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Momentos históricos

Civilizaciones

Líderes

Introducción

Abraham Lincoln

Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Chandragupta

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gengis Kan

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Guillermina

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

Isabel I

Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Kublai Kan (Mongolia)

Lautaro

Luis II

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pedro

Pedro II

Pericles

Poundmaker

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Roberto I de Escocia

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Sejong

Señora Seis Cielo

Seondeok

Shaka

Simón Bolívar

Tamara

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wu Zetian

Yongle

Hammurabi
Habilidad exclusiva

Nînu ilu sirum

Cuando se construye cada tipo de distrito especializado por primera vez, excepto la Plaza de gobierno, recibe el edificio con el coste de Producción más bajo que se pueda construir en ese distrito y en ese momento. Recibe un Enviado cuando se construye cualquier otro distrito por primera vez.

Resumen
Babilonia reescribe la manera de conseguir una victoria científica. En lugar de centrarse en ganar Ciencia por medios convencionales, busca pegar un salto hacia delante en la carrera de la Ciencia desbloqueando Eurekas.
Visión detallada
La estrategia de Babilonia depende de que utilicen sus habilidades exclusivas para dar un salto hacia delante en la carrera de la Ciencia. Hammurabi debe vérselas con un -50% a Ciencia cada turno, pero las Eurekas, en lugar de limitarse a impulsar parcialmente la investigación, desbloquean tecnologías por completo. Además, Hammurabi quiere construir un distrito de cada, ya que su otra habilidad exclusiva le da un edificio inicial gratis en un distrito nuevo. Por último, el edificio exclusivo del Palgum confiere Producción adicional. Un gobernante babilonio eficaz puede utilizar la unidad exclusiva del Sabum Kibbitum para explorar el mapa y activar así más Eurekas al encontrar Maravillas naturales, otras civilizaciones, Aldeas tribales, etc. debido a su vista y Movimiento adicionales. Hammurabi es más proclive a buscar una victoria científica.
Contexto histórico
Pese a que estuvo en su apogeo hace más de tres mil años, el nombre de Babilonia sigue siendo sinónimo de lujo y poder. Y, de los reyes babilónicos, el nombre de Hammurabi también sigue asociado a la justicia implacable y el gobierno racional.

Hammurabi fue el primer gobernante de la dinastía amorita de Babilonia. Sucedió a su padre, Sîn-Muballit, cuando este todavía era joven. Su progenitor había puesto los cimientos del reino durante su gobierno, pero no fue un gran conquistador, a juzgar por la fallida campaña militar contra la ciudad vecina de Larsa. Es posible que esto fuera lo que lo presionara para renunciar al trono tan pronto en favor de su hijo Hammurabi; y debió de ser un acuerdo que hizo felices a todos: Larsa y su rey (Rim Sin I) descansarían mejor con el niño absorto al parecer en el trono.

Hammurabi comenzó su reinado prosiguiendo el trabajo de su padre para mejorar las estructuras internas del reino. Esto incluyó un código de leyes que escribió (o, mejor dicho, cinceló en piedra) en el año 1754 a. C. y que lleva su nombre.

El código de Hammurabi se talló en una losa gigante de cuatro toneladas de diorita con escritura cuneiforme. Las normas giraban en torno a la ley del talión, o justicia retributiva; la frase "ojo por ojo, diente por diente" es una cita casi literal del código. La idea era que delitos específicos tuvieran castigos específicos para garantizar que no hubiera necesidad de mayor interpretación una vez se sentenciara al acusado. Muchos castigos eran brutales, lo que bastó para disuadir a gran número de delincuentes. No todas las pruebas para decidir la culpa cumplirían los estándares actuales (una prueba de natación, por ejemplo, para comprobar si una mujer había sido infiel a su esposo).

En Babilonia, Hammurabi levantó las murallas de la ciudad y desarrolló un sistema de riego basado en canales y acueductos. También comenzó a construir templos magníficos para los dioses. Esto lo hizo popular entre la gente y aumentó el sentido del deber cívico, que era justo lo que él necesitaba. Porque, en contra de lo que pensaba el pueblo de Larsa, Hammurabi sí que pensaba conquistar el sur de Mesopotamia.

Habría sido fácil caer en la trampa de atacar Larsa para vengarse de la derrota de su padre. Un rey menor lo habría hecho. En cambio, se alió con ellos cuando un grupo (los elamitas) invadió el centro de Mesopotamia (fueron los mismos elamitas que construyeron la ciudad de Anshan). Con su ayuda, derrotó rápida y fácilmente a los elamitas, pero tan pronto como esa alianza cumplió su propósito, Hammurabi cambió las tornas. Se fue a las ciudades-estado de Nippur y Lagash y formó alianzas con ellas para poder tomar Uruk e Isin-Larsan. Luego se volvió contra sus aliadas y las tomó también. A pesar de este baile constante de alianzas y traiciones, siguió encontrando gobernantes dispuestos a aliarse hasta que llegó a controlar la totalidad del sur de Mesopotamia.

La campaña de Hammurabi no terminó con la conquista de Larsa. Puso los ojos en el norte, donde el rey Zimri-Lim llevaba el reino amorreo de Mari. Este lugar era rico, y controlaban el agua. En lugar de continuar negociando con la ciudad para usar el río Éufrates, Hammurabi desafió a Mari. Arrasó la ciudad en vez de conquistarla, posiblemente para enviar un mensaje a toda Mesopotamia: él era quien fijaba los términos de las negociaciones. Desde ahí, Hammurabi continuó hacia el norte hasta llegar a Eshnunna y, en 1755 a. C., ya gobernaba toda Mesopotamia.

No era un rey cruel, pese a lo que sus invasiones pudieran decir de él. Lo llamaban "bani matim" (el que construye la tierra); se preocupaba por su pueblo, incluso cuando estaba lejos, expandiendo el territorio. Enviaba cartas a sus administradores, con órdenes de cómo mantener y decorar la ciudad. El código de Hammurabi fue innovador no solo en rigor, sino también en capacidad de piedad: para empezar, se presumía que los delincuentes eran inocentes.

Al igual que su padre, Hammurabi le confió a su hijo –Šamšu-iluna– algunas tareas reales antes de que ascendiera al trono, por lo que Hammurabi no estaba preocupado cuando la edad y la enfermedad lo afectaron. Sin embargo, tras la muerte de Hammurabi (en 1750 a. C.), Šamšu-iluna demostró ser incapaz de contener las invasiones que siguieron. Apenas un año después de morir, su reino comenzó a decaer. Ya fuera porque sus sucesores carecían de carisma, inteligencia o humilde sabiduría o, simplemente, porque no se mantuvieron las alianzas, lo cierto es que el reino babilonio nunca fue tan grande o seguro como durante el reinado de Hammurabi.
icon_leader_default
Anu y Bel me llamaron a mí, Hammurabi, príncipe exaltado, el reverente, para hacer un gobierno de justicia en la tierra.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_unknown
Babilonia

Preferencias

Agendas
Cuna de la civilización
Hammurabi prefiere construir cada clase distinta de distrito, y le gusta que otras civilizaciones hagan lo mismo. Desprecia a los imperios que se centran casi de manera exclusiva en un tipo de distrito y no construyen de todos los tipos disponibles.
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Anu y Bel me llamaron a mí, Hammurabi, príncipe exaltado, el reverente, para hacer un gobierno de justicia en la tierra.

Rasgos

Civilizaciones
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Babilonia

Preferencias

Agendas
Cuna de la civilización
Hammurabi prefiere construir cada clase distinta de distrito, y le gusta que otras civilizaciones hagan lo mismo. Desprecia a los imperios que se centran casi de manera exclusiva en un tipo de distrito y no construyen de todos los tipos disponibles.
Habilidad exclusiva

Nînu ilu sirum

Cuando se construye cada tipo de distrito especializado por primera vez, excepto la Plaza de gobierno, recibe el edificio con el coste de Producción más bajo que se pueda construir en ese distrito y en ese momento. Recibe un Enviado cuando se construye cualquier otro distrito por primera vez.

Resumen
Babilonia reescribe la manera de conseguir una victoria científica. En lugar de centrarse en ganar Ciencia por medios convencionales, busca pegar un salto hacia delante en la carrera de la Ciencia desbloqueando Eurekas.
Visión detallada
La estrategia de Babilonia depende de que utilicen sus habilidades exclusivas para dar un salto hacia delante en la carrera de la Ciencia. Hammurabi debe vérselas con un -50% a Ciencia cada turno, pero las Eurekas, en lugar de limitarse a impulsar parcialmente la investigación, desbloquean tecnologías por completo. Además, Hammurabi quiere construir un distrito de cada, ya que su otra habilidad exclusiva le da un edificio inicial gratis en un distrito nuevo. Por último, el edificio exclusivo del Palgum confiere Producción adicional. Un gobernante babilonio eficaz puede utilizar la unidad exclusiva del Sabum Kibbitum para explorar el mapa y activar así más Eurekas al encontrar Maravillas naturales, otras civilizaciones, Aldeas tribales, etc. debido a su vista y Movimiento adicionales. Hammurabi es más proclive a buscar una victoria científica.
Contexto histórico
Pese a que estuvo en su apogeo hace más de tres mil años, el nombre de Babilonia sigue siendo sinónimo de lujo y poder. Y, de los reyes babilónicos, el nombre de Hammurabi también sigue asociado a la justicia implacable y el gobierno racional.

Hammurabi fue el primer gobernante de la dinastía amorita de Babilonia. Sucedió a su padre, Sîn-Muballit, cuando este todavía era joven. Su progenitor había puesto los cimientos del reino durante su gobierno, pero no fue un gran conquistador, a juzgar por la fallida campaña militar contra la ciudad vecina de Larsa. Es posible que esto fuera lo que lo presionara para renunciar al trono tan pronto en favor de su hijo Hammurabi; y debió de ser un acuerdo que hizo felices a todos: Larsa y su rey (Rim Sin I) descansarían mejor con el niño absorto al parecer en el trono.

Hammurabi comenzó su reinado prosiguiendo el trabajo de su padre para mejorar las estructuras internas del reino. Esto incluyó un código de leyes que escribió (o, mejor dicho, cinceló en piedra) en el año 1754 a. C. y que lleva su nombre.

El código de Hammurabi se talló en una losa gigante de cuatro toneladas de diorita con escritura cuneiforme. Las normas giraban en torno a la ley del talión, o justicia retributiva; la frase "ojo por ojo, diente por diente" es una cita casi literal del código. La idea era que delitos específicos tuvieran castigos específicos para garantizar que no hubiera necesidad de mayor interpretación una vez se sentenciara al acusado. Muchos castigos eran brutales, lo que bastó para disuadir a gran número de delincuentes. No todas las pruebas para decidir la culpa cumplirían los estándares actuales (una prueba de natación, por ejemplo, para comprobar si una mujer había sido infiel a su esposo).

En Babilonia, Hammurabi levantó las murallas de la ciudad y desarrolló un sistema de riego basado en canales y acueductos. También comenzó a construir templos magníficos para los dioses. Esto lo hizo popular entre la gente y aumentó el sentido del deber cívico, que era justo lo que él necesitaba. Porque, en contra de lo que pensaba el pueblo de Larsa, Hammurabi sí que pensaba conquistar el sur de Mesopotamia.

Habría sido fácil caer en la trampa de atacar Larsa para vengarse de la derrota de su padre. Un rey menor lo habría hecho. En cambio, se alió con ellos cuando un grupo (los elamitas) invadió el centro de Mesopotamia (fueron los mismos elamitas que construyeron la ciudad de Anshan). Con su ayuda, derrotó rápida y fácilmente a los elamitas, pero tan pronto como esa alianza cumplió su propósito, Hammurabi cambió las tornas. Se fue a las ciudades-estado de Nippur y Lagash y formó alianzas con ellas para poder tomar Uruk e Isin-Larsan. Luego se volvió contra sus aliadas y las tomó también. A pesar de este baile constante de alianzas y traiciones, siguió encontrando gobernantes dispuestos a aliarse hasta que llegó a controlar la totalidad del sur de Mesopotamia.

La campaña de Hammurabi no terminó con la conquista de Larsa. Puso los ojos en el norte, donde el rey Zimri-Lim llevaba el reino amorreo de Mari. Este lugar era rico, y controlaban el agua. En lugar de continuar negociando con la ciudad para usar el río Éufrates, Hammurabi desafió a Mari. Arrasó la ciudad en vez de conquistarla, posiblemente para enviar un mensaje a toda Mesopotamia: él era quien fijaba los términos de las negociaciones. Desde ahí, Hammurabi continuó hacia el norte hasta llegar a Eshnunna y, en 1755 a. C., ya gobernaba toda Mesopotamia.

No era un rey cruel, pese a lo que sus invasiones pudieran decir de él. Lo llamaban "bani matim" (el que construye la tierra); se preocupaba por su pueblo, incluso cuando estaba lejos, expandiendo el territorio. Enviaba cartas a sus administradores, con órdenes de cómo mantener y decorar la ciudad. El código de Hammurabi fue innovador no solo en rigor, sino también en capacidad de piedad: para empezar, se presumía que los delincuentes eran inocentes.

Al igual que su padre, Hammurabi le confió a su hijo –Šamšu-iluna– algunas tareas reales antes de que ascendiera al trono, por lo que Hammurabi no estaba preocupado cuando la edad y la enfermedad lo afectaron. Sin embargo, tras la muerte de Hammurabi (en 1750 a. C.), Šamšu-iluna demostró ser incapaz de contener las invasiones que siguieron. Apenas un año después de morir, su reino comenzó a decaer. Ya fuera porque sus sucesores carecían de carisma, inteligencia o humilde sabiduría o, simplemente, porque no se mantuvieron las alianzas, lo cierto es que el reino babilonio nunca fue tan grande o seguro como durante el reinado de Hammurabi.
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