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Introducción

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Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

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Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Luis II

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pedro

Pedro II

Pericles

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Señora Seis Cielo

Simón Bolívar

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wu Zetian

Yongle

Pericles
Habilidad exclusiva

Rodeado por la gloria

+5% a Cultura por cada ciudad-estado de la que seas suzerano.

Resumen
¿Quién podría dominar mejor el aspecto cívico de la vida que los griegos? Como ateniense, Pericles puede usar el poder y la flexibilidad del sistema de principios para prepararse para cualquier tipo de victoria.
Visión detallada
Pericles, que dirige Grecia, es capaz de liderar la producción de Cultura desde el principio de la partida aliándose con ciudades-estado o colocando una Acrópolis en una colina, en pleno centro de los distritos y de las maravillas de su ciudad. Unida a un espacio extra de política comodín, Grecia es el jugador más dotado para el gobierno. Al investigar los principios que potencian su estrategia de victoria, dispondrá de un amplio abanico de principios para ayudarla a progresar. El sistema de gobierno es flexible y admite cualquier tipo de victoria, aunque la cultural encaja bastante bien con Grecia.
Contexto histórico
Podría decirse que Pericles fue el orador y general griego más influyente de su época, tanto que fue considerado el "primer ciudadano de Atenas" por nada menos que el historiador contemporáneo Tucídides (quien, sin embargo, veía la política como un ejercicio de egoísmo y miedo, por lo que su opinión se debe coger con pinzas). Completamente por su propio interés, Pericles convirtió la Liga de Delos–que continuaría la lucha contra Persia– en un protoimperio ateniense. También trató de convertir Atenas en el centro artístico y cultural de Grecia, empeño en el que tuvo bastante éxito. Y, por apoyar la incipiente democracia, se le ha tachado de "populista" (algo que a él seguramente le haría reír).

Pericles nació alrededor del año 495 a. C. en Colargos, un demo en la periferia de Atenas, producto de la unión entre el general y político Jantipo y Agarista, una hija de la poderosa familia de los Alcmeónidas. Tanto Heródoto como Plutarco relatan que Agarista soñó unas cuantas noches antes del nacimiento de Pericles con "que daba luz a un león", aunque no se sabe si fue una visión relacionada con sus futuras proezas o con el hecho de que naciera con un cráneo inusualmente grande (de ahí que los comediantes de la época se refirieran a él como "cabeza de pera"; lo cual, aunque cruel, resulta divertido). En cualquier caso, Pericles fue un joven introvertido que disfrutó de la práctica de la retórica con los filósofos académicos que su familia podía permitirse como tutores.

Teniendo en cuenta las relaciones de su familia, tal vez era inevitable que Pericles entrara en la palestra política ateniense. En algún momento de sus primeros 30 años, fue el mayor perseguidor de Cimón, un líder de la facción conservadora acusado de descuidar los intereses de Atenas en favor de los propios. Aunque Cimón salió absuelto, dos años más tarde Pericles logró condenar a su rival al ostracismo (expulsión de la ciudad durante una década), acusado de haber ayudado a Esparta. Con ello, Pericles se convirtió en uno de los principales faros del movimiento democrático de Atenas, promoviendo una política social populista.

Pasó la década siguiente consolidando su posición y ganándose el favor de las clases más bajas. Uno de los primeros decretos que auspició utilizaba los fondos estatales para pagar la entrada al teatro para los pobres; en otro, ofreció salarios generosos para cualquiera que hiciera de jurado en el máximo tribunal ateniense. En connivencia con otros "demócratas" (que promovían los "demos", o plebeyos), Pericles pasó a reducir el papel del areópago, el consejo de aristócratas que gobernaba la ciudad, y encumbrar a la ecclesía, la asamblea ateniense. Desde su punto de vista, era imprescindible que Atenas se ganara el favor del público, al que consideraba un recurso desaprovechado y un elemento de vital importancia para el futuro dominio de Atenas sobre Grecia. Por ello, poco a poco, dio acceso a las clases bajas al sistema político y a los cargos públicos, de los que habían sido excluidos hasta aquel momento. Así, se puede considerar que las raíces de la democracia occidental se encuentran en sus sueños de imperio.

En todos estos politiqueos demostró ser un orador magistral y supo sacar partido de sus habilidades de sofista y su lógica de filósofo (ya que había aprendido de los mejores de ambos) en sus discursos. Sus detractores afirmaban, sin embargo, que era su consorte Aspasia quien realmente escribía muchos de sus famosos discursos; un grave insulto para cualquier hombre de estado de la época, sobre todo en Atenas, donde las mujeres eran ciudadanas de segunda clase (en el mejor de los casos). La indignación por el asesinato de Efialtes, uno de los primeros líderes del movimiento democrático, ofreció a Pericles la oportunidad de consolidar su autoridad. Sin Cimón ni otros cerca para oponerse a él, el líder indiscutible de los "demócratas" se convirtió en el líder indiscutible de Atenas (si uno sabía lo que le convenía).

Después de derrotar a la segunda invasión persa y la retirada de Esparta y de sus aliados del Peloponeso, en el año 479 a. C., Pericles formó la Liga de Delos, una alianza militar de las ciudades-estado del mar Egeo para proteger los intereses griegos... o, al menos, los intereses propios. Tras un ataque fallido a los persas en el año 454, Atenas presionó para que se transfiriera todo el tesoro de la Liga, que se había conseguido recaudando foros ("impuestos") entre los miembros para la reconstrucción de los templos destruidos por los persas, de Delos a Atenas. Tres años más tarde, otro de sus decretos impuso los pesos y medidas atenienses en toda la liga.

Pericles empezó a usar el tesoro para mayor gloria de Atenas, echando mano de él para financiar varios proyectos de construcción, especialmente un montón de edificios en la Acrópolis de la ciudad, como el templo de Atenea Niké, el Erecteión y el enorme Partenón, que empezó alrededor del año 447 a. C. Alegó que los aliados pagaban para que Atenas (que tenía la flota más grande) los defendiera y, puesto que ese era el caso, no tenía por qué dar cuenta de cómo se gastaba el dinero. También utilizó los fondos (tanto los propios como los de la liga) para sufragar a dramaturgos famosos como Sófocles, Esquilo, Eurípides y Aristófanes (que no se estaban haciendo ricos por tantas actuaciones gratuitas). Escultores como Fidias y Mirón embellecieron la ciudad con obras en mármol y piedra. Los filósofos Protágoras, Zenón y Anaxágoras eran amigos personales de Pericles, a pesar de que el gran Sócrates se mostró impermeable a los halagos. Se podría decir que Pericles financió la Edad de Oro de Grecia... usando 9000 talentos de oro que eran de otros.

En el 458 ya había sido elegido estratego (general) de las fuerzas combinadas de Atenas y sus aliados. Y pronto puso en marcha la primera guerra del Peloponeso; al menos, según Tucídides y Plutarco, aunque no eran observadores muy objetivos. A todas luces, Pericles estaba convencido de que una guerra por el control de Grecia entre Esparta y Atenas era inevitable. Así que envió a las fuerzas atenienses en el año 433 para apoyar a Corcira en su disputa con Corinto, aliada de Esparta. Tal vez Pericles estaba buscando pelea y, cuando Atenas rechazó las exigencias de Esparta de cesar en su actitud, la Liga del Peloponeso y la de Delos se las tuvieron. Esparta asoló la campiña de Ática; Pericles hizo marchar a todo el mundo a Atenas y se preparó para desgastar a los del Peloponeso. Sin embargo, en el año 429 a. C., la peste asoló la ciudad, llena de gente. Entre las víctimas que se cobró se contaba el propio Pericles, que no fue capaz de debatir con una enterobacteria.
icon_leader_pericles
El hecho de que no te intereses por la política no significa que la política no se interese por ti.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_greece
Grecia

Preferencias

Agendas
Liga de Delos
Le gustan las civilizaciones que no compiten por la lealtad de una misma ciudad-estado. No le gustan las civilizaciones que compiten directamente por la lealtad de una ciudad-estado.
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El hecho de que no te intereses por la política no significa que la política no se interese por ti.

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Liga de Delos
Le gustan las civilizaciones que no compiten por la lealtad de una misma ciudad-estado. No le gustan las civilizaciones que compiten directamente por la lealtad de una ciudad-estado.
Habilidad exclusiva

Rodeado por la gloria

+5% a Cultura por cada ciudad-estado de la que seas suzerano.

Resumen
¿Quién podría dominar mejor el aspecto cívico de la vida que los griegos? Como ateniense, Pericles puede usar el poder y la flexibilidad del sistema de principios para prepararse para cualquier tipo de victoria.
Visión detallada
Pericles, que dirige Grecia, es capaz de liderar la producción de Cultura desde el principio de la partida aliándose con ciudades-estado o colocando una Acrópolis en una colina, en pleno centro de los distritos y de las maravillas de su ciudad. Unida a un espacio extra de política comodín, Grecia es el jugador más dotado para el gobierno. Al investigar los principios que potencian su estrategia de victoria, dispondrá de un amplio abanico de principios para ayudarla a progresar. El sistema de gobierno es flexible y admite cualquier tipo de victoria, aunque la cultural encaja bastante bien con Grecia.
Contexto histórico
Podría decirse que Pericles fue el orador y general griego más influyente de su época, tanto que fue considerado el "primer ciudadano de Atenas" por nada menos que el historiador contemporáneo Tucídides (quien, sin embargo, veía la política como un ejercicio de egoísmo y miedo, por lo que su opinión se debe coger con pinzas). Completamente por su propio interés, Pericles convirtió la Liga de Delos–que continuaría la lucha contra Persia– en un protoimperio ateniense. También trató de convertir Atenas en el centro artístico y cultural de Grecia, empeño en el que tuvo bastante éxito. Y, por apoyar la incipiente democracia, se le ha tachado de "populista" (algo que a él seguramente le haría reír).

Pericles nació alrededor del año 495 a. C. en Colargos, un demo en la periferia de Atenas, producto de la unión entre el general y político Jantipo y Agarista, una hija de la poderosa familia de los Alcmeónidas. Tanto Heródoto como Plutarco relatan que Agarista soñó unas cuantas noches antes del nacimiento de Pericles con "que daba luz a un león", aunque no se sabe si fue una visión relacionada con sus futuras proezas o con el hecho de que naciera con un cráneo inusualmente grande (de ahí que los comediantes de la época se refirieran a él como "cabeza de pera"; lo cual, aunque cruel, resulta divertido). En cualquier caso, Pericles fue un joven introvertido que disfrutó de la práctica de la retórica con los filósofos académicos que su familia podía permitirse como tutores.

Teniendo en cuenta las relaciones de su familia, tal vez era inevitable que Pericles entrara en la palestra política ateniense. En algún momento de sus primeros 30 años, fue el mayor perseguidor de Cimón, un líder de la facción conservadora acusado de descuidar los intereses de Atenas en favor de los propios. Aunque Cimón salió absuelto, dos años más tarde Pericles logró condenar a su rival al ostracismo (expulsión de la ciudad durante una década), acusado de haber ayudado a Esparta. Con ello, Pericles se convirtió en uno de los principales faros del movimiento democrático de Atenas, promoviendo una política social populista.

Pasó la década siguiente consolidando su posición y ganándose el favor de las clases más bajas. Uno de los primeros decretos que auspició utilizaba los fondos estatales para pagar la entrada al teatro para los pobres; en otro, ofreció salarios generosos para cualquiera que hiciera de jurado en el máximo tribunal ateniense. En connivencia con otros "demócratas" (que promovían los "demos", o plebeyos), Pericles pasó a reducir el papel del areópago, el consejo de aristócratas que gobernaba la ciudad, y encumbrar a la ecclesía, la asamblea ateniense. Desde su punto de vista, era imprescindible que Atenas se ganara el favor del público, al que consideraba un recurso desaprovechado y un elemento de vital importancia para el futuro dominio de Atenas sobre Grecia. Por ello, poco a poco, dio acceso a las clases bajas al sistema político y a los cargos públicos, de los que habían sido excluidos hasta aquel momento. Así, se puede considerar que las raíces de la democracia occidental se encuentran en sus sueños de imperio.

En todos estos politiqueos demostró ser un orador magistral y supo sacar partido de sus habilidades de sofista y su lógica de filósofo (ya que había aprendido de los mejores de ambos) en sus discursos. Sus detractores afirmaban, sin embargo, que era su consorte Aspasia quien realmente escribía muchos de sus famosos discursos; un grave insulto para cualquier hombre de estado de la época, sobre todo en Atenas, donde las mujeres eran ciudadanas de segunda clase (en el mejor de los casos). La indignación por el asesinato de Efialtes, uno de los primeros líderes del movimiento democrático, ofreció a Pericles la oportunidad de consolidar su autoridad. Sin Cimón ni otros cerca para oponerse a él, el líder indiscutible de los "demócratas" se convirtió en el líder indiscutible de Atenas (si uno sabía lo que le convenía).

Después de derrotar a la segunda invasión persa y la retirada de Esparta y de sus aliados del Peloponeso, en el año 479 a. C., Pericles formó la Liga de Delos, una alianza militar de las ciudades-estado del mar Egeo para proteger los intereses griegos... o, al menos, los intereses propios. Tras un ataque fallido a los persas en el año 454, Atenas presionó para que se transfiriera todo el tesoro de la Liga, que se había conseguido recaudando foros ("impuestos") entre los miembros para la reconstrucción de los templos destruidos por los persas, de Delos a Atenas. Tres años más tarde, otro de sus decretos impuso los pesos y medidas atenienses en toda la liga.

Pericles empezó a usar el tesoro para mayor gloria de Atenas, echando mano de él para financiar varios proyectos de construcción, especialmente un montón de edificios en la Acrópolis de la ciudad, como el templo de Atenea Niké, el Erecteión y el enorme Partenón, que empezó alrededor del año 447 a. C. Alegó que los aliados pagaban para que Atenas (que tenía la flota más grande) los defendiera y, puesto que ese era el caso, no tenía por qué dar cuenta de cómo se gastaba el dinero. También utilizó los fondos (tanto los propios como los de la liga) para sufragar a dramaturgos famosos como Sófocles, Esquilo, Eurípides y Aristófanes (que no se estaban haciendo ricos por tantas actuaciones gratuitas). Escultores como Fidias y Mirón embellecieron la ciudad con obras en mármol y piedra. Los filósofos Protágoras, Zenón y Anaxágoras eran amigos personales de Pericles, a pesar de que el gran Sócrates se mostró impermeable a los halagos. Se podría decir que Pericles financió la Edad de Oro de Grecia... usando 9000 talentos de oro que eran de otros.

En el 458 ya había sido elegido estratego (general) de las fuerzas combinadas de Atenas y sus aliados. Y pronto puso en marcha la primera guerra del Peloponeso; al menos, según Tucídides y Plutarco, aunque no eran observadores muy objetivos. A todas luces, Pericles estaba convencido de que una guerra por el control de Grecia entre Esparta y Atenas era inevitable. Así que envió a las fuerzas atenienses en el año 433 para apoyar a Corcira en su disputa con Corinto, aliada de Esparta. Tal vez Pericles estaba buscando pelea y, cuando Atenas rechazó las exigencias de Esparta de cesar en su actitud, la Liga del Peloponeso y la de Delos se las tuvieron. Esparta asoló la campiña de Ática; Pericles hizo marchar a todo el mundo a Atenas y se preparó para desgastar a los del Peloponeso. Sin embargo, en el año 429 a. C., la peste asoló la ciudad, llena de gente. Entre las víctimas que se cobró se contaba el propio Pericles, que no fue capaz de debatir con una enterobacteria.
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