al catolicismo.

En 1386, Eduviges se casó con el recién bautizado Jogaila, que rápidamente adoptó el nombre de Vladislao II Jagellón para hacer su gobierno más aceptable para los patriotas polacos. Vladislao fue coronado apresuradamente rey iure uxoris (del latín, "por derecho de su mujer"), dos días antes de que la Orden del Hospital de Santa María de Jerusalén (o, para abreviar, los caballeros teutónicos) invadiese Lituania y reclamase las tierras que había perdido Casimiro.

La joven reina tuvo un papel decisivo en la transformación de las costumbres paganas de Lituania. Celebró una serie de reuniones con los "príncipes de la Iglesia" en relación con la conversión y adoctrinamiento de los lituanos en su nueva fe. Vladislao fue una pieza esencial; se dice que llegó incluso a cortar árboles de los bosques "sagrados" de su tierra con sus propias manos. Eduviges patrocinó una beca anual para que veinte lituanos estudiaran en la Universidad Carolina de Praga y pudieran regresar para fortalecer la fe en su tierra natal. Y creó un obispado en Vilna, ese hervidero de pecados.

Eduviges y Vladislao formaron un tándem de cogobernantes sorprendentemente eficaz. Uno de los actos de Eduviges fue ir en misión diplomática a reunirse con el gran maestre de la orden teutónica, al que la devoción de la mujer supuestamente hizo avergonzarse tanto por su avaricia y sed de sangre que la orden cesó los pillajes. También reconcilió a Vladislao con su primo Vitautas, que trataba de apoderarse del trono de Lituania. En 1387, dirigió dos expediciones militares para recuperar las tierras de Rutenia que había tomado Hungría. Aunque no hubo muchos combates, los esfuerzos de Eduviges se coronaron con la devolución de la provincia a Polonia y con Petru I de Moldavia rindiendo vasallaje a los monarcas polacos.

De gustos más refinados que los de la mayor parte de sus súbditos, Eduviges también trató de acercarlos a intereses más elevados. Fue mecenas de muchos pintores y escritores polacos. Entre sus contribuciones más notables a la cultura de Polonia se encuentra la restauración de la academia de Cracovia; también donó gran parte de sus joyas personales a la escuela, lo que permitió matricular a estudiantes de astronomía, derecho y teología. Eduviges también abogó por una comprensión más amplia de la fe y ordenó traducir la Biblia del latín al polaco.

El reinado de Eduviges fue breve. En 1399 dio a luz por primera vez, pero madre e hija fallecieron un mes después del parto por las complicaciones del mismo. Aunque Eduviges solo vivió 25 años, reinó durante la mitad de su vida y al estrechar los lazos con Lituania aseguró el futuro de ambas naciones. Su marido Vladislao siguió gobernando Polonia y Lituania otros 35 años.

Apenas Eduviges estaba en su sarcófago de la catedral de Wawel, sus súbditos ya empezaron a venerarla. Las historias de su santidad y de sus milagros corrieron por todo el país. En una, le habló la figura de Cristo de un crucifijo negro al que le rezaba. En otra, le dio a un pobre albañil una joya que llevaba en el pie; cuando se fue, su huella quedó marcada en el suelo de yeso endurecido. En otra más, el hijo de un calderero se ahogó mientras Eduviges participaba cerca de allí en una procesión del Corpus, y dicen que la mujer cubrió al muchacho con su manto y este resucitó. Gracias a estos tres supuestos milagros, fue canonizada por la Iglesia católica en 1997.