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Introducción

Abraham Lincoln

Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

Isabel I

Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Luis II

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pedro

Pedro II

Pericles

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Señora Seis Cielo

Simón Bolívar

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wu Zetian

Yongle

Cleopatra VII
Habilidad exclusiva

Unión del Mediterráneo

Tus Rutas comerciales con otras civilizaciones proporcionan +4 de Oro para Egipto. Las Rutas comerciales de otras civilizaciones con Egipto les proporcionan +2 a Alimentos a dichas civilizaciones y +2 de Oro a Egipto.

Resumen
Cleopatra es la principal competidora de Qin Shi Huang en la carrera de las maravillas. Sin embargo, en lugar de una Gran Muralla tras la que ocultarse, utiliza su encanto (y beneficios comerciales) para animar a sus poderosas amistades a atacar en su nombre.
Visión detallada
Egipto empieza junto a un Río, donde recibe bonificaciones por construir distritos y maravillas. Las maravillas son especialmente valiosas con Esfinges cerca, lo que permite a Egipto ponerse en marcha rápidamente en todas las áreas del juego. Si Cleopatra se gana la amistad de otras civilizaciones poderosas (a lo mejor porque consiguen Alimentos al comerciar con ella), podrá seguir avanzando con las maravillas. Esto la situará en buena posición para intentar cualquier tipo de victoria, aunque con maravillas y Esfinges, la victoria cultural sería la más fácil para ella.
Contexto histórico
Se consideraba que Cleopatra Filopátor era muy seductora en su época (aunque no hay duda de que los cánones de belleza han cambiado desde entonces). También logró eludir los estragos del tiempo, pues murió a los 40 años. Sin embargo, en ese corto periodo de tiempo, estuvo casada con dos de sus hermanos, tuvo relaciones con dos de los hombres más poderosos de Roma y perdió un imperio. Una vida plena para los estándares de cualquiera.

Cleopatra, hija de Ptolomeo XII y Cleopatra V, nació en el año 69 a. C. Ya de joven se declaró a sí misma reencarnación de la diosa Isis, lo cual era una forma habitual de legitimarse políticamente. Después de algunos envenenamientos y ejecuciones entre las mujeres de los Ptolomeo, a la edad de 14 años se convirtió en regente y ayudante de su padre. Cuatro años después, en marzo del 51 a. C., este murió, dejándoles a ella y a su hermano de diez años de edad, Ptolomeo XIII, el gobierno conjunto del reino. Aunque estaba casada con su hermano menor, Cleopatra –la séptima de ese nombre en el gobierno– no tenía ninguna intención de compartir el poder con su hermano.

En agosto del año 51 a. C., cualquier pretensión de armonía fraternal había desaparecido. Cleopatra hizo borrar el nombre de Ptolomeo de los registros oficiales y puso solo su efigie en la nueva moneda. Ptolomeo, mostrando más sentido común de lo esperado, se escondió. En el año 48 a. C., el eunuco Potino y el tutor de Ptolomeo –Theodoto– orquestaron una revolución en palacio para deponer a Cleopatra y proclamar a Ptolomeo XIII único faraón. Cleopatra trató de rebelarse, pero pronto se vio obligada a esconderse.

Mientras tanto, el general Pompeyo había tenido la mala suerte de escoger el bando contrario a Julio César en la última guerra civil romana. Cuando las cosas pintaron mal, Pompeyo huyó a Alejandría en busca de refugio. El lumbreras de Ptolomeo, siguiendo el consejo de Potino, mandó asesinar a Pompeyo con la esperanza de congraciarse con César, un error de cálculo de proporciones faraónicas. Cuando Julio llegó, dos días más tarde, montó en cólera y anunció su intención de ejecutar a Ptolomeo y a Potino. Este último levantó rápidamente a la chusma local para que se opusiera. César desembarcó su legión, tomó la capital y se proclamó árbitro de la disputa dinástica de los hermanos.

En las negociaciones que siguieron, Potino, actuando en nombre de Ptolomeo, se mostró del todo insolente con Julio César, otro error de cálculo (y muy mal movimiento para su carrera). Cleopatra se había colado de tapadillo en palacio, donde sedujo a Julio, que ya tenía 52 años. El primer encuentro entre el estoico general romano y la fogosa reina egipcia debió de ser espectacular, porque nueve meses después Cleopatra dio a luz al hijo de ambos. Pero antes de eso, César declaró a los hermanos cogobernantes, supervisó la renovación de los votos nupciales, mandó ejecutar a Potino, resistió un asedio al palacio y puso fin a una rebelión en la ciudad (quemando por accidente la mayor parte de la gran biblioteca en el proceso).

Ptolomeo XIII, en lugar de conformarse con vivir feliz en el exilio, levantó un ejército y desafió a César y Cleopatra, con lo que consiguió ser derrotado de manera decisiva en la batalla del Nilo (una de tantas con este nombre en la historia de Egipto), donde se ahogó. César reafirmó a Cleopatra como gobernante de Egipto y la casó con su hermano más joven, Ptolomeo XIV, para mantener al pueblo complacido (es posible que las tres legiones que mantenía en el país ayudaran bastante). A pesar del falso matrimonio, César y Cleopatra continuaron su tórrido romance y pronto fueron a Roma, llevándose consigo al nuevo Ptolomeo y a Cesarión ("el pequeño César", hijo de Julio). Allí, Cleopatra y su séquito egipcio se instalaron en una de las casas de campo de César, mientras su mujer, Calpurnia, residía en la casa que el matrimonio tenía en Roma.

Este idilio de dos años llegó a su fin con los idus de marzo. César nunca había nombrado heredero a su hijo, y había elegido en su lugar a su sobrino nieto Octavio. Sin ninguna buena perspectiva en Roma y vilipendiada en general por la élite que estaba en el poder –salvo por Marco Antonio, amigo de César– Cleopatra regresó a Alejandría. Muy pronto Ptolomeo XIV murió, se rumorea que a manos de su hermana. Cleopatra convirtió a Cesarión en corregente y lo nombró su sucesor.

Durante la subsiguiente guerra civil romana entre el triunvirato encabezado por Octavio y los asesinos de Julio, Marco Antonio llegó a Egipto. Cleopatra se reunió con él y, con su habitual talento, lo sedujo tanto que este decidió pasar el invierno del 41 a. C. con ella en vez de continuar la guerra. Debió de ser un intervalo lleno de diversión porque, en diciembre del 40 a. C., dio a luz a dos gemelos hijos de Marco Antonio. Ah, e hizo que este mandara matar a la última hermana que le quedaba, Arsinoe, antes de que el general regresara al campo de batalla.

Marco Antonio volvió cuatro años más tarde, al parecer para hacer la guerra contra los partos del este. Pero se vio capturado una vez más en la telaraña de Cleopatra y contrajo matrimonio con ella según un rito egipcio, aunque en verdad estaba casado con la hermana de Octavio. Marco Antonio entregó a Egipto los extensos territorios que había conquistado en Armenia y Medea, y los vastos reinos ptolemaicos se repartieron entre Cleopatra, el joven Cesarión (al que Cleopatra proclamó hijo de Horus y "rey de reyes") y los gemelos de Marco Antonio. Fue la proverbial gota de agua que colmó el vaso para Octavo, que convenció al Senado romano para "decretar" la guerra contra Egipto en el año 33 a. C.

Tras dos años de escaramuzas, las fuerzas de Marco Antonio se enfrentaron a las de Octavio en una batalla naval frente a las costas de Actium, al oeste de Grecia. Después de sufrir una derrota decisiva, Marco Antonio se clavó su propia espada, literalmente. Cleopatra estuvo presente en la batalla con una flota egipcia propia, pero huyó antes de que esta se resolviera (y, con ello, tal vez contribuyó a la muerte de su amante). En cuestión de meses, Octavio invadió Egipto y encontró una resistencia mínima. Las tropas restantes de Marco Antonio traicionaron a Cleopatra y le abrieron las puertas de la ciudad a Octavio en el primer día del mes de agosto del año 30 a. C.

Cuando las tropas entraron y rodearon su palacio (o tal vez su mausoleo), Cleopatra se suicidó llevándose su áspide al pecho (aunque algunos afirman que tomó una mezcla de cicuta y opio). A su hijo Cesarión lo capturaron y ejecutaron, y el imperio absorbió a Egipto definitivamente. En Roma, Octavio se convirtió en emperador; al morir, Cleopatra se convirtió en leyenda.
icon_leader_cleopatra
La eternidad estuvo en nuestros ojos y labios.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_egypt
Egipto

Preferencias

Agendas
Reina del Nilo
Le gustan las civilizaciones con ejércitos fuertes e intentará aliarse con ellas para evitar conflictos militares. No le gustan las civilizaciones con ejércitos débiles.
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Le gustan las civilizaciones con ejércitos fuertes e intentará aliarse con ellas para evitar conflictos militares. No le gustan las civilizaciones con ejércitos débiles.
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Tus Rutas comerciales con otras civilizaciones proporcionan +4 de Oro para Egipto. Las Rutas comerciales de otras civilizaciones con Egipto les proporcionan +2 a Alimentos a dichas civilizaciones y +2 de Oro a Egipto.

Resumen
Cleopatra es la principal competidora de Qin Shi Huang en la carrera de las maravillas. Sin embargo, en lugar de una Gran Muralla tras la que ocultarse, utiliza su encanto (y beneficios comerciales) para animar a sus poderosas amistades a atacar en su nombre.
Visión detallada
Egipto empieza junto a un Río, donde recibe bonificaciones por construir distritos y maravillas. Las maravillas son especialmente valiosas con Esfinges cerca, lo que permite a Egipto ponerse en marcha rápidamente en todas las áreas del juego. Si Cleopatra se gana la amistad de otras civilizaciones poderosas (a lo mejor porque consiguen Alimentos al comerciar con ella), podrá seguir avanzando con las maravillas. Esto la situará en buena posición para intentar cualquier tipo de victoria, aunque con maravillas y Esfinges, la victoria cultural sería la más fácil para ella.
Contexto histórico
Se consideraba que Cleopatra Filopátor era muy seductora en su época (aunque no hay duda de que los cánones de belleza han cambiado desde entonces). También logró eludir los estragos del tiempo, pues murió a los 40 años. Sin embargo, en ese corto periodo de tiempo, estuvo casada con dos de sus hermanos, tuvo relaciones con dos de los hombres más poderosos de Roma y perdió un imperio. Una vida plena para los estándares de cualquiera.

Cleopatra, hija de Ptolomeo XII y Cleopatra V, nació en el año 69 a. C. Ya de joven se declaró a sí misma reencarnación de la diosa Isis, lo cual era una forma habitual de legitimarse políticamente. Después de algunos envenenamientos y ejecuciones entre las mujeres de los Ptolomeo, a la edad de 14 años se convirtió en regente y ayudante de su padre. Cuatro años después, en marzo del 51 a. C., este murió, dejándoles a ella y a su hermano de diez años de edad, Ptolomeo XIII, el gobierno conjunto del reino. Aunque estaba casada con su hermano menor, Cleopatra –la séptima de ese nombre en el gobierno– no tenía ninguna intención de compartir el poder con su hermano.

En agosto del año 51 a. C., cualquier pretensión de armonía fraternal había desaparecido. Cleopatra hizo borrar el nombre de Ptolomeo de los registros oficiales y puso solo su efigie en la nueva moneda. Ptolomeo, mostrando más sentido común de lo esperado, se escondió. En el año 48 a. C., el eunuco Potino y el tutor de Ptolomeo –Theodoto– orquestaron una revolución en palacio para deponer a Cleopatra y proclamar a Ptolomeo XIII único faraón. Cleopatra trató de rebelarse, pero pronto se vio obligada a esconderse.

Mientras tanto, el general Pompeyo había tenido la mala suerte de escoger el bando contrario a Julio César en la última guerra civil romana. Cuando las cosas pintaron mal, Pompeyo huyó a Alejandría en busca de refugio. El lumbreras de Ptolomeo, siguiendo el consejo de Potino, mandó asesinar a Pompeyo con la esperanza de congraciarse con César, un error de cálculo de proporciones faraónicas. Cuando Julio llegó, dos días más tarde, montó en cólera y anunció su intención de ejecutar a Ptolomeo y a Potino. Este último levantó rápidamente a la chusma local para que se opusiera. César desembarcó su legión, tomó la capital y se proclamó árbitro de la disputa dinástica de los hermanos.

En las negociaciones que siguieron, Potino, actuando en nombre de Ptolomeo, se mostró del todo insolente con Julio César, otro error de cálculo (y muy mal movimiento para su carrera). Cleopatra se había colado de tapadillo en palacio, donde sedujo a Julio, que ya tenía 52 años. El primer encuentro entre el estoico general romano y la fogosa reina egipcia debió de ser espectacular, porque nueve meses después Cleopatra dio a luz al hijo de ambos. Pero antes de eso, César declaró a los hermanos cogobernantes, supervisó la renovación de los votos nupciales, mandó ejecutar a Potino, resistió un asedio al palacio y puso fin a una rebelión en la ciudad (quemando por accidente la mayor parte de la gran biblioteca en el proceso).

Ptolomeo XIII, en lugar de conformarse con vivir feliz en el exilio, levantó un ejército y desafió a César y Cleopatra, con lo que consiguió ser derrotado de manera decisiva en la batalla del Nilo (una de tantas con este nombre en la historia de Egipto), donde se ahogó. César reafirmó a Cleopatra como gobernante de Egipto y la casó con su hermano más joven, Ptolomeo XIV, para mantener al pueblo complacido (es posible que las tres legiones que mantenía en el país ayudaran bastante). A pesar del falso matrimonio, César y Cleopatra continuaron su tórrido romance y pronto fueron a Roma, llevándose consigo al nuevo Ptolomeo y a Cesarión ("el pequeño César", hijo de Julio). Allí, Cleopatra y su séquito egipcio se instalaron en una de las casas de campo de César, mientras su mujer, Calpurnia, residía en la casa que el matrimonio tenía en Roma.

Este idilio de dos años llegó a su fin con los idus de marzo. César nunca había nombrado heredero a su hijo, y había elegido en su lugar a su sobrino nieto Octavio. Sin ninguna buena perspectiva en Roma y vilipendiada en general por la élite que estaba en el poder –salvo por Marco Antonio, amigo de César– Cleopatra regresó a Alejandría. Muy pronto Ptolomeo XIV murió, se rumorea que a manos de su hermana. Cleopatra convirtió a Cesarión en corregente y lo nombró su sucesor.

Durante la subsiguiente guerra civil romana entre el triunvirato encabezado por Octavio y los asesinos de Julio, Marco Antonio llegó a Egipto. Cleopatra se reunió con él y, con su habitual talento, lo sedujo tanto que este decidió pasar el invierno del 41 a. C. con ella en vez de continuar la guerra. Debió de ser un intervalo lleno de diversión porque, en diciembre del 40 a. C., dio a luz a dos gemelos hijos de Marco Antonio. Ah, e hizo que este mandara matar a la última hermana que le quedaba, Arsinoe, antes de que el general regresara al campo de batalla.

Marco Antonio volvió cuatro años más tarde, al parecer para hacer la guerra contra los partos del este. Pero se vio capturado una vez más en la telaraña de Cleopatra y contrajo matrimonio con ella según un rito egipcio, aunque en verdad estaba casado con la hermana de Octavio. Marco Antonio entregó a Egipto los extensos territorios que había conquistado en Armenia y Medea, y los vastos reinos ptolemaicos se repartieron entre Cleopatra, el joven Cesarión (al que Cleopatra proclamó hijo de Horus y "rey de reyes") y los gemelos de Marco Antonio. Fue la proverbial gota de agua que colmó el vaso para Octavo, que convenció al Senado romano para "decretar" la guerra contra Egipto en el año 33 a. C.

Tras dos años de escaramuzas, las fuerzas de Marco Antonio se enfrentaron a las de Octavio en una batalla naval frente a las costas de Actium, al oeste de Grecia. Después de sufrir una derrota decisiva, Marco Antonio se clavó su propia espada, literalmente. Cleopatra estuvo presente en la batalla con una flota egipcia propia, pero huyó antes de que esta se resolviera (y, con ello, tal vez contribuyó a la muerte de su amante). En cuestión de meses, Octavio invadió Egipto y encontró una resistencia mínima. Las tropas restantes de Marco Antonio traicionaron a Cleopatra y le abrieron las puertas de la ciudad a Octavio en el primer día del mes de agosto del año 30 a. C.

Cuando las tropas entraron y rodearon su palacio (o tal vez su mausoleo), Cleopatra se suicidó llevándose su áspide al pecho (aunque algunos afirman que tomó una mezcla de cicuta y opio). A su hijo Cesarión lo capturaron y ejecutaron, y el imperio absorbió a Egipto definitivamente. En Roma, Octavio se convirtió en emperador; al morir, Cleopatra se convirtió en leyenda.
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