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Momentos históricos

Civilizaciones

Líderes

Introducción

Abraham Lincoln

Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Chandragupta

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gengis Kan

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Guillermina

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

Isabel I

Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Kublai Kan (Mongolia)

Lautaro

Luis II

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pedro

Pedro II

Pericles

Poundmaker

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Roberto I de Escocia

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Sejong

Señora Seis Cielo

Seondeok

Shaka

Simón Bolívar

Tamara

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wu Zetian

Yongle

Isabel I
Habilidad exclusiva

Legado de Drake

La capacidad de la Ruta comercial de Inglaterra aumenta en 2 tras adquirir tu primer Gran almirante (debe ser un Gran almirante de la Época del Renacimiento o anterior del juego básico). Las Rutas comerciales a cualquier ciudad-estado proporcionan +3 de Oro por cada distrito especializado en la ciudad de origen. +100 % de rendimientos al saquear Rutas comerciales con unidades navales.

Resumen
"¿Os interesaría cerrar un acuerdo comercial con Inglaterra?". Controlar el comercio es la manera de encarrilar a Inglaterra hacia una nueva época isabelina.
Visión detallada
El Comercio y los Grandes almirantes son el eje de la Inglaterra gobernada por Isabel. Los Astilleros de la Marina Real te dan más movimiento naval y puntos de Gran almirante . Usa este movimiento naval adicional con la unidad del Lobo de mar para saquear las Rutas comerciales enemigas y recibir un botín mayor con el Legado de Drake. Cuando tengas tu primer Gran almirante , recibirás 2 Rutas comerciales extra; hazlas pasar por ciudades-estado para llenar con rapidez las arcas.
Contexto histórico
La reina Isabel I (1533-1603) goza de más fama en la actualidad que en su día. Construyó los cimientos del futuro Imperio británico; pero en su día este era un mosaico salvaje de corsarios y espías en medio de un orden mundial dominado por otras potencias hostiles.

La Inglaterra de los Tudor encarna los inicios de la Edad Moderna en la historia. En ella se pusieron los cimientos de gran parte del sistema mundial actual: los orígenes de las finanzas, los seguros y las inversiones en las salas de la Compañía Británica de las Indias Orientales, la Reforma y las bases de la monarquía absolutista y del parlamentarismo democrático a la vez. Todo ello se formó durante el periodo isabelino, bajo los auspicios de una de las monarcas más grandes de la historia inglesa... y mundial.

El mundo de la primera década del s. XVI era el paradigma del anterior orden mundial. Los imperios español y portugués estaban en su apogeo, pero acabaron dilapidando hasta las extraordinarias riquezas que sacaran de sus colonias en guerras que en gran parte atañían a la sucesión real, pero eran de poco interés para la mayoría de ciudadanos de a pie. Los imperios Ming y mogol se hallaban en su punto culminante, un estado que acabaría por generar complacencia frente a la tormenta venidera de conquista colonial. Inglaterra era una piedra empapada y fangosa en la bota del mundo. No se esperaba de ellos un imperio.

La reina Isabel era la hija de Enrique VIII y su segunda y desafortunada esposa, Ana Bolena. Con la muerte de esta y la anulación del matrimonio, Isabel se convirtió en hija ilegítima, lo que no es un comienzo muy auspicioso. Las cosas se torcieron más cuando María, que era católica, subió al trono, y las inclinaciones protestantes de Isabel resultaron demasiado arriesgadas. Encarcelaron a la joven y futura reina. Pero María estaba enferma y, tras su muerte, Isabel ocupó un trono frágil en 1558.

La primera parte del reinado de Isabel fue la más incierta. Después de doce años en el trono y sin mostrar signos de querer regresar al redil católico, el papa la excomulgó y proliferaron los complots contra su vida y su gobierno. Ante esto, Isabel desarrolló defensas: una mayor presencia naval, una policía secreta centrada en el espía Francis Walsingham y un coqueteo constante con casarse con algún monarca católico. Pero las amenazas no siempre son tan sutiles. Después de décadas de hostigamiento por parte de los corsarios ingleses y una rebelión de los protestantes holandeses contra el dominio español, Inglaterra entró en guerra contra España en 1585. Esta envió a su famosa armada contra las costas inglesas, lo que no era poca amenaza, ya que en la década de 1580 el imperio español estaba en su apogeo.

La derrota de la Armada Invencible marcaría el comienzo de la "muralla de madera" de Inglaterra y su superioridad naval en los siglos venideros. No hubo una gran batalla como la de Salamina (en las guerras médicas) que señalara la victoria, más bien una serie de incursiones de hostigamiento contra barcos españoles, un atrevido uso de brulotes empapados de aceite inflamable y una tormenta afortunada contribuyeron a las derrotas españolas.

En Inglaterra, Isabel sabía que su posición era delicada. Había avivado las tensiones con las potencias católicas y, por ello, minimizó cualquier simbolismo protestante evidente, llegando incluso al extremo de expulsar a los puritanos (los mismos que terminarían en las colonias inglesas de América del Norte). Además, rechazó las capitulaciones matrimoniales, ya fuera por inclinación personal o por miedo a endeudarse demasiado políticamente con su esposo. La razón sigue siendo fuente de especulaciones históricas. Así, la apodaron "la Reina Virgen"; y es por eso que su asentamiento en América del Norte pasó a conocerse como "Virginia".

Hubo un lugar, sin embargo, en el que mostró poca cautela. La población irlandesa era muy católica y estaba molesta con el dominio inglés. Allí, Isabel promovió la concesión de tierras y títulos a los leales subordinados ingleses y quemó todas las tierras que la desafiaran.

Años más tarde, su gobierno no pudo igualar el de los primeros años. Con el fallecimiento de sus cortesanos más importantes, el reinado de Isabel comenzó a verse socavado desde dentro por oportunistas políticos y sociales que aspiraban a tener poderosos monopolios comerciales. Estos monopolios resultarían influyentes, aunque a veces perjudiciales para los súbditos tanto dentro de Inglaterra como en el extranjero. De hecho, en ellos se encuentra el germen de las grandes compañías comerciales en Inglaterra. Si bien Isabel no llegó a ver la creación de Virginia, no fue por falta de intentos: la aciaga colonia de Roanoke se fundó bajo su reinado.

Los ecos de la vida literaria isabelina han llegado hasta nosotros, sobre todo en las personas de Shakespeare y Marlowe, que propiciaron el florecimiento de las artes y la cultura inglesas.

Isabel murió en 1603 después de 44 años en el trono. Sin embargo, la Inglaterra para la que ella sentó las bases no lo hizo, y ya iba rumbo de dominar el escenario mundial de los siglos venideros.
icon_leader_default
El mundo nos observa y nosotros reinamos en su escenario.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_england
Inglaterra

Preferencias

Agendas
Acuerdo comercial
Intenta maximizar las Rutas comerciales . Le gustan las civilizaciones que comercian con ella y no le gustan las que no lo hacen.
Religión
icon_religion_protestantism
Protestantismo
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El mundo nos observa y nosotros reinamos en su escenario.

Rasgos

Civilizaciones
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Inglaterra

Preferencias

Agendas
Acuerdo comercial
Intenta maximizar las Rutas comerciales . Le gustan las civilizaciones que comercian con ella y no le gustan las que no lo hacen.
Religión
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Protestantismo
Habilidad exclusiva

Legado de Drake

La capacidad de la Ruta comercial de Inglaterra aumenta en 2 tras adquirir tu primer Gran almirante (debe ser un Gran almirante de la Época del Renacimiento o anterior del juego básico). Las Rutas comerciales a cualquier ciudad-estado proporcionan +3 de Oro por cada distrito especializado en la ciudad de origen. +100 % de rendimientos al saquear Rutas comerciales con unidades navales.

Resumen
"¿Os interesaría cerrar un acuerdo comercial con Inglaterra?". Controlar el comercio es la manera de encarrilar a Inglaterra hacia una nueva época isabelina.
Visión detallada
El Comercio y los Grandes almirantes son el eje de la Inglaterra gobernada por Isabel. Los Astilleros de la Marina Real te dan más movimiento naval y puntos de Gran almirante . Usa este movimiento naval adicional con la unidad del Lobo de mar para saquear las Rutas comerciales enemigas y recibir un botín mayor con el Legado de Drake. Cuando tengas tu primer Gran almirante , recibirás 2 Rutas comerciales extra; hazlas pasar por ciudades-estado para llenar con rapidez las arcas.
Contexto histórico
La reina Isabel I (1533-1603) goza de más fama en la actualidad que en su día. Construyó los cimientos del futuro Imperio británico; pero en su día este era un mosaico salvaje de corsarios y espías en medio de un orden mundial dominado por otras potencias hostiles.

La Inglaterra de los Tudor encarna los inicios de la Edad Moderna en la historia. En ella se pusieron los cimientos de gran parte del sistema mundial actual: los orígenes de las finanzas, los seguros y las inversiones en las salas de la Compañía Británica de las Indias Orientales, la Reforma y las bases de la monarquía absolutista y del parlamentarismo democrático a la vez. Todo ello se formó durante el periodo isabelino, bajo los auspicios de una de las monarcas más grandes de la historia inglesa... y mundial.

El mundo de la primera década del s. XVI era el paradigma del anterior orden mundial. Los imperios español y portugués estaban en su apogeo, pero acabaron dilapidando hasta las extraordinarias riquezas que sacaran de sus colonias en guerras que en gran parte atañían a la sucesión real, pero eran de poco interés para la mayoría de ciudadanos de a pie. Los imperios Ming y mogol se hallaban en su punto culminante, un estado que acabaría por generar complacencia frente a la tormenta venidera de conquista colonial. Inglaterra era una piedra empapada y fangosa en la bota del mundo. No se esperaba de ellos un imperio.

La reina Isabel era la hija de Enrique VIII y su segunda y desafortunada esposa, Ana Bolena. Con la muerte de esta y la anulación del matrimonio, Isabel se convirtió en hija ilegítima, lo que no es un comienzo muy auspicioso. Las cosas se torcieron más cuando María, que era católica, subió al trono, y las inclinaciones protestantes de Isabel resultaron demasiado arriesgadas. Encarcelaron a la joven y futura reina. Pero María estaba enferma y, tras su muerte, Isabel ocupó un trono frágil en 1558.

La primera parte del reinado de Isabel fue la más incierta. Después de doce años en el trono y sin mostrar signos de querer regresar al redil católico, el papa la excomulgó y proliferaron los complots contra su vida y su gobierno. Ante esto, Isabel desarrolló defensas: una mayor presencia naval, una policía secreta centrada en el espía Francis Walsingham y un coqueteo constante con casarse con algún monarca católico. Pero las amenazas no siempre son tan sutiles. Después de décadas de hostigamiento por parte de los corsarios ingleses y una rebelión de los protestantes holandeses contra el dominio español, Inglaterra entró en guerra contra España en 1585. Esta envió a su famosa armada contra las costas inglesas, lo que no era poca amenaza, ya que en la década de 1580 el imperio español estaba en su apogeo.

La derrota de la Armada Invencible marcaría el comienzo de la "muralla de madera" de Inglaterra y su superioridad naval en los siglos venideros. No hubo una gran batalla como la de Salamina (en las guerras médicas) que señalara la victoria, más bien una serie de incursiones de hostigamiento contra barcos españoles, un atrevido uso de brulotes empapados de aceite inflamable y una tormenta afortunada contribuyeron a las derrotas españolas.

En Inglaterra, Isabel sabía que su posición era delicada. Había avivado las tensiones con las potencias católicas y, por ello, minimizó cualquier simbolismo protestante evidente, llegando incluso al extremo de expulsar a los puritanos (los mismos que terminarían en las colonias inglesas de América del Norte). Además, rechazó las capitulaciones matrimoniales, ya fuera por inclinación personal o por miedo a endeudarse demasiado políticamente con su esposo. La razón sigue siendo fuente de especulaciones históricas. Así, la apodaron "la Reina Virgen"; y es por eso que su asentamiento en América del Norte pasó a conocerse como "Virginia".

Hubo un lugar, sin embargo, en el que mostró poca cautela. La población irlandesa era muy católica y estaba molesta con el dominio inglés. Allí, Isabel promovió la concesión de tierras y títulos a los leales subordinados ingleses y quemó todas las tierras que la desafiaran.

Años más tarde, su gobierno no pudo igualar el de los primeros años. Con el fallecimiento de sus cortesanos más importantes, el reinado de Isabel comenzó a verse socavado desde dentro por oportunistas políticos y sociales que aspiraban a tener poderosos monopolios comerciales. Estos monopolios resultarían influyentes, aunque a veces perjudiciales para los súbditos tanto dentro de Inglaterra como en el extranjero. De hecho, en ellos se encuentra el germen de las grandes compañías comerciales en Inglaterra. Si bien Isabel no llegó a ver la creación de Virginia, no fue por falta de intentos: la aciaga colonia de Roanoke se fundó bajo su reinado.

Los ecos de la vida literaria isabelina han llegado hasta nosotros, sobre todo en las personas de Shakespeare y Marlowe, que propiciaron el florecimiento de las artes y la cultura inglesas.

Isabel murió en 1603 después de 44 años en el trono. Sin embargo, la Inglaterra para la que ella sentó las bases no lo hizo, y ya iba rumbo de dominar el escenario mundial de los siglos venideros.
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