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Líderes

Canadá
Habilidad exclusiva

Cuatro caras de la paz

No se pueden declarar guerras por sorpresa ni guerras a ciudades-estado. No se pueden declarar guerras por sorpresa contra Canadá. Por cada 100 de Turismo por turno se obtiene 1 de Favor diplomático por turno. Recibe +100% de Favor diplomático al completar con éxito una Emergencia o una Competición por puntos.

Contexto histórico
Canadá ha estado habitado desde la prehistoria. Las pruebas arqueológicas demuestran que lo primeros grupos de cazadores viajaron desde Siberia durante la glaciación de Wisconsin y luego se dispersaron hacia el este y el sur con el paso del tiempo. Cuando el clima se estabilizó, los grupos de indígenas se diversificaron y se adaptaron a sus regiones geográficas. Estos aborígenes (llamados actualmente "Naciones Originarias" en Canadá) incluían tribus tan diversas como los cri, hopewell, inuit, tlingit, ojibwa, haida, micmac, y otra serie de grupos a lo largo de las eras.

El primer contacto entre las Naciones Originarias y los europeos se produjo con los primeros asentamientos vikingos en el Atlántico, aunque estos terminaron fracasando y el control de estas tierras volvió a las Naciones Originarias. John Cabot zarpó desde Inglaterra y llegó a tierras atlánticas en 1497, pero esa primera colonización se centró en las tierras separadas del continente, que contaban con una inmensa riqueza pesquera, más que en el continente en sí mismo.

El explorador francés Jacques Cartier reclamó "Canadá" en nombre de Francisco I de Francia en 1534, con lo que introdujo la presencia francesa en la mezcla de reclamos ingleses y portugueses en que se había convertido la zona. Cartier intentó instaurar colonias francesas permanentes en varios lugares, empezando en 1541 y, a principios del siglo XVII, ya se habían asentado varios centros pesqueros y de comercio en la región, lo que sentó los cimientos del control francés en las tierras canadienses.

El lucrativo comercio de pieles fomentó las primeras colonias a través de un robusto sistema de comercio entre las Naciones Originarias y la exploración y explotación de la región del río San Lorenzo. Durante esta época, los legendarios coureurs des bois y voyageurs viajaron en canoas al interior de la nación y establecieron fuertes lazos entre aquellas y los colonos de Francia. Las uniones entre nativos y colonos produjeron la aparición de los metis, mestizos que, con sus interacciones con los gobiernos coloniales y las Naciones Originarias, jugaron un importante papel en la historia de Canadá.

Las tensiones entre Francia e Inglaterra en Europa provocaron una serie de guerras en Canadá, llamadas en su conjunto las Guerras franco-indias. Los nativos y colonos de Nueva Francia eran aliados en Acadia (la zona alrededor de la boca del río San Lorenzo que se extiende hasta los Grandes Lagos). Esto llegó a su fin durante la Guerra de los Siete Años, cuando el conflicto europeo súbitamente se trasladó a Canadá. Los colonos franceses de las provincias marítimas controladas por los ingleses fueron expulsados de sus hogares y la mayoría se trasladaron a Quebec, El Caribe o la boca del Misisipi, donde "acadio" se convirtió en "cajún". Francia renunció a sus reivindicaciones territoriales canadienses en 1763 y la región pasó a estar bajo el control de Inglaterra. Canadá tenía ahora un único soberano, pero también acogía colonos de dos culturas y una gran presencia de nativos.

Durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, muchos colonos leales a la corona se mudaron al norte y se asentaron en Canadá mientras el Ejército Continental intentaba una expedición que acabaría en desastre y se veía obligado a retirarse. James Madison autorizó una expedición militar para conquistar Canadá durante la guerra de 1812 apoyada por Thomas Jefferson, que estaba convencido de que conseguirlo tan solo sería "cuestión de ir". Probablemente fuese la primera vez que el ejército de los Estados Unidos subestimaba a un enemigo. Dos años más tarde, la Casa Blanca había ardido, las tropas de los Estados Unidos estaban estancadas a lo largo de toda la frontera y el gobierno estadounidense había aceptado agradecido un statu quo ante bellum en el tratado de paz.

Las rebeliones armadas estallaron en 1837 en respuesta a la demanda de reformas políticas y un gobierno responsable para Canadá. Aunque el gobierno británico la aplastó, sus propios informes recomendaban un cambio de gobierno. Una serie de medidas progresivas culminaron en la constitución de 1867, la ley que sentó las bases de la moderna Canadá.

La nación siguió expandiéndose hacia el oeste como una verdadera marea. Esto llevó a conflictos por la tierra y los recursos con los nativos y con los metis en las fronteras. Se firmaron una serie de tratados en los que las Naciones Originarias entregaron tierras a los colonos, pero el gobierno no hacía más que un esfuerzo simbólico por respetarlos, o simplemente los rompía. Los nativos recibían una fuerte influencia de los colonos debido a sus interacciones, pero este avance cada vez mayor amenazaba sus costumbres y forma de vida tradicionales. El enfrentamiento más importante de esta época fue la Rebelión del Noroeste de 1885. Este levantamiento de los metis y sus aliados nativos fue un esfuerzo por conseguir autonomía política y estuvo encabezado por el visionario líder metis Louis Riel.

La rebelión fue aplastada, pero el conflicto hizo más evidentes las divisiones entre los colonos canadienses anglófonos y los francófonos. Las minorías (comunidades francófonas, nativos y metis) vieron la preponderancia de la cultura anglocanadiense como una amenaza, hecho quizás fomentado por algunas opiniones peyorativas de los canadienses anglófonos hacia los grupos étnicos. Este problema aún no se ha zanjado, aunque los canadienses han hecho admirables esfuerzos por debatir el tema en un ambiente de justicia y dignidad.

Durante ambas guerras mundiales, Canadá fue uno de los principales pilares de la Commonwealth en apoyo humano y material, aunque el reclutamiento generó mucho rechazo. Tras la Segunda Guerra Mundial, tomó parte activa en los esfuerzos diplomáticos (el primer ministro Lester Pearson ganó el Premio Nobel por su labor para resolver la crisis de Suez mediante la recién creada Organización de las Naciones Unidas).

La relativamente joven nación de Canadá es la nación con mayor superficie de Norteamérica. Sus ciudadanos han elegido en repetidas ocasiones la unidad en torno a su identidad como canadienses por encima de la balcanización motivada por motivos lingüísticos o étnicos, incluso en los momentos más difíciles de su historia. Pedimos disculpas si la extensión de la Civilopedia no nos permite abarcar los logros de esta nación ni adentrarnos más en su pasado. ¡Lo sentimos!
PortraitSquare
icon_civilization_canada

Rasgos

Líderes
icon_leader_laurier
Wilfrid Laurier
Unidades especiales
icon_unit_canada_mountie
Montado
Infraestructura especial
icon_improvement_ice_hockey_rink
Pista de hockey

Geografía y datos sociales

Ubicación
América del Norte
Tamaño
9 985 000 kilómetros cuadrados
Población
36,29 millones de personas
Capital
Ottawa
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Capital
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Cuatro caras de la paz

No se pueden declarar guerras por sorpresa ni guerras a ciudades-estado. No se pueden declarar guerras por sorpresa contra Canadá. Por cada 100 de Turismo por turno se obtiene 1 de Favor diplomático por turno. Recibe +100% de Favor diplomático al completar con éxito una Emergencia o una Competición por puntos.

Contexto histórico
Canadá ha estado habitado desde la prehistoria. Las pruebas arqueológicas demuestran que lo primeros grupos de cazadores viajaron desde Siberia durante la glaciación de Wisconsin y luego se dispersaron hacia el este y el sur con el paso del tiempo. Cuando el clima se estabilizó, los grupos de indígenas se diversificaron y se adaptaron a sus regiones geográficas. Estos aborígenes (llamados actualmente "Naciones Originarias" en Canadá) incluían tribus tan diversas como los cri, hopewell, inuit, tlingit, ojibwa, haida, micmac, y otra serie de grupos a lo largo de las eras.

El primer contacto entre las Naciones Originarias y los europeos se produjo con los primeros asentamientos vikingos en el Atlántico, aunque estos terminaron fracasando y el control de estas tierras volvió a las Naciones Originarias. John Cabot zarpó desde Inglaterra y llegó a tierras atlánticas en 1497, pero esa primera colonización se centró en las tierras separadas del continente, que contaban con una inmensa riqueza pesquera, más que en el continente en sí mismo.

El explorador francés Jacques Cartier reclamó "Canadá" en nombre de Francisco I de Francia en 1534, con lo que introdujo la presencia francesa en la mezcla de reclamos ingleses y portugueses en que se había convertido la zona. Cartier intentó instaurar colonias francesas permanentes en varios lugares, empezando en 1541 y, a principios del siglo XVII, ya se habían asentado varios centros pesqueros y de comercio en la región, lo que sentó los cimientos del control francés en las tierras canadienses.

El lucrativo comercio de pieles fomentó las primeras colonias a través de un robusto sistema de comercio entre las Naciones Originarias y la exploración y explotación de la región del río San Lorenzo. Durante esta época, los legendarios coureurs des bois y voyageurs viajaron en canoas al interior de la nación y establecieron fuertes lazos entre aquellas y los colonos de Francia. Las uniones entre nativos y colonos produjeron la aparición de los metis, mestizos que, con sus interacciones con los gobiernos coloniales y las Naciones Originarias, jugaron un importante papel en la historia de Canadá.

Las tensiones entre Francia e Inglaterra en Europa provocaron una serie de guerras en Canadá, llamadas en su conjunto las Guerras franco-indias. Los nativos y colonos de Nueva Francia eran aliados en Acadia (la zona alrededor de la boca del río San Lorenzo que se extiende hasta los Grandes Lagos). Esto llegó a su fin durante la Guerra de los Siete Años, cuando el conflicto europeo súbitamente se trasladó a Canadá. Los colonos franceses de las provincias marítimas controladas por los ingleses fueron expulsados de sus hogares y la mayoría se trasladaron a Quebec, El Caribe o la boca del Misisipi, donde "acadio" se convirtió en "cajún". Francia renunció a sus reivindicaciones territoriales canadienses en 1763 y la región pasó a estar bajo el control de Inglaterra. Canadá tenía ahora un único soberano, pero también acogía colonos de dos culturas y una gran presencia de nativos.

Durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, muchos colonos leales a la corona se mudaron al norte y se asentaron en Canadá mientras el Ejército Continental intentaba una expedición que acabaría en desastre y se veía obligado a retirarse. James Madison autorizó una expedición militar para conquistar Canadá durante la guerra de 1812 apoyada por Thomas Jefferson, que estaba convencido de que conseguirlo tan solo sería "cuestión de ir". Probablemente fuese la primera vez que el ejército de los Estados Unidos subestimaba a un enemigo. Dos años más tarde, la Casa Blanca había ardido, las tropas de los Estados Unidos estaban estancadas a lo largo de toda la frontera y el gobierno estadounidense había aceptado agradecido un statu quo ante bellum en el tratado de paz.

Las rebeliones armadas estallaron en 1837 en respuesta a la demanda de reformas políticas y un gobierno responsable para Canadá. Aunque el gobierno británico la aplastó, sus propios informes recomendaban un cambio de gobierno. Una serie de medidas progresivas culminaron en la constitución de 1867, la ley que sentó las bases de la moderna Canadá.

La nación siguió expandiéndose hacia el oeste como una verdadera marea. Esto llevó a conflictos por la tierra y los recursos con los nativos y con los metis en las fronteras. Se firmaron una serie de tratados en los que las Naciones Originarias entregaron tierras a los colonos, pero el gobierno no hacía más que un esfuerzo simbólico por respetarlos, o simplemente los rompía. Los nativos recibían una fuerte influencia de los colonos debido a sus interacciones, pero este avance cada vez mayor amenazaba sus costumbres y forma de vida tradicionales. El enfrentamiento más importante de esta época fue la Rebelión del Noroeste de 1885. Este levantamiento de los metis y sus aliados nativos fue un esfuerzo por conseguir autonomía política y estuvo encabezado por el visionario líder metis Louis Riel.

La rebelión fue aplastada, pero el conflicto hizo más evidentes las divisiones entre los colonos canadienses anglófonos y los francófonos. Las minorías (comunidades francófonas, nativos y metis) vieron la preponderancia de la cultura anglocanadiense como una amenaza, hecho quizás fomentado por algunas opiniones peyorativas de los canadienses anglófonos hacia los grupos étnicos. Este problema aún no se ha zanjado, aunque los canadienses han hecho admirables esfuerzos por debatir el tema en un ambiente de justicia y dignidad.

Durante ambas guerras mundiales, Canadá fue uno de los principales pilares de la Commonwealth en apoyo humano y material, aunque el reclutamiento generó mucho rechazo. Tras la Segunda Guerra Mundial, tomó parte activa en los esfuerzos diplomáticos (el primer ministro Lester Pearson ganó el Premio Nobel por su labor para resolver la crisis de Suez mediante la recién creada Organización de las Naciones Unidas).

La relativamente joven nación de Canadá es la nación con mayor superficie de Norteamérica. Sus ciudadanos han elegido en repetidas ocasiones la unidad en torno a su identidad como canadienses por encima de la balcanización motivada por motivos lingüísticos o étnicos, incluso en los momentos más difíciles de su historia. Pedimos disculpas si la extensión de la Civilopedia no nos permite abarcar los logros de esta nación ni adentrarnos más en su pasado. ¡Lo sentimos!
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