Abraham Lincoln quiere utilizar la industrialización para evitar la falta de armonía en su civilización.

Elegir bien el gobierno es importante para Abraham Lincoln, pues cuenta con la habilidad Padres Fundadores, que le da más espacios de gobierno y Favor diplomático. También quiere investigar Aprendizaje y construir Zonas industriales en todas las ciudades para recibir unidades cuerpo a cuerpo gratis. Lincoln debe evitar Riego y Plantaciones para no verse penalizado por ellos. Al final de la partida, le llegan el P-51 Mustang y el Estudio cinematográfico para darle el último empujón hacia la victoria.

Abraham Lincoln, uno de los rostros más reconocibles de la historia de los EE. UU., fue presidente durante solo cuatro años, pero durante ese tiempo abolió la esclavitud (una medida bastante tardía, en comparación con sus contemporáneos europeos), libró con éxito la Guerra Civil y catapultó a Estados Unidos a la era industrial.

Lincoln tuvo unos comienzos modestos en el Medio Oeste. Su familia era de terratenientes pobres que estaban atrapados entre las dos luchas principales del momento: el avance en dirección poniente hacia el territorio indígena y la tensión entre los agricultores esclavistas (donde la riqueza solía consolidarse en grandes latifundios) y quienes trabajaban sus propios campos. Los Lincoln se vieron empujados hacia el norte, hasta Indiana, donde se dedicaron a la carpintería y la agricultura. Eran tiempos difíciles: la madre de Lincoln murió siendo él pequeño, y su educación fue básicamente autodidacta. A su regreso de servir en la milicia contra los sauk, Lincoln estudió Derecho y comenzó a dedicarse a la política con fervor.

La carrera política temprana de Lincoln fue con los "whigs", un partido que se había unido –al menos en Estados Unidos– contra el poder ejecutivo, una evolución de su carácter antimonárquico original. En los EE. UU., esto significó combatir el potencial de figuras políticas como Andrew Jackson para establecer amplios poderes ejecutivos. Pero el país estaba cambiando, y las divisiones preponderantes ya no eran entre los ricos propietarios de plantaciones de Virginia (por ejemplo, Washington o Jefferson) en oposición a los ahorrativos y filosóficos habitantes de Nueva Inglaterra (como Franklin o Adams), sino entre el capital industrial del Norte contra un Sur que avanzaba hacia la agricultura industrial, impulsada por la mano de obra esclava. Cuando los whigs se convirtieron en el partido republicano y se alinearon con los intereses industriales del Norte contra los del Sur, Lincoln se volvió una voz cantante. Los puntos de vista de Lincoln pedían moderación en el tema de la esclavitud (por horrible que parezca hoy, era progresista para la época), el proteccionismo económico internacional y el apoyo a la industria nacional, todas políticas que favorecían el libre capital (dentro del país, al menos, y entre blancos), la industrialización y la riqueza de los industriales.

Estos terratenientes blancos sureños dependían de la esclavitud para satisfacer la demanda de la producción industrial y agrícola internacionales y del comercio global. Aun así, esta era una práctica cada vez más insostenible (y siempre abominable). Lincoln no disimuló su oposición a la esclavitud, aunque vio la contención, y no la erradicación, como el camino que seguir. Pero incluso este intento de moderación fue demasiado para los estados del Sur, quienes interpretaron su elección como una señal de que su poder dentro de la Unión menguaba de manera imparable y que la institución de la esclavitud –y, por tanto, su base económica– podría estar tocando a su fin. Así, justo después de que lo eligieran, la Confederación declaró que se separaba.

Lincoln era un polemista y, como tal, se vio criticado por subestimar la gravedad de la situación y no tomar medidas temprano, pero su inclinación por las palabras y la cautela daría muy buenos frutos más adelante. En la Guerra Civil, el Sur contaba con la ventaja de luchar en casa y de tener una élite bien formada para producir generales y estrategas, pero se había quedado rezagado respecto al Norte en casi todos los demás factores. Como gran parte de la mano de obra sureña estaba esclavizada (e iba a ser muy difícil presionarlos para que lucharan para que siguieran perpetuando su esclavitud), el Sur tuvo que usar campañas de propaganda para llevar a los blancos pobres y sin tierras a luchar. Además, las fábricas y la industria del Sur estaban muy retrasadas respecto a las del Norte. Y, por último, el Sur carecía de cualquier apoyo internacional.

Pero había un camino hacia la victoria, por improbable que pareciera. La política del resentimiento racial continuó, y Lincoln subestimó el sentimiento a favor de la esclavitud incluso en los estados que no se separaron (por ejemplo, Maryland): allí abundaron los disturbios y los sabotajes. Y, lo que era más siniestro aún, había muchas potencias internacionales a las que no les importaba que el Sur siguiera siendo un productor mayoritariamente agrícola de materias primas, para impulsar así su propia industria, y más dada la inclinación de Lincoln por los aranceles a la importación y la protección del comercio estadounidense. Lincoln interceptó a emisarios de la Confederación que iban a Inglaterra, pero en una hábil maniobra, lo perdonó, con lo que evitó un incidente internacional.

Las cosas podrían haber sido de otra manera: una potencia extranjera podría haber intervenido. Un levantamiento masivo de esclavos podría haber destruido la Confederación antes de que todo comenzara. Un levantamiento en masa a favor de la esclavitud podría haber saboteado la industria de los Estados Unidos. No ocurrió nada de esto, y la maquinaria industrial del Norte destruyó de manera inexorable a la Confederación.

El tema del industrialismo era la clave. En la Unión, Lincoln era famoso por haber impuesto un sistema bancario y un departamento de agricultura, puntos necesarios para poner a esa nación en crecimiento bajo un control centralizado. Pero la época de Lincoln también vio fábricas en crecimiento, el aumento de la inmigración europea a los EE. UU. y el desarrollo de los ferrocarriles. Y, además, el movimiento de estas fuerzas industriales contra las tierras del oeste: Lincoln (y más teniendo en cuenta su historia personal) no tuvo ninguna simpatía por los pueblos indígenas del continente.

La victoria de Lincoln y las reformas realizadas en el Sur a raíz de la guerra provocaron resentimientos. El presidente murió asesinado en Washington D. C. a manos de John Wilkes Booth en 1865, poco después de que lo reeligieran y apenas unos días después del final de la guerra. Booth creía que ese magnicidio provocaría la continuación de la guerra, pero no fue así. Lincoln sería sucedido por Andrew Johnson, un líder inepto como pocos.