Conceptos
Grandes civilizaciones
Líderes
Ciudades-estado
Distritos
Edificios
Maravillas y proyectos
Unidades
Ascensos de unidades
Grandes personajes
Tecnologías
Principios
Gobiernos y políticas
Religiones
Terrenos y accidentes
Recursos
Mejoras y rutas

Introducción

Abraham Lincoln

Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

Isabel I

Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Luis II

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pedro

Pedro II

Pericles

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Señora Seis Cielo

Simón Bolívar

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wu Zetian

Yongle

Felipe II
Habilidad exclusiva

El Escorial

Los Inquisidores pueden Eliminar herejía una vez más. Las unidades de combate y las religiosas tienen una bonificación de +5 a la Fuerza de combate contra jugadores de otras religiones.

Resumen
Felipe dirige otro imperio naval global pero, al contrario que Inglaterra, este es el principal candidato a conseguir una victoria religiosa.
Visión detallada
Felipe quiere que todos adopten su adorado catolicismo. Quiere establecer un pequeño imperio en la costa de su continente y luego salir a navegar en busca de otros lugares donde asentarse. Si no consigue encontrar asentamientos en otros continentes para instalarse de forma pacífica, usará a sus Conquistadores para hacerlo por la fuerza. Una vez allí, las Misiones y la habilidad de civilización de Flota del tesoro se asegurarán de que la presencia extranjera sea lucrativa para él. Intentará presionar a todos los que no sigan su religión hasta convertir a todo el mundo.
Contexto histórico
Gracias a los Habsburgo que lo precedieron, Felipe ya heredó una gran parte del mundo cuando nació. Sus tierras incluían no solo la mayoría de las partes importantes de Europa, sino además territorios en todos los continentes conocidos por los europeos (incluidas las islas Filipinas, que llevan su nombre). En una vida que abarca 71 años, demostró ser un déspota, pero también un hombre de letras y gran amante de la música y el arte. Reunió una de las mayores colecciones de arte y libros raros de la historia en San Lorenzo de El Escorial (su palacio, fuera de Madrid). Profundamente religioso, acogió en El Escorial un monasterio de los jerónimos y una escuela de los agustinos y el mayor de los relicarios fuera del Vaticano. Su vida abarcó el Siglo de Oro de España, por razones obvias.

Felipe nació en mayo de 1527, con mucho, mucho más que el proverbial pan debajo del brazo, pues era hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. A la edad de once meses recibió el juramento de fidelidad de las Cortes de Castilla y su futuro quedó asegurado. El niño se crio en la corte bajo la tutela de personas notables como Juan Silíceo (futuro arzobispo de Toledo) y el humanista Juan de Estrella. Lo entrenaron en las artes de la guerra Juan de Zúñiga –comendador mayor de Castilla– y el famoso duque de Alba, con quien Felipe sirvió durante la guerra italiana de 1542.

Convencido de que su hijo estaba bien preparado, el emperador enfermo empezó a abdicar de sus muchos tronos en favor de Felipe, comenzando por los de Sicilia y Nápoles en 1554. A la edad de 27, ya convertido en duque de Milán, Felipe II fue rey. En 1555, en una ceremonia grandiosa, Carlos informó a los Estados Generales de los Países Bajos que se retiraba a un monasterio y que Felipe gobernaría en adelante. Más tarde, Carlos renunció al trono del Imperio español en enero de 1558 discretamente. Felipe ya gobernaba un imperio en el que, ciertamente, nunca se ponía el sol.

A excepción de algunos hechos desagradables –como la ejecución del Justicia mayor de Aragón cuando sostuvo que Felipe vulneraba las leyes del lugar, el acuartelamiento de las tropas en Navarra en violación de sus leyes y los nombramientos ilegales de funcionarios castellanos en Pamplona (parece ser que Felipe encontraba las leyes españolas molestas)– los primeros tiempos de su reinado fueron bastante benignos. Sin embargo, fue un firme creyente en el derecho divino de los reyes (obviamente), a saber: que Dios le había hecho rey de España y que, como Dios no podía cometer un error, él tampoco podía.

El primer error que cometió fue con su prima María de Portugal en 1543, que murió dos años después de dar a luz al desafortunado don Carlos (que más tarde sería encarcelado, por orden de su padre, en el Alcázar de Madrid, donde moriría al cabo de seis meses). Una década más tarde, Felipe se casó con María I de Inglaterra, más conocida como "María la Sanguinaria", y se convirtió en el rey consorte de Inglaterra e Irlanda... pero María murió en 1558. Apenas enterró a la reina, le llegó al turno a Isabel de Valois, hija del rey Enrique II de Francia, para sellar la Paz de Cateau-Cambrésis y poner fin a la guerra entre España y Francia en 1559. Esta le dio a Felipe dos hijas, pero murió a su vez en 1568. Por último, volvió a limitarse al ámbito familiar y se casó con Ana de Austria, su sobrina, en 1570. La mujer duró una década antes de morir, pero consiguió darle un heredero varón (que se convertiría en Felipe III).

Pero fueron sus problemas con otra mujer los que cambiarían la civilización. En virtud de su matrimonio con María Tudor, la hija mayor de Enrique VIII, Felipe era –o al menos se consideraba– rey de Inglaterra. Cuando María murió y los tozudos británicos subieron a Isabel I al trono en lugar de aceptar las pretensiones del monarca español, este se enfadó. Y lo que es peor, Isabel auspició la Iglesia anglicana, que su padre había fundado, y comenzó a desarticular el catolicismo que María la Sanguinaria reinstaurara. Inglaterra volvió a ser protestante, y Felipe no pudo soportarlo. Y algo aún peor: Isabel propició la colonización inglesa del Nuevo Mundo... y dio apoyo tácito a los "piratas" ingleses que atacaban allí a los cargueros españoles. Era más de lo que un hombre podía tolerar.

Posteriormente, en 1585, Isabel envió un ejército inglés para ayudar a los protestantes holandeses a rebelarse contra el dominio español. Fue la gota que colmó el vaso. Dos años más tarde, el favorito de Isabel, Sir Francis Drake, capitaneó una incursión en el puerto español de Cádiz, en la que destruyó gran número de barcos de guerra de Felipe II. Este reconstruyó su flota y puso en marcha la "Armada Invencible" en julio de 1588, que fue un desastre absoluto y cambió el equilibrio de poderes en favor de la Inglaterra protestante. Reunió otras tres armadas, pero las de 1596 y 1597 fueron derrotadas y la de 1599 tuvo que desviarse a las Azores para defenderlas de las incursiones británicas. La guerra anglo-española se alargaría deslavazadamente hasta 1604, después de que Felipe e Isabel murieran.

Con España debilitada, Felipe hizo frente a una marea creciente de dificultades: la revuelta en los Países Bajos, la guerra contra los otomanos en el Mediterráneo, las guerras de religión en Francia, la agitación de las cortes de varios lugares, la participación en las caóticas guerras de Italia a instancias del papado, los disturbios en las colonias... Y se arruinó. Carlos V había cargado a Felipe con una deuda de 36 millones de ducados, y un déficit de un millón de ducados al año. Felipe había dejado de pagar los préstamos cuatro veces en 1596. La reducción de los ingresos de la corona desde el extranjero (en parte, gracias a los lobos de mar británicos) y la participación en tantos conflictos solo agravaron más la situación. Algunos historiadores afirman que los problemas financieros de Felipe tuvieron mucho que ver con la decadencia de España y que esta dejara de ser una gran potencia en el siglo siguiente.

No es de extrañar que Felipe –aunque seguía siendo el monarca más poderoso de Europa – guardara cama en El Escorial para ya no levantarse más de ella en septiembre de 1598.
icon_leader_philip_ii
Llegará el día en el que cuando estemos contemplando el mapa del mundo ya no será el mundo. Será España.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_spain
España

Preferencias

Agendas
Simpatía por la Contrarreforma
Le gustan las civilizaciones que siguen la misma religión y quiere que todas sus ciudades sigan la misma religión. Odia a todo el que intente propagar una religión en su imperio.
Religión
icon_religion_catholicism
Catolicismo
icon_leader_philip_ii
Llegará el día en el que cuando estemos contemplando el mapa del mundo ya no será el mundo. Será España.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_spain
España

Preferencias

Agendas
Simpatía por la Contrarreforma
Le gustan las civilizaciones que siguen la misma religión y quiere que todas sus ciudades sigan la misma religión. Odia a todo el que intente propagar una religión en su imperio.
Religión
icon_religion_catholicism
Catolicismo
Habilidad exclusiva

El Escorial

Los Inquisidores pueden Eliminar herejía una vez más. Las unidades de combate y las religiosas tienen una bonificación de +5 a la Fuerza de combate contra jugadores de otras religiones.

Resumen
Felipe dirige otro imperio naval global pero, al contrario que Inglaterra, este es el principal candidato a conseguir una victoria religiosa.
Visión detallada
Felipe quiere que todos adopten su adorado catolicismo. Quiere establecer un pequeño imperio en la costa de su continente y luego salir a navegar en busca de otros lugares donde asentarse. Si no consigue encontrar asentamientos en otros continentes para instalarse de forma pacífica, usará a sus Conquistadores para hacerlo por la fuerza. Una vez allí, las Misiones y la habilidad de civilización de Flota del tesoro se asegurarán de que la presencia extranjera sea lucrativa para él. Intentará presionar a todos los que no sigan su religión hasta convertir a todo el mundo.
Contexto histórico
Gracias a los Habsburgo que lo precedieron, Felipe ya heredó una gran parte del mundo cuando nació. Sus tierras incluían no solo la mayoría de las partes importantes de Europa, sino además territorios en todos los continentes conocidos por los europeos (incluidas las islas Filipinas, que llevan su nombre). En una vida que abarca 71 años, demostró ser un déspota, pero también un hombre de letras y gran amante de la música y el arte. Reunió una de las mayores colecciones de arte y libros raros de la historia en San Lorenzo de El Escorial (su palacio, fuera de Madrid). Profundamente religioso, acogió en El Escorial un monasterio de los jerónimos y una escuela de los agustinos y el mayor de los relicarios fuera del Vaticano. Su vida abarcó el Siglo de Oro de España, por razones obvias.

Felipe nació en mayo de 1527, con mucho, mucho más que el proverbial pan debajo del brazo, pues era hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. A la edad de once meses recibió el juramento de fidelidad de las Cortes de Castilla y su futuro quedó asegurado. El niño se crio en la corte bajo la tutela de personas notables como Juan Silíceo (futuro arzobispo de Toledo) y el humanista Juan de Estrella. Lo entrenaron en las artes de la guerra Juan de Zúñiga –comendador mayor de Castilla– y el famoso duque de Alba, con quien Felipe sirvió durante la guerra italiana de 1542.

Convencido de que su hijo estaba bien preparado, el emperador enfermo empezó a abdicar de sus muchos tronos en favor de Felipe, comenzando por los de Sicilia y Nápoles en 1554. A la edad de 27, ya convertido en duque de Milán, Felipe II fue rey. En 1555, en una ceremonia grandiosa, Carlos informó a los Estados Generales de los Países Bajos que se retiraba a un monasterio y que Felipe gobernaría en adelante. Más tarde, Carlos renunció al trono del Imperio español en enero de 1558 discretamente. Felipe ya gobernaba un imperio en el que, ciertamente, nunca se ponía el sol.

A excepción de algunos hechos desagradables –como la ejecución del Justicia mayor de Aragón cuando sostuvo que Felipe vulneraba las leyes del lugar, el acuartelamiento de las tropas en Navarra en violación de sus leyes y los nombramientos ilegales de funcionarios castellanos en Pamplona (parece ser que Felipe encontraba las leyes españolas molestas)– los primeros tiempos de su reinado fueron bastante benignos. Sin embargo, fue un firme creyente en el derecho divino de los reyes (obviamente), a saber: que Dios le había hecho rey de España y que, como Dios no podía cometer un error, él tampoco podía.

El primer error que cometió fue con su prima María de Portugal en 1543, que murió dos años después de dar a luz al desafortunado don Carlos (que más tarde sería encarcelado, por orden de su padre, en el Alcázar de Madrid, donde moriría al cabo de seis meses). Una década más tarde, Felipe se casó con María I de Inglaterra, más conocida como "María la Sanguinaria", y se convirtió en el rey consorte de Inglaterra e Irlanda... pero María murió en 1558. Apenas enterró a la reina, le llegó al turno a Isabel de Valois, hija del rey Enrique II de Francia, para sellar la Paz de Cateau-Cambrésis y poner fin a la guerra entre España y Francia en 1559. Esta le dio a Felipe dos hijas, pero murió a su vez en 1568. Por último, volvió a limitarse al ámbito familiar y se casó con Ana de Austria, su sobrina, en 1570. La mujer duró una década antes de morir, pero consiguió darle un heredero varón (que se convertiría en Felipe III).

Pero fueron sus problemas con otra mujer los que cambiarían la civilización. En virtud de su matrimonio con María Tudor, la hija mayor de Enrique VIII, Felipe era –o al menos se consideraba– rey de Inglaterra. Cuando María murió y los tozudos británicos subieron a Isabel I al trono en lugar de aceptar las pretensiones del monarca español, este se enfadó. Y lo que es peor, Isabel auspició la Iglesia anglicana, que su padre había fundado, y comenzó a desarticular el catolicismo que María la Sanguinaria reinstaurara. Inglaterra volvió a ser protestante, y Felipe no pudo soportarlo. Y algo aún peor: Isabel propició la colonización inglesa del Nuevo Mundo... y dio apoyo tácito a los "piratas" ingleses que atacaban allí a los cargueros españoles. Era más de lo que un hombre podía tolerar.

Posteriormente, en 1585, Isabel envió un ejército inglés para ayudar a los protestantes holandeses a rebelarse contra el dominio español. Fue la gota que colmó el vaso. Dos años más tarde, el favorito de Isabel, Sir Francis Drake, capitaneó una incursión en el puerto español de Cádiz, en la que destruyó gran número de barcos de guerra de Felipe II. Este reconstruyó su flota y puso en marcha la "Armada Invencible" en julio de 1588, que fue un desastre absoluto y cambió el equilibrio de poderes en favor de la Inglaterra protestante. Reunió otras tres armadas, pero las de 1596 y 1597 fueron derrotadas y la de 1599 tuvo que desviarse a las Azores para defenderlas de las incursiones británicas. La guerra anglo-española se alargaría deslavazadamente hasta 1604, después de que Felipe e Isabel murieran.

Con España debilitada, Felipe hizo frente a una marea creciente de dificultades: la revuelta en los Países Bajos, la guerra contra los otomanos en el Mediterráneo, las guerras de religión en Francia, la agitación de las cortes de varios lugares, la participación en las caóticas guerras de Italia a instancias del papado, los disturbios en las colonias... Y se arruinó. Carlos V había cargado a Felipe con una deuda de 36 millones de ducados, y un déficit de un millón de ducados al año. Felipe había dejado de pagar los préstamos cuatro veces en 1596. La reducción de los ingresos de la corona desde el extranjero (en parte, gracias a los lobos de mar británicos) y la participación en tantos conflictos solo agravaron más la situación. Algunos historiadores afirman que los problemas financieros de Felipe tuvieron mucho que ver con la decadencia de España y que esta dejara de ser una gran potencia en el siglo siguiente.

No es de extrañar que Felipe –aunque seguía siendo el monarca más poderoso de Europa – guardara cama en El Escorial para ya no levantarse más de ella en septiembre de 1598.
Idioma
Elegir reglamento
Get it on App StoreGet it on Google Play
Derechos de autorPolítica de privacidad