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Tierra Cri

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Zululandia

Líderes

Tierra Cri
Habilidad exclusiva

Nîhithaw

+1 a la capacidad de Rutas comerciales y un Comerciante gratis con la tecnología de la Alfarería. Las casillas sin dueño que estén a 3 casillas o menos de una ciudad cri pasan a ser controladas por los cri cuando un Comerciante entra por primera vez en ellas.

Contexto histórico
Llamados a sí mismos Nehiyawak, los cri son hoy en día la principal Nación Originaria de Canadá. Tradicionalmente, su territorio comprende las regiones subárticas y las planicies de las actuales provincias de Alberta, Saskatchewan, Manitoba y Ontario, la orilla suroccidental de la bahía de Hudson y algunas partes de Quebec. Están divididos en pequeños grupos en función de la región y el dialecto, compuestos por decenas de bandas y unidos por una lengua común, el algonquino. Los cri están emparentados con otras Naciones Originarias, a lo largo de la historia se han mezclado con ellas y con extranjeros gracias a una cultura receptiva con los forasteros.

Las relaciones entre los individuos y los grupos es una de las características de la cultura cri. Esta flexibilidad y la capacidad para acoger a forasteros ha sido una de las grandes virtudes del pueblo cri. Durante la mayor parte de su historia se organizaron en pequeños grupos familiares; los hombres cazaban y defendían a la banda mientras las mujeres tenían la importante tarea de establecer el campamento y su logística. Los miembros de la banda podían unirse para contribuir, y posteriormente marcharse para unirse a otra banda si así lo deseaban. Los forasteros podían ser adoptados o casarse con algún miembro del grupo para consolidar las relaciones entre las distintas bandas cri, otras bandas indígenas, o métis y europeos.

El liderazgo de los grupos dependía más de las cualidades de un individuo que de la línea sucesoria: no estaba garantizado que, por ejemplo, el hijo de un jefe heredase el cargo del padre. Los jefes tenían que demostrar su poderío físico, astucia política, sabiduría, pensamiento transigente y capacidad de oratoria. Debían demostrar generosidad con su grupo y con el resto a través de regalos y mediación. También era necesario dejarse aconsejar por todas las partes en la toma de decisiones. Las sociedades de guerreros y bailarines ofrecían a las futuras generaciones de líderes la experiencia necesaria en la guerra y en política para demostrar su valía.

Con este tipo de liderazgo descentralizado, es complicado hablar de los cri como un solo grupo, sobre todo cuando entraron en contacto con los gobiernos de civilizaciones occidentales. Los distintos líderes podían optar por combatir o por negociar y aun así seguir hablando en nombre de los cri, como veremos más adelante.

Al igual que muchos grupos nativos americanos, los cri narran su historia a través de la tradición oral y cuentan con una amplia mitología que suele variar de un grupo a otro. En uno de estos mitos, los antepasados del hombre moderno caminaban sobre las nubes, pero al ver los ríos, los arroyos y los verdes prados del mundo de abajo quisieron vivir allí. Tras pedir a un gran espíritu poder descender a ese mundo, este fabricó un cuenco gigante con nubes y les dijo que se subiesen a él. El cuenco quedó atrapado en un árbol y todos los animales que pasaban se negaban a ayudar, excepto la marta pescadora que subió al árbol para bajarlos.

Los primeros registros escritos de los cri en occidente datan de principios del siglo XVII, poco después de que Henry Hudson explorase las bahías de James y Hudson. Posteriormente, se consolidó el comercio de pieles con Europa y este intercambio no solo transformó a los cri, sino también la cultura y la economía de Norteamérica.

En esta época, los cri habitaban principalmente en la zona que rodea la bahía de Hudson, al sur de los actuales Ontario y Quebec. Empezaron a tomar parte en el comercio de pieles, tanto como cazadores como comerciantes, que cambiaban por productos manufacturados en Europa. Las bandas podían establecer relaciones con un métis o un europeo que derivaba en un comercio continuado. En ocasiones, los cri intercambiaban productos occidentales con sus aliados.

Con el paso del tiempo, los cri, los saulteaux y los assiniboine formaron una alianza política y militar conocida como la Confederación de Hierro, que durante ciento cincuenta años fue una potencia en la región central de Canadá. Originariamente, la actividad principal de la Confederación era el comercio de pieles con Europa. En esta época, muchas bandas cri abandonaron los bosques para establecerse en las llanuras hacia el oeste; su sociedad sufrió una rápida evolución y pasaron de cazar animales en el bosque a montar caballos y cazar bisontes. Al expandirse hacia el oeste, se produjeron enfrentamientos con otras naciones nativas y surgieron una serie de conflictos entre tribus como los pies negros y los "snake".

Las tribus luchaban por los recursos de las llanuras: caballos, bisontes y territorios. Los ataques y la violencia entre los distintos grupos fueron disminuyendo gracias a las negociaciones, las adopciones entre tribus (ver entrada de Poundmaker) y como mera adaptación a la crisis en las llanuras.

A mediados del siglo XIX, la población de bisontes había descendido considerablemente debido a la sobreexplotación de su caza para obtener carne y pieles. Los territorios de los cri en las alamedas sufrieron este descenso más rápido que las praderas del sur pero con los mismos efectos. Se produjo entonces una situación como la descrita en la "tragedia de los comunes" y, tras la acelerada desaparición de su sustento, las bandas de cri solicitaron ayuda al gobierno canadiense.

Las bandas de cri firmaron los Tratados Numerados con el gobierno de Canadá para asegurar la ayuda y las oportunidades de desarrollo con las que crear un nuevo modo de vida, así como para restringir la llegada de colonos blancos a la región. A menudo, las bandas de las Naciones Originarias firmaban en su propio nombre, pero el gobierno asumía que lo hacían en nombre de toda la nación y posteriormente acusaba a las Naciones Originarias de incumplir las obligaciones de los tratados. El gobierno aprovechó estas acusaciones para eludir sus términos, agravando así la pobreza de las bandas firmantes.

Algunos líderes cri se negaron a firmar, o lo hacíeron a regañadientes, entre los que destacan Mistahimaskwa, Gran Oso, y Pihtokahanapiwiyin, Poundmaker, porque creían que la finalidad de los tratados era poner fin a su modo de vida tradicional.

Algunas bandas assiniboine y cri participaron en un alzamiento que se produjo al mismo tiempo que la rebelión norte-sur de los métis, originada por el incumplimiento de los tratados por parte del gobierno canadiense y por la pobreza en las reservas y en las Naciones Originarias libres tras la desaparición de los bisontes. La superioridad numérica, logística y material del gobierno canadiense, unida a la naturaleza desestructurada de los alzamientos, llevaron a la derrota de las Naciones Originarias y la Confederación de Hierro dejó de ser una potencia en Canadá.

Los cri fueron reubicados en reservas, perdieron los derechos sobre los recursos de sus tierras y su cultura tradicional pasó a depender de la supervisión del gobierno. Sus hijos estaban obligados a asistir a colegios internos creados exclusivamente para evitar la transmisión de la lengua y las tradiciones nativas, lo cual tuvo unas consecuencias trágicas y permanentes en la cultura cri. Se produce una pérdida absoluta de los conocimientos tradicionales y los efectos seguirán presentes durante generaciones.

Pero los cri nunca han dejado de luchar por sus derechos para decidir el rumbo de su nación. En la segunda mitad del siglo XX, aumentó el número de parlantes de su lengua nativa. Al ser el mayor pueblo de las Naciones Originarias de Canadá, son un elemento clave en la defensa de los derechos de las minorías indígenas de todo el mundo, en la protección medioambiental de sus tierras y en la conservación de la cultura tradicional de los pueblos indígenas.
PortraitSquare
icon_civilization_cree

Rasgos

Líderes
icon_leader_poundmaker
Poundmaker
Unidades especiales
icon_unit_cree_okihtcitaw
Okihtcitaw
Infraestructura especial
icon_improvement_mekewap
Mekewap

Geografía y datos sociales

Ubicación
América del Norte
Tamaño
1 350 000 kilómetros cuadrados
Población
Tan pocos como 8000 a mitades del s. XIX hasta más de 300 000 a inicios del s. XXI
Capital
Ninguna (son asentamientos de grupos familiares de cazadores-recolectores que se reúnen por regiones según la estación)
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Unidades especiales
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Ubicación
América del Norte
Tamaño
1 350 000 kilómetros cuadrados
Población
Tan pocos como 8000 a mitades del s. XIX hasta más de 300 000 a inicios del s. XXI
Capital
Ninguna (son asentamientos de grupos familiares de cazadores-recolectores que se reúnen por regiones según la estación)
Habilidad exclusiva

Nîhithaw

+1 a la capacidad de Rutas comerciales y un Comerciante gratis con la tecnología de la Alfarería. Las casillas sin dueño que estén a 3 casillas o menos de una ciudad cri pasan a ser controladas por los cri cuando un Comerciante entra por primera vez en ellas.

Contexto histórico
Llamados a sí mismos Nehiyawak, los cri son hoy en día la principal Nación Originaria de Canadá. Tradicionalmente, su territorio comprende las regiones subárticas y las planicies de las actuales provincias de Alberta, Saskatchewan, Manitoba y Ontario, la orilla suroccidental de la bahía de Hudson y algunas partes de Quebec. Están divididos en pequeños grupos en función de la región y el dialecto, compuestos por decenas de bandas y unidos por una lengua común, el algonquino. Los cri están emparentados con otras Naciones Originarias, a lo largo de la historia se han mezclado con ellas y con extranjeros gracias a una cultura receptiva con los forasteros.

Las relaciones entre los individuos y los grupos es una de las características de la cultura cri. Esta flexibilidad y la capacidad para acoger a forasteros ha sido una de las grandes virtudes del pueblo cri. Durante la mayor parte de su historia se organizaron en pequeños grupos familiares; los hombres cazaban y defendían a la banda mientras las mujeres tenían la importante tarea de establecer el campamento y su logística. Los miembros de la banda podían unirse para contribuir, y posteriormente marcharse para unirse a otra banda si así lo deseaban. Los forasteros podían ser adoptados o casarse con algún miembro del grupo para consolidar las relaciones entre las distintas bandas cri, otras bandas indígenas, o métis y europeos.

El liderazgo de los grupos dependía más de las cualidades de un individuo que de la línea sucesoria: no estaba garantizado que, por ejemplo, el hijo de un jefe heredase el cargo del padre. Los jefes tenían que demostrar su poderío físico, astucia política, sabiduría, pensamiento transigente y capacidad de oratoria. Debían demostrar generosidad con su grupo y con el resto a través de regalos y mediación. También era necesario dejarse aconsejar por todas las partes en la toma de decisiones. Las sociedades de guerreros y bailarines ofrecían a las futuras generaciones de líderes la experiencia necesaria en la guerra y en política para demostrar su valía.

Con este tipo de liderazgo descentralizado, es complicado hablar de los cri como un solo grupo, sobre todo cuando entraron en contacto con los gobiernos de civilizaciones occidentales. Los distintos líderes podían optar por combatir o por negociar y aun así seguir hablando en nombre de los cri, como veremos más adelante.

Al igual que muchos grupos nativos americanos, los cri narran su historia a través de la tradición oral y cuentan con una amplia mitología que suele variar de un grupo a otro. En uno de estos mitos, los antepasados del hombre moderno caminaban sobre las nubes, pero al ver los ríos, los arroyos y los verdes prados del mundo de abajo quisieron vivir allí. Tras pedir a un gran espíritu poder descender a ese mundo, este fabricó un cuenco gigante con nubes y les dijo que se subiesen a él. El cuenco quedó atrapado en un árbol y todos los animales que pasaban se negaban a ayudar, excepto la marta pescadora que subió al árbol para bajarlos.

Los primeros registros escritos de los cri en occidente datan de principios del siglo XVII, poco después de que Henry Hudson explorase las bahías de James y Hudson. Posteriormente, se consolidó el comercio de pieles con Europa y este intercambio no solo transformó a los cri, sino también la cultura y la economía de Norteamérica.

En esta época, los cri habitaban principalmente en la zona que rodea la bahía de Hudson, al sur de los actuales Ontario y Quebec. Empezaron a tomar parte en el comercio de pieles, tanto como cazadores como comerciantes, que cambiaban por productos manufacturados en Europa. Las bandas podían establecer relaciones con un métis o un europeo que derivaba en un comercio continuado. En ocasiones, los cri intercambiaban productos occidentales con sus aliados.

Con el paso del tiempo, los cri, los saulteaux y los assiniboine formaron una alianza política y militar conocida como la Confederación de Hierro, que durante ciento cincuenta años fue una potencia en la región central de Canadá. Originariamente, la actividad principal de la Confederación era el comercio de pieles con Europa. En esta época, muchas bandas cri abandonaron los bosques para establecerse en las llanuras hacia el oeste; su sociedad sufrió una rápida evolución y pasaron de cazar animales en el bosque a montar caballos y cazar bisontes. Al expandirse hacia el oeste, se produjeron enfrentamientos con otras naciones nativas y surgieron una serie de conflictos entre tribus como los pies negros y los "snake".

Las tribus luchaban por los recursos de las llanuras: caballos, bisontes y territorios. Los ataques y la violencia entre los distintos grupos fueron disminuyendo gracias a las negociaciones, las adopciones entre tribus (ver entrada de Poundmaker) y como mera adaptación a la crisis en las llanuras.

A mediados del siglo XIX, la población de bisontes había descendido considerablemente debido a la sobreexplotación de su caza para obtener carne y pieles. Los territorios de los cri en las alamedas sufrieron este descenso más rápido que las praderas del sur pero con los mismos efectos. Se produjo entonces una situación como la descrita en la "tragedia de los comunes" y, tras la acelerada desaparición de su sustento, las bandas de cri solicitaron ayuda al gobierno canadiense.

Las bandas de cri firmaron los Tratados Numerados con el gobierno de Canadá para asegurar la ayuda y las oportunidades de desarrollo con las que crear un nuevo modo de vida, así como para restringir la llegada de colonos blancos a la región. A menudo, las bandas de las Naciones Originarias firmaban en su propio nombre, pero el gobierno asumía que lo hacían en nombre de toda la nación y posteriormente acusaba a las Naciones Originarias de incumplir las obligaciones de los tratados. El gobierno aprovechó estas acusaciones para eludir sus términos, agravando así la pobreza de las bandas firmantes.

Algunos líderes cri se negaron a firmar, o lo hacíeron a regañadientes, entre los que destacan Mistahimaskwa, Gran Oso, y Pihtokahanapiwiyin, Poundmaker, porque creían que la finalidad de los tratados era poner fin a su modo de vida tradicional.

Algunas bandas assiniboine y cri participaron en un alzamiento que se produjo al mismo tiempo que la rebelión norte-sur de los métis, originada por el incumplimiento de los tratados por parte del gobierno canadiense y por la pobreza en las reservas y en las Naciones Originarias libres tras la desaparición de los bisontes. La superioridad numérica, logística y material del gobierno canadiense, unida a la naturaleza desestructurada de los alzamientos, llevaron a la derrota de las Naciones Originarias y la Confederación de Hierro dejó de ser una potencia en Canadá.

Los cri fueron reubicados en reservas, perdieron los derechos sobre los recursos de sus tierras y su cultura tradicional pasó a depender de la supervisión del gobierno. Sus hijos estaban obligados a asistir a colegios internos creados exclusivamente para evitar la transmisión de la lengua y las tradiciones nativas, lo cual tuvo unas consecuencias trágicas y permanentes en la cultura cri. Se produce una pérdida absoluta de los conocimientos tradicionales y los efectos seguirán presentes durante generaciones.

Pero los cri nunca han dejado de luchar por sus derechos para decidir el rumbo de su nación. En la segunda mitad del siglo XX, aumentó el número de parlantes de su lengua nativa. Al ser el mayor pueblo de las Naciones Originarias de Canadá, son un elemento clave en la defensa de los derechos de las minorías indígenas de todo el mundo, en la protección medioambiental de sus tierras y en la conservación de la cultura tradicional de los pueblos indígenas.
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