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Tierra Cri

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Zululandia

Líderes

Hungría
Habilidad exclusiva

Perla del Danubio

+50% a la Producción de distritos y edificios construidos a través de un río de un Centro urbano.

Contexto histórico
Durante casi un milenio, el reino de Hungría fue una de las principales potencias de Europa central, y su influencia marcó a los soberanos y los reinos de la región. Las contribuciones culturales y militares del multiétnico y multilingüístico reino fueron críticas en el intercambio entre Europa occidental y oriental. El reino está atravesado por ríos como el caudaloso Danubio (que divide Budapest por la mitad), e incluye las planicies de la cuenca de los Cárpatos rodeada de cordilleras. Sus aguas termales han sido objeto de atención desde la época de los romanos. Su posición estratégica en una de las mayores rutas intercontinentales de Europa ha hecho de este reino un objetivo codiciado por nobles y soberanos.

Cuando los magiares bajo el mando de Árpád establecieron el principado de Hungría en el siglo X, dejaron atrás su estilo de vida seminómada y los saqueos esporádicos en favor de un sistema feudal, aunque conservaron algunas de sus viejas costumbres y tomaron prestadas algunas palabras eslavas de sus vasallos para su lengua vernácula. El Reino de Hungría fue fundado por Esteban I, que fue proclamado santo por la Iglesia gracias a sus esfuerzos por instaurar el cristianismo como religión oficial. De hecho, el territorio del reino de Hungría también era conocido como las "Tierras de la Corona de san Esteban" (aunque cada territorio tenía un estatus legal específico respecto al monarca).

La nobleza del reino de Hungría gozaba de gran autonomía y se limitó relativamente la autoridad del rey después de que András II promulgara la Bula de Oro de 1222. Los nobles no estaban sometidos a impuestos, podían desobedecer al rey si actuaba fuera de la ley, no estaban obligados a ir a la guerra más allá de las fronteras del reino y su estamento carecía de una fuerte jerarquía, por lo que todos podían considerarse más o menos iguales. Llama la atención las similitudes entre la Bula de Oro y la Carta Magna de Inglaterra.

La invasión europea de los mongoles al mando de Subotai en 1241 devastó el reino (y gran parte de Europa). El rey Bela IV construyó una serie de fortalezas fronterizas para evitar futuras invasiones, pero los conflictos con las demás potencias europeas debilitaron al reino e hicieron que la dinastía Árpád desapareciera finalmente en 1301. Los angevinos reinaron durante casi un siglo y les sucedieron varios soberanos que no instauraron dinastías, entre ellos emperadores del Sacro Imperio romano.

La Edad Media llegaba a su fin y las ideas que definirían la Edad Moderna comenzaban a gestarse en Italia cuando Matías Corvino fue elegido por la Dieta. Durante su reinado, Hungría se expandió militarmente y reformó la administración. Muchos consideran que esta fue la edad de oro del reino, que terminó de forma abrupta y catastrófica con la batalla de Mohács entre Solimán I de los otomanos y Luis II de Hungría.

La batalla de Mohács es una de las más importantes que se hayan librado en Europa. Un diminuto ejército húngaro organizado bajo el viejo patrón feudal de caballería pesada y levas de infantería (un retroceso respecto a las reformas que el Ejército Negro había iniciado hacía más de una generación) fue aplastado por un ejército otomano que casi le doblaba el tamaño, organizado según la doctrina moderna de artillería, y un núcleo de jenízaros de élite armados con mosquetes. El rey Luis de Hungría y gran parte de la nobleza fueron masacrados en el campo de batalla. Tras el combate, los otomanos se dividieron el reino de Hungría con el Sacro Imperio romano y lo usaron como un estado colchón.

Durante los siguientes tres siglos y medio, el reino de Hungría vivió varios conflictos con el Imperio otomano y el Sacro Imperio romano, sin contar nunca con las fuerzas necesarias para ejercer su voluntad, pero lo bastante poderoso como para entrar en los cálculos geopolíticos de Europa Central. Las tradicionales libertades de la nobleza se convirtieron en sagradas costumbres, y los Habsburgo del Sacro Imperio romano se vieron obligados a reiterar estos privilegios a cambio del apoyo húngaro, ya fuese político o militar. Eso evitó que la identidad húngara desapareciese.

Este espíritu independiente se manifestó en varios intentos de levantamientos y rebeliones contra el control de los Habsburgo. Durante la Guerra de Sucesión Española, el príncipe transilvano Francisco Rákóczi II organizó una rebelión entre 1703 y 1711 (llamada la Rebelión de Rákóczi por falta de imaginación), que fracasó debido a la falta de aliados y apoyo exterior. Con las revoluciones europeas de 1848, Hungría estuvo cerca de lograr su tan ansiada independencia. El espíritu revolucionario hizo estragos en los dominios de los Habsburgo, quienes perdieron la mayor parte del territorio a manos de una nueva generación de fervientes patriotas. Solo pudieron recuperar el control por medio de una alianza con Austria y Rusia. Con el Compromiso de 1867, el Imperio de los Habsburgo se convirtió en la monarquía dual de Austria-Hungría. Al final, los Habsburgo se vieron obligados a reconocer la autonomía del reino de Hungría.

El reino se disolvió tras la Primera Guerra Mundial con la partición del Imperio austrohúngaro. El período de entreguerras se caracterizó por gobiernos republicanos fugaces hasta que volvió a reestablecerse la monarquía debido al resurgimiento político de la derecha. Hungría se asoció con los países del Eje durante la Segunda Guerra Mundial en uno de los capítulos más oscuros de su historia. La ocupación soviética de 1944 marcó el fin del reino de Hungría (aunque no de la nación).

La capital de Hungría, Budapest, es una de las grandes ciudades europeas, y cuenta con una magnífica arquitectura y un ambiente cultural y cosmopolita. Está formada por tres ciudades (Buda, Pest y Óbuda, que significa "Antigua Buda"), construidas en antiguos asentamientos de la época de los celtas, un fascinante legado que se ha mantenido hasta nuestros días. El centro de la ciudad y el Danubio están considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
PortraitSquare
icon_civilization_hungary

Rasgos

Líderes
icon_leader_matthias_corvinus
Matías Corvino
Unidades especiales
icon_unit_hungary_huszar
Húsar
Infraestructura especial
icon_building_thermal_bath
Baño termal

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa
Tamaño
Unos 283 000 kilómetros cuadrados
Población
Sobre 3,2 millones en 1490
Capital
Buda, posteriormente Budapest
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Rasgos

Líderes
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Matías Corvino
Unidades especiales
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Húsar
Infraestructura especial
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Baño termal

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa
Tamaño
Unos 283 000 kilómetros cuadrados
Población
Sobre 3,2 millones en 1490
Capital
Buda, posteriormente Budapest
Habilidad exclusiva

Perla del Danubio

+50% a la Producción de distritos y edificios construidos a través de un río de un Centro urbano.

Contexto histórico
Durante casi un milenio, el reino de Hungría fue una de las principales potencias de Europa central, y su influencia marcó a los soberanos y los reinos de la región. Las contribuciones culturales y militares del multiétnico y multilingüístico reino fueron críticas en el intercambio entre Europa occidental y oriental. El reino está atravesado por ríos como el caudaloso Danubio (que divide Budapest por la mitad), e incluye las planicies de la cuenca de los Cárpatos rodeada de cordilleras. Sus aguas termales han sido objeto de atención desde la época de los romanos. Su posición estratégica en una de las mayores rutas intercontinentales de Europa ha hecho de este reino un objetivo codiciado por nobles y soberanos.

Cuando los magiares bajo el mando de Árpád establecieron el principado de Hungría en el siglo X, dejaron atrás su estilo de vida seminómada y los saqueos esporádicos en favor de un sistema feudal, aunque conservaron algunas de sus viejas costumbres y tomaron prestadas algunas palabras eslavas de sus vasallos para su lengua vernácula. El Reino de Hungría fue fundado por Esteban I, que fue proclamado santo por la Iglesia gracias a sus esfuerzos por instaurar el cristianismo como religión oficial. De hecho, el territorio del reino de Hungría también era conocido como las "Tierras de la Corona de san Esteban" (aunque cada territorio tenía un estatus legal específico respecto al monarca).

La nobleza del reino de Hungría gozaba de gran autonomía y se limitó relativamente la autoridad del rey después de que András II promulgara la Bula de Oro de 1222. Los nobles no estaban sometidos a impuestos, podían desobedecer al rey si actuaba fuera de la ley, no estaban obligados a ir a la guerra más allá de las fronteras del reino y su estamento carecía de una fuerte jerarquía, por lo que todos podían considerarse más o menos iguales. Llama la atención las similitudes entre la Bula de Oro y la Carta Magna de Inglaterra.

La invasión europea de los mongoles al mando de Subotai en 1241 devastó el reino (y gran parte de Europa). El rey Bela IV construyó una serie de fortalezas fronterizas para evitar futuras invasiones, pero los conflictos con las demás potencias europeas debilitaron al reino e hicieron que la dinastía Árpád desapareciera finalmente en 1301. Los angevinos reinaron durante casi un siglo y les sucedieron varios soberanos que no instauraron dinastías, entre ellos emperadores del Sacro Imperio romano.

La Edad Media llegaba a su fin y las ideas que definirían la Edad Moderna comenzaban a gestarse en Italia cuando Matías Corvino fue elegido por la Dieta. Durante su reinado, Hungría se expandió militarmente y reformó la administración. Muchos consideran que esta fue la edad de oro del reino, que terminó de forma abrupta y catastrófica con la batalla de Mohács entre Solimán I de los otomanos y Luis II de Hungría.

La batalla de Mohács es una de las más importantes que se hayan librado en Europa. Un diminuto ejército húngaro organizado bajo el viejo patrón feudal de caballería pesada y levas de infantería (un retroceso respecto a las reformas que el Ejército Negro había iniciado hacía más de una generación) fue aplastado por un ejército otomano que casi le doblaba el tamaño, organizado según la doctrina moderna de artillería, y un núcleo de jenízaros de élite armados con mosquetes. El rey Luis de Hungría y gran parte de la nobleza fueron masacrados en el campo de batalla. Tras el combate, los otomanos se dividieron el reino de Hungría con el Sacro Imperio romano y lo usaron como un estado colchón.

Durante los siguientes tres siglos y medio, el reino de Hungría vivió varios conflictos con el Imperio otomano y el Sacro Imperio romano, sin contar nunca con las fuerzas necesarias para ejercer su voluntad, pero lo bastante poderoso como para entrar en los cálculos geopolíticos de Europa Central. Las tradicionales libertades de la nobleza se convirtieron en sagradas costumbres, y los Habsburgo del Sacro Imperio romano se vieron obligados a reiterar estos privilegios a cambio del apoyo húngaro, ya fuese político o militar. Eso evitó que la identidad húngara desapareciese.

Este espíritu independiente se manifestó en varios intentos de levantamientos y rebeliones contra el control de los Habsburgo. Durante la Guerra de Sucesión Española, el príncipe transilvano Francisco Rákóczi II organizó una rebelión entre 1703 y 1711 (llamada la Rebelión de Rákóczi por falta de imaginación), que fracasó debido a la falta de aliados y apoyo exterior. Con las revoluciones europeas de 1848, Hungría estuvo cerca de lograr su tan ansiada independencia. El espíritu revolucionario hizo estragos en los dominios de los Habsburgo, quienes perdieron la mayor parte del territorio a manos de una nueva generación de fervientes patriotas. Solo pudieron recuperar el control por medio de una alianza con Austria y Rusia. Con el Compromiso de 1867, el Imperio de los Habsburgo se convirtió en la monarquía dual de Austria-Hungría. Al final, los Habsburgo se vieron obligados a reconocer la autonomía del reino de Hungría.

El reino se disolvió tras la Primera Guerra Mundial con la partición del Imperio austrohúngaro. El período de entreguerras se caracterizó por gobiernos republicanos fugaces hasta que volvió a reestablecerse la monarquía debido al resurgimiento político de la derecha. Hungría se asoció con los países del Eje durante la Segunda Guerra Mundial en uno de los capítulos más oscuros de su historia. La ocupación soviética de 1944 marcó el fin del reino de Hungría (aunque no de la nación).

La capital de Hungría, Budapest, es una de las grandes ciudades europeas, y cuenta con una magnífica arquitectura y un ambiente cultural y cosmopolita. Está formada por tres ciudades (Buda, Pest y Óbuda, que significa "Antigua Buda"), construidas en antiguos asentamientos de la época de los celtas, un fascinante legado que se ha mantenido hasta nuestros días. El centro de la ciudad y el Danubio están considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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