Gandhi representa a la civilización pacificadora por antonomasia, y no declarará nunca la guerra, excepto para recuperar territorio perdido. Se dedica a hacer crecer grandes ciudades y espera que nadie quiera enfrentarse a él.

Gandhi es uno de los primeros en adoptar la religión, construyendo Lugares sagrados con Pozos escalonados cerca, para generar abundante Fe (que se refuerza aún más si consigue mantenerse en paz). Pero no es un jugador con una religión exclusiva; de hecho, nunca creará Inquisidores, así que puede haber otras religiones (lo que le reportará Creencias de devoto). Si no tiene la posibilidad de conseguir una victoria religiosa, intentará obtener la científica o la cultural (la que tenga más a su alcance).

Pocos pueden ser legítimamente proclamados bāpu ("padre", en guyaratí) de su patria, y menos aún haber logrado este sobrenombre sin derramar mares de sangre. Pero Mohandas Gandhi, más conocido por el mundo como Mahatma ("venerable", en sánscrito) Gandhi, sí que puede. Fue pionero en utilizar la satyagraha (un término que acuñó él mismo, y que quiere decir algo así como la "fuerza de la verdad") o la resistencia a la tiranía mediante la desobediencia civil en masa, una táctica que instó a utilizar para conseguir la independencia de su tierra natal.

Gandhi nació en la casta hindú de los comerciantes en una India que todavía se encontraba bajo el dominio británico. Hijo de la cuarta esposa del diwan del pequeño estado de Porbandar, en su juventud Gandhi no mostró nada de la benevolencia ni de la modestia que serían su impronta de adulto. De hecho, su hermana una vez declaró que uno de sus pasatiempos favoritos de pequeño era "retorcerles las orejas a los perros". También lo han descrito de niño como "un culo inquieto... siempre estaba jugando o corriendo por ahí".

Gandhi se casó en un matrimonio concertado a los 13 años con una niña de 14, lo que era costumbre de aquella época y aquel lugar. Al parecer, no disfrutó de la experiencia, pues después tildaría la práctica de "la cruel costumbre del matrimonio infantil". Sin embargo, parece que se aprovechó de ella, ya que en 1885, cuando tenía quince años, su esposa dio a luz a un niño, que viviría muy poco. Tendrían cuatro hijos más, todos varones, así que parece que esta "costumbre cruel" no impidió que cumpliera con sus deberes conyugales.

Su matrimonio lo obligó a tomar un año de descanso de la educación secundaria. Pero Mohandas era un estudiante mediocre, además de ser muy tímido, mala combinación si estás en la escuela en Rajkot. Uno de sus exámenes finales de matriculación reza, en parte: "bueno en Inglés, justo en Aritmética y bajo en Geografía; muy buena conducta y mala letra". Así, ¿qué otra carrera podía haber elegido, sino la de abogado? En 1888, dejó la India para irse a Londres a estudiar abogacía.

Como su padre acababa de morir, su madre no quería que se fuera, y solo le dio la bendición después de que Gandhi se comprometiera a abstenerse de beber vino, tomar mujeres y probar carne. Su casta consideraba que cruzar el océano era algo impuro; cuando él insistió, lo declararon "descastado". En junio de 1891, Gandhi aprobó el examen de abogado y puso rumbo a la India. Se intentó establecer en Bombay, pero fracasó rotundamente, al parecer porque se resistía a interrogar a los testigos duramente y, como es comprensible, eso le quitaba clientes. Así, a los 24 años, Mohandas aceptó un contrato de un año de la empresa india Dada Abdulla & Company para representar sus intereses en Natal, Sudáfrica, otro rincón del extenso Imperio británico.

Gandhi disfrutó de algo más de éxito profesional en Sudáfrica, pero el racismo y la intolerancia que vio allí lo dejaron preocupado. Se pasó los veinte años siguientes en Sudáfrica luchando por los derechos de las minorías étnicas, aunque recientemente han salido a la luz escritos suyos que revelan que no sentía mucha empatía por los africanos. Fue allí donde Gandhi comenzó a perfeccionar y difundir su filosofía de la "resistencia pasiva". Fue encarcelado varias veces por oponerse a las (acertadamente) denominadas "leyes negras", por las que se obligaba a todos los que no fueran blancos a presentar sus huellas digitales a las autoridades. Cuando el gobierno decidió que solo los matrimonios cristianos eran legales en Sudáfrica, Gandhi organizó y dirigió una manifestación pacífica masiva. Toda su ira se debía, al menos en parte, a algunas de sus primeras experiencias en Sudáfrica, como el que lo expulsaran de un vagón de primera clase o que el conductor de una diligencia le pegara una paliza por no cederle el asiento a un blanco.

A pesar de sus protestas, aparentemente interminables, Gandhi demostró ser algo así como un gran patriota del imperio en tiempos de guerra. Durante la Guerra de los Bóers, reunió a un grupo de 1100 voluntarios de la India para servir como sanitarios y camilleros en el frente; Gandhi y otros 37 recibirían finalmente la medalla al mérito en la guerra por sus servicios y sacrificios. En 1906, los británicos volvieron a las andadas, esta vez contra los zulúes. Y Gandhi reunió de nuevo a un cuerpo de voluntarios camilleros (a los supervivientes se les "permitiría" solicitar la ciudadanía sudafricana). Sus observaciones personales de primera mano en la guerra lo convencieron de que solo se podría vencer al poderoso ejército real con métodos no violentos... y tal vez ni siquiera con ellos.

En 1915, Gandhi regresó a la India. Casi inmediatamente empezó a irritar a todas las personas importantes de allí: a los administradores británicos cuando expresó la humillación que era tener que hablar inglés en su tierra natal; y a la nobleza india cuando los reprendió por su ostentación, diciéndoles que debían legar todas sus joyas y riquezas a sus compatriotas más pobres. Así, Gandhi comenzó una larga campaña para liberar a su país del dominio inglés. El Mahatma siguió dos caminos: trató de avergonzar a los opresores y exigió sacrificios a los oprimidos opositores. Durante los treinta años siguientes, Gandhi exhortó sin descanso a los indios a realizar una resistencia pasiva, lo que llevó a una huelga tras otra, a una marcha tras otra y a realizar él mismo huelgas de hambre hasta el punto de no poder valerse, a sufrir innumerables palizas y años de prisión.

Pese a graves contratiempos y a años de frustración, Gandhi persistió en molestar a los poderes que fuera necesario. En 1946, con un ejército agotado y prácticamente en la bancarrota, Gran Bretaña accedió a abandonar la India, pero, al hacerlo, decidió dividir la colonia entre hindúes y musulmanes, contra lo que Gandhi había clamado vehementemente. Cuando unos 15 millones de personas se apresuraron a ponerse en el lado "correcto" de la línea divisoria, su movimiento provocó un estallido de violencia religiosa en la que muchos musulmanes fueron masacrados en la India, y el mismo destino corrieron los hindúes en Pakistán.

Los nuevos países se encontraban sumidos en el caos. Como respuesta, Gandhi volvió a declararse en huelga de hambre, negándose a comer hasta que cesara la violencia. Sorprendentemente, la táctica funcionó: representantes de ambas naciones y religiones se comprometieron a detener las matanzas y le pidieron que pusieran fin al ayuno. Y así lo hizo, para alivio de millones de personas. Irónicamente, doce días después, Mohandas Gandhi fue asesinado por Nathuram Godse, un militante nacionalista hindú, en el jardín de la casa Birla.