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Rusia

Sumeria

Tierra Cri

Vietnam

Zululandia

Líderes

Polonia
Habilidad exclusiva

Libertad dorada

Bombardea culturalmente las casillas adyacentes al completar un Campamento o un Fuerte en territorio amistoso. Un espacio de política militar en el gobierno actual se convierte en un espacio comodín.

Contexto histórico
La principal característica topográfica de Polonia es la vasta llanura situada entre el mar Báltico al norte y las montañas de los Cárpatos al sur. Por desgracia para Polonia, la llanura ha sido la puerta de entrada de las invasiones europeas desde el oeste y las asiáticas desde el este. Polonia también ha tenido el inconveniente de encontrarse entre Alemania y Rusia, que (durante más de mil años) han codiciado sus recursos y sus fértiles tierras. A pesar de esto, Polonia supo defender sus intereses y hubo una época en la que imponía su superioridad a otras naciones.

Según el relato, semilegendario, Miecislao gobernaba la tribu de los polanos, situada en el asentamiento fortificado de Gniezno y forjó lazos estrechos con la tribu de los vistulanos de Cracovia. Cuando los magiares amenazaron a los vistulanos, Miecislao unió a estos con los polanos y fundó la dinastía Piast. Convencido de sus beneficios por los misioneros católicos romanos de Bohemia, al sur, Miecislao se convirtió al cristianismo y fue bautizado en el 966. Pese a ciertos debates, la mayor parte de eruditos consideran este año la fecha de inicio de Polonia.

Una serie de sucesores de Miecislao convirtieron lentamente a los polanos paganos al cristianismo, crearon una dinastía sólida e integraron Polonia en la amplia cultura europea. Su hijo Boleslao estableció una organización eclesiástica puramente polaco-católica y su autoridad seglar se vio reconocida por el emperador del Sacro Imperio germánico. Esto llevó a la coronación de Boleslao en el año 1025 y lo convirtió en el primer "rey de Polonia".

Polonia pronto se extendería desde el Báltico hasta los Cárpatos, estableciendo a grandes trazos sus fronteras históricas en 1100. No obstante, tras la muerte de Boleslao III en 1138, llegaron los problemas a este reino con un siglo de antigüedad. Sin ninguna tradición de primogenitura, Polonia se vio dividida entre los diversos hijos de Boleslao. La fragmentación resultante llevó a un conflicto interno y a presiones externas durante los siglos siguientes.

Vladislao, un duque menor del linaje de los Piast, se pasó la vida reunificando el reino y se convirtió en el rey Vladislao I. En defensa de Polonia, el rey Vladislao I llevó a cabo cruzadas contra los paganos lituanos y mongoles, además de declarar la guerra a los codiciosos Caballeros Teutones para expulsarlos. Tras su muerte, fue sucedido por su hábil hijo, que comenzó su reinado como Casimiro III y lo finalizó como Casimiro el Grande. El nuevo rey no solo aseguró lo que había ganado su padre mediante una diplomacia astuta y guerras breves y triunfales, sino que además consiguió convertir Polonia en un centro del comercio, del saber y de la cultura. Duplicó el tamaño del reino, reorganizó la economía y el sistema legal de la nación e impulsó la fundación de la primera universidad polaca. Bajo el gobierno liberal de Casimiro, Polonia se convirtió en un refugio para los desahuciados y perseguidos; los alemanes se asentaron en las ciudades, los refugiados armenios y eslavos en las tierras bajas rurales y miles de judíos por todo el país. No obstante, Casimiro el Grande murió en 1370 sin herederos varones y fue el último rey de la dinastía Piast.

Casimiro había nombrado sucesor a su sobrino Luis I de Hungría, donde pasaría gran parte de su vida. Tras su muerte en 1382, los nobles polacos eligieron a su hija menor Eduviges para ocupar el trono. Su matrimonio con Jogaila, gran duque de Lituania, hizo que este también ocupara el trono polaco, no sin antes convertirse al catolicismo y adoptar el nombre Vladislao II. Juntos reinaron hasta el fallecimiento de Eduviges en 1399.

Vladislao II acudió en ayuda de los lituanos, que estaban atrapados en una guerra encarnizada con los Caballeros Teutones, con lo que los polacos entraron en el conflicto en 1401. En julio de 1410, en Grünwald, tras una de las batallas más feroces de la Edad Media, la fuerza combinada lituano-polaca obtuvo una victoria abrumadora sobre la Orden Teutona y la mayor parte de sus líderes murieron o fueron capturados.

Los monarcas Jagellones dedicarían las décadas siguientes a combatir, casi siempre con éxito, a sus codiciosos vecinos: los resurgidos Caballeros Teutones, el Ducado de Prusia, los reinos de Bohemia y Hungría, el Gran Ducado de Moscú y, al sur, los turcos otomanos y los tártaros de Crimea. Estos últimos, persistentes, realizaron 75 incursiones entre 1474 y 1569. En general, los reyes polacos fueron capaces de mantener sus fronteras y su influencia durante toda la dinastía.

Más importantes y duraderos que los triunfos en el campo de batalla fueron los avances sociales y científicos durante el reinado de los Jagellones. En el año 1505, la ley de Nihil Novi transfirió todo el poder legislativo del monarca al Sejm, un parlamento compuesto por la nobleza polaca, lo que supuso un paso de gigante hacia la democracia. Los movimientos de la Reforma protestante, especialmente el encabezado por Jan Hus de Bohemia, hicieron mella en el catolicismo polaco y conllevaron el establecimiento de leyes que promulgaban la tolerancia religiosa. Los ideales del Renacimiento apremiaron a los reyes Jagellones Segismundo I y Segismundo II a fomentar las artes y la cultura polacas. En 1543, el astrónomo polaco Nicolás Copérnico publicaría su histórico tratado en el que confirmaba el modelo heliocéntrico del sistema solar.

Espoleado por un nacionalismo al alza, los preceptos "democráticos" y ciertas preocupaciones por las intenciones foráneas, en junio de 1569 el Sejm aprobó una ley para crear la Mancomunidad de Polonia-Lituania, un estado federal unido con un monarca electo pero gobernado principalmente por la nobleza a través de asambleas locales y un parlamento central. Segismundo II, que al morir sin descendencia fue el último monarca de la dinastía Jagellón, aceptó y firmó la ley. Aunque se le debe reconocer el mérito de haber logrado un periodo de estabilidad y prosperidad y haber extendido la cultura occidental a zonas como Ucrania y la Rusia occidental, la mancomunidad también se enzarzó repetidamente en conflictos con Rusia, Suecia, los otomanos, los cosacos y otros pueblos vecinos.

La factura que pasaron estas guerras, especialmente la participación de Polonia-Lituania en la Gran Guerra del Norte, junto con una sucesión de débiles reyes electos, dejó a la nación con la urgente necesidad de llevar a cabo reformas políticas internas. A mediados del siglo XVIII, el Sejm introdujo reformas comerciales, militares, sociales y educativas, entre ellas la creación del Comité de Educación Nacional en 1773, el primer sistema educativo financiado por el estado en Europa, para que el pueblo llano pudiese leer las sagradas escrituras. Poco después, los campesinos polacos empezaron a exigir otros derechos y más democracia.

En esta época, la Biblia ya no era la lectura más común entre los polacos. La cultura floreció en los siglos anteriores durante el reinado de monarcas sofisticados. Autores como Krasicki y Jan Polocki, entre otros, escribieron grandes obras de la literatura y la poesía. Aunque la cultura polaca tenía grandes influencias germanas, eslavas, latinas y bizantinas, la arquitectura, el arte y la danza adquirieron un carácter propio. La música polaca, con un timbre, un tono y un tempo cautivadores, destacó por encima del resto de artes. Posteriormente, célebres compositores polacos, como Chopin, se inspiraron en las obras de Mielczewski, Oginski y Szymanowska.

La economía polaca cada vez era más próspera debido a las exportaciones agrícolas. La mancomunidad era el mayor productor de cereales de Europa. Con los avances agrícolas, Polonia se convirtió en uno de los principales exportadores de fruta, especias, arenque, telas, madera, cerveza y vino. Todos estos productos se transportaban por los ríos Vístula, Bug y Niemen hasta los puertos bálticos, como el de Gdansk, y desde ahí eran enviados a Flandes y los Países Bajos. Las rutas comerciales terrestres recorrían grandes áreas del Sacro Imperio romano. El Sejm había instaurado el esloti como moneda nacional en 1496 y se estandarizó como parte de las reformas financieras llevadas a cabo por Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia, precisamente cuando la mancomunidad iba a desaparecer.

Como el gasto público destinado a estas reformas había vaciado las arcas del estado, afectando a su vez al ejército, y los nobles no querían arriesgar sus vidas y sus fortunas, los países vecinos a Polonia vieron una oportunidad para intervenir. En 1772 se dio la Primera Partición cuando Rusia, Austria y Prusia ocuparon partes del país. Tras la breve guerra ruso-polaca, Prusia y Rusia realizaron la Segunda Partición en 1793, que privó a Polonia de tanto territorio que no podía sostenerse económica o militarmente por sí misma. En 1795, la Tercera Partición a manos de Austria, Rusia y Prusia cedió las últimas posesiones de la nación a estas mismas potencias, y la Polonia independiente dejó de existir.

Doce años después de la última partición, Napoleón creó el Gran Ducado de Varsovia como un estado satélite del Imperio francés. Tras la derrota de Bonaparte, el territorio cayó de nuevo en manos de Prusia, Austria y Rusia. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Polonia volvió a ser una nación independiente, pero para conservar su libertad tuvo que librar una guerra de dos años contra la Unión Soviética. En septiembre de 1939, tanto la Alemania nazi como la Rusia soviética invadieron Polonia. Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió la República Popular de Polonia bajo el comunismo del Telón de Acero. En la década de 1990, Polonia fue uno de los primeros países en "levantar el telón" para poner fin a la influencia soviética.
PortraitSquare
icon_civilization_poland

Rasgos

Líderes
icon_leader_default
Eduviges
Unidades especiales
icon_civilization_unknown
Húsar alado
Infraestructura especial
icon_building_sukiennice
Sukiennice

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa
Tamaño
Sobre 312 600 kilómetros cuadrados
Población
38,5 millones (est. 2016)
Capital
Varias (Plock, Poznan, Cracovia, Varsovia)
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Líderes
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Unidades especiales
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Húsar alado
Infraestructura especial
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Sukiennice

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa
Tamaño
Sobre 312 600 kilómetros cuadrados
Población
38,5 millones (est. 2016)
Capital
Varias (Plock, Poznan, Cracovia, Varsovia)
Habilidad exclusiva

Libertad dorada

Bombardea culturalmente las casillas adyacentes al completar un Campamento o un Fuerte en territorio amistoso. Un espacio de política militar en el gobierno actual se convierte en un espacio comodín.

Contexto histórico
La principal característica topográfica de Polonia es la vasta llanura situada entre el mar Báltico al norte y las montañas de los Cárpatos al sur. Por desgracia para Polonia, la llanura ha sido la puerta de entrada de las invasiones europeas desde el oeste y las asiáticas desde el este. Polonia también ha tenido el inconveniente de encontrarse entre Alemania y Rusia, que (durante más de mil años) han codiciado sus recursos y sus fértiles tierras. A pesar de esto, Polonia supo defender sus intereses y hubo una época en la que imponía su superioridad a otras naciones.

Según el relato, semilegendario, Miecislao gobernaba la tribu de los polanos, situada en el asentamiento fortificado de Gniezno y forjó lazos estrechos con la tribu de los vistulanos de Cracovia. Cuando los magiares amenazaron a los vistulanos, Miecislao unió a estos con los polanos y fundó la dinastía Piast. Convencido de sus beneficios por los misioneros católicos romanos de Bohemia, al sur, Miecislao se convirtió al cristianismo y fue bautizado en el 966. Pese a ciertos debates, la mayor parte de eruditos consideran este año la fecha de inicio de Polonia.

Una serie de sucesores de Miecislao convirtieron lentamente a los polanos paganos al cristianismo, crearon una dinastía sólida e integraron Polonia en la amplia cultura europea. Su hijo Boleslao estableció una organización eclesiástica puramente polaco-católica y su autoridad seglar se vio reconocida por el emperador del Sacro Imperio germánico. Esto llevó a la coronación de Boleslao en el año 1025 y lo convirtió en el primer "rey de Polonia".

Polonia pronto se extendería desde el Báltico hasta los Cárpatos, estableciendo a grandes trazos sus fronteras históricas en 1100. No obstante, tras la muerte de Boleslao III en 1138, llegaron los problemas a este reino con un siglo de antigüedad. Sin ninguna tradición de primogenitura, Polonia se vio dividida entre los diversos hijos de Boleslao. La fragmentación resultante llevó a un conflicto interno y a presiones externas durante los siglos siguientes.

Vladislao, un duque menor del linaje de los Piast, se pasó la vida reunificando el reino y se convirtió en el rey Vladislao I. En defensa de Polonia, el rey Vladislao I llevó a cabo cruzadas contra los paganos lituanos y mongoles, además de declarar la guerra a los codiciosos Caballeros Teutones para expulsarlos. Tras su muerte, fue sucedido por su hábil hijo, que comenzó su reinado como Casimiro III y lo finalizó como Casimiro el Grande. El nuevo rey no solo aseguró lo que había ganado su padre mediante una diplomacia astuta y guerras breves y triunfales, sino que además consiguió convertir Polonia en un centro del comercio, del saber y de la cultura. Duplicó el tamaño del reino, reorganizó la economía y el sistema legal de la nación e impulsó la fundación de la primera universidad polaca. Bajo el gobierno liberal de Casimiro, Polonia se convirtió en un refugio para los desahuciados y perseguidos; los alemanes se asentaron en las ciudades, los refugiados armenios y eslavos en las tierras bajas rurales y miles de judíos por todo el país. No obstante, Casimiro el Grande murió en 1370 sin herederos varones y fue el último rey de la dinastía Piast.

Casimiro había nombrado sucesor a su sobrino Luis I de Hungría, donde pasaría gran parte de su vida. Tras su muerte en 1382, los nobles polacos eligieron a su hija menor Eduviges para ocupar el trono. Su matrimonio con Jogaila, gran duque de Lituania, hizo que este también ocupara el trono polaco, no sin antes convertirse al catolicismo y adoptar el nombre Vladislao II. Juntos reinaron hasta el fallecimiento de Eduviges en 1399.

Vladislao II acudió en ayuda de los lituanos, que estaban atrapados en una guerra encarnizada con los Caballeros Teutones, con lo que los polacos entraron en el conflicto en 1401. En julio de 1410, en Grünwald, tras una de las batallas más feroces de la Edad Media, la fuerza combinada lituano-polaca obtuvo una victoria abrumadora sobre la Orden Teutona y la mayor parte de sus líderes murieron o fueron capturados.

Los monarcas Jagellones dedicarían las décadas siguientes a combatir, casi siempre con éxito, a sus codiciosos vecinos: los resurgidos Caballeros Teutones, el Ducado de Prusia, los reinos de Bohemia y Hungría, el Gran Ducado de Moscú y, al sur, los turcos otomanos y los tártaros de Crimea. Estos últimos, persistentes, realizaron 75 incursiones entre 1474 y 1569. En general, los reyes polacos fueron capaces de mantener sus fronteras y su influencia durante toda la dinastía.

Más importantes y duraderos que los triunfos en el campo de batalla fueron los avances sociales y científicos durante el reinado de los Jagellones. En el año 1505, la ley de Nihil Novi transfirió todo el poder legislativo del monarca al Sejm, un parlamento compuesto por la nobleza polaca, lo que supuso un paso de gigante hacia la democracia. Los movimientos de la Reforma protestante, especialmente el encabezado por Jan Hus de Bohemia, hicieron mella en el catolicismo polaco y conllevaron el establecimiento de leyes que promulgaban la tolerancia religiosa. Los ideales del Renacimiento apremiaron a los reyes Jagellones Segismundo I y Segismundo II a fomentar las artes y la cultura polacas. En 1543, el astrónomo polaco Nicolás Copérnico publicaría su histórico tratado en el que confirmaba el modelo heliocéntrico del sistema solar.

Espoleado por un nacionalismo al alza, los preceptos "democráticos" y ciertas preocupaciones por las intenciones foráneas, en junio de 1569 el Sejm aprobó una ley para crear la Mancomunidad de Polonia-Lituania, un estado federal unido con un monarca electo pero gobernado principalmente por la nobleza a través de asambleas locales y un parlamento central. Segismundo II, que al morir sin descendencia fue el último monarca de la dinastía Jagellón, aceptó y firmó la ley. Aunque se le debe reconocer el mérito de haber logrado un periodo de estabilidad y prosperidad y haber extendido la cultura occidental a zonas como Ucrania y la Rusia occidental, la mancomunidad también se enzarzó repetidamente en conflictos con Rusia, Suecia, los otomanos, los cosacos y otros pueblos vecinos.

La factura que pasaron estas guerras, especialmente la participación de Polonia-Lituania en la Gran Guerra del Norte, junto con una sucesión de débiles reyes electos, dejó a la nación con la urgente necesidad de llevar a cabo reformas políticas internas. A mediados del siglo XVIII, el Sejm introdujo reformas comerciales, militares, sociales y educativas, entre ellas la creación del Comité de Educación Nacional en 1773, el primer sistema educativo financiado por el estado en Europa, para que el pueblo llano pudiese leer las sagradas escrituras. Poco después, los campesinos polacos empezaron a exigir otros derechos y más democracia.

En esta época, la Biblia ya no era la lectura más común entre los polacos. La cultura floreció en los siglos anteriores durante el reinado de monarcas sofisticados. Autores como Krasicki y Jan Polocki, entre otros, escribieron grandes obras de la literatura y la poesía. Aunque la cultura polaca tenía grandes influencias germanas, eslavas, latinas y bizantinas, la arquitectura, el arte y la danza adquirieron un carácter propio. La música polaca, con un timbre, un tono y un tempo cautivadores, destacó por encima del resto de artes. Posteriormente, célebres compositores polacos, como Chopin, se inspiraron en las obras de Mielczewski, Oginski y Szymanowska.

La economía polaca cada vez era más próspera debido a las exportaciones agrícolas. La mancomunidad era el mayor productor de cereales de Europa. Con los avances agrícolas, Polonia se convirtió en uno de los principales exportadores de fruta, especias, arenque, telas, madera, cerveza y vino. Todos estos productos se transportaban por los ríos Vístula, Bug y Niemen hasta los puertos bálticos, como el de Gdansk, y desde ahí eran enviados a Flandes y los Países Bajos. Las rutas comerciales terrestres recorrían grandes áreas del Sacro Imperio romano. El Sejm había instaurado el esloti como moneda nacional en 1496 y se estandarizó como parte de las reformas financieras llevadas a cabo por Estanislao Poniatowski, último rey de Polonia, precisamente cuando la mancomunidad iba a desaparecer.

Como el gasto público destinado a estas reformas había vaciado las arcas del estado, afectando a su vez al ejército, y los nobles no querían arriesgar sus vidas y sus fortunas, los países vecinos a Polonia vieron una oportunidad para intervenir. En 1772 se dio la Primera Partición cuando Rusia, Austria y Prusia ocuparon partes del país. Tras la breve guerra ruso-polaca, Prusia y Rusia realizaron la Segunda Partición en 1793, que privó a Polonia de tanto territorio que no podía sostenerse económica o militarmente por sí misma. En 1795, la Tercera Partición a manos de Austria, Rusia y Prusia cedió las últimas posesiones de la nación a estas mismas potencias, y la Polonia independiente dejó de existir.

Doce años después de la última partición, Napoleón creó el Gran Ducado de Varsovia como un estado satélite del Imperio francés. Tras la derrota de Bonaparte, el territorio cayó de nuevo en manos de Prusia, Austria y Rusia. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Polonia volvió a ser una nación independiente, pero para conservar su libertad tuvo que librar una guerra de dos años contra la Unión Soviética. En septiembre de 1939, tanto la Alemania nazi como la Rusia soviética invadieron Polonia. Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió la República Popular de Polonia bajo el comunismo del Telón de Acero. En la década de 1990, Polonia fue uno de los primeros países en "levantar el telón" para poner fin a la influencia soviética.
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