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Líderes

Escocia
Habilidad exclusiva

Iluminación escocesa

Las ciudades felices reciben además un +5% a Ciencia y un +5% a la Producción . Las ciudades felices generan +1 punto de Gran científico por Campus y +1 punto de Gran ingeniero por Zona industrial. Las ciudades eufóricas recibirán el doble de estas cantidades.

Contexto histórico
Ubicada en la parte más septentrional de la isla de Gran Bretaña, Escocia siempre ha estado históricamente conectada con su vecino del sur. A lo largo de su historia, la nación escocesa ha luchado constantemente por su independencia, y a menudo ha sido objeto de deseo de las fuerzas invasoras de todas partes del mundo.

Los primeros antecedentes históricos escoceses están recogidos en los documentos sobre las conquistas y viajes del Imperio romano, que en el siglo I abarcaba buena parte del territorio de Inglaterra y Escocia. En aquella época, Escocia estaba habitada por varias tribus indígenas que los romanos conocían como "caledonios". Se dice que las frecuentes escaramuzas entre los romanos y estas tribus locales motivaron la construcción del famoso muro de Adriano para mantenerlas alejadas del emergente imperio, con una eficacia cuestionable.

A mediados del siglo IV, los romanos habían renunciado a intentar controlar las islas británicas, y a lo largo del siguiente milenio, los reinos locales crecieron y se hicieron más poderosos y mejoraron su coordinación. Entre ellos estaba el reino gaélico de Dal Riata al oeste, y el reino picto al este.

A pesar de que el lenguaje gaélico –y la mayor parte de su cultura– prevaleció por encima del picto, según la mayoría de las versiones, el pueblo gaélico fue absorbido lentamente, mientras que el reino picto evolucionó hasta convertirse en el reino de Alba. En lenguaje gaélico, el reino de Alba se traduce como reino de Escocia, y con el tiempo, los habitantes de aquellas tierras empezaron a ser conocidos como escoceses.

A comienzos del siglo IX, la llegada de los primeros vikingos desde Dinamarca y Noruega a las costas de Escocia trajo una nueva amenaza para el incipiente reino. Sin embargo, aunque los asentamientos en la costa occidental de Escocia sufrieron varias invasiones, la peor parte de la ira nórdica se la llevó Inglaterra.

En 1124, David I fue coronado Rey de Escocia, y trajo consigo una etapa de cambios tan radical que los historiadores se refieren a este periodo como la "revolución davidiana". El auge del feudalismo cambió las ideas de los escoceses en cuanto a la propiedad de la tierra, el gobierno local y las estructuras militares.

Bajo el reinado de David, Escocia construyó sus primeras ciudades mediante acta real. Estos "burgos" eran asentamientos establecidos oficialmente, y durante siglos fueron una fuente de ingresos crucial para los monarcas escoceses. El comercio –y la consiguiente recaudación de impuestos– en los burgos supuso un factor crítico en el desarrollo de Escocia a lo largo de la Edad Media.

Aproximadamente dos siglos más tarde del reinado de David, Escocia se enfrentaba al creciente fantasma de la legislación inglesa sobre sus tierras y su gente. La llamada "primera guerra de la independencia escocesa" comenzó durante el reinado del notorio rey inglés Eduardo "el Zanquilargo", cuyas brutales tácticas y desdén hacia a los escoceses provocaron un conflicto que duró más de 20 años.

Durante esta revolución, sobresalieron dos de los héroes más famosos de Escocia: sir William Wallace y Roberto I de Escocia. Ambos lideraron los ejércitos escoceses a la batalla contra los reyes ingleses, primero contra el Zanquilargo, y más tarde contra su hijo Eduardo II.

La Declaración de Arbroath, firmada en 1320 bajo el reinado de Roberto I y enviada al papa, es considerada por muchos como la primera declaración formal de independencia de la historia, y una fuente de inspiración para la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. En este documento se reivindicaba la situación de Escocia como estado soberano y durante un tiempo fue respetada.

Fue el hijo de Roberto I de Escocia, David II, quien le sucedió, aunque murió sin descendencia en 1371. El trono pasó entonces a Roberto II, nieto de Roberto I (a través de su hija Marjorie), y del gran senescal de Escocia, Walter Estuardo.

Roberto fue el primer rey de la casa de los Estuardo y marcó el comienzo de una dinastía de gobernantes escoceses que se prolongó hasta principios del siglo XVII. Una de las monarcas más conocidas de la casa Estuardo fue María I, reina de Escocia, quien fue encarcelada y más tarde ejecutada, acusada de haber conspirado para asesinar a Isabel de Inglaterra en un intento de usurpar el trono.

En 1706, Escocia e Inglaterra comenzaron negociaciones para unir los dos reinos, en un esfuerzo por evitar la posibilidad de otro largo conflicto, y para mejorar la seguridad financiera y los acuerdos de comercio entre ambas partes. El Tratado de Unión, al cual siguió el Acta de Unión del 1 de mayo de 1707, unió oficialmente a ambas naciones bajo el nombre de Reino Unido de Gran Bretaña.

Coincidiendo con la Revolución Industrial, el siglo XVIII marcó el inicio de la Ilustración escocesa, un periodo de esplendor cultural dentro de la nación. Los avances en la arquitectura, la ingeniería, la literatura, la música y la medicina alcanzaron reconocimiento internacional e influyeron al resto del mundo. En esta época, Escocia se hizo conocida por sus constructores de barcos, que contribuyeron enormemente en la transición de las embarcaciones de madera a los barcos a vapor de hierro.
PortraitSquare
icon_civilization_scotland

Rasgos

Líderes
icon_leader_robert_the_bruce
Roberto I de Escocia
Unidades especiales
icon_unit_scottish_highlander
Highlander
Infraestructura especial
icon_improvement_golf_course
Campo de golf

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa Noroccidental
Tamaño
77 933 kilómetros cuadrados
Población
Cerca de 5,4 millones en la actualidad (300 000 in en el s. XII)
Capital
Edimburgo
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Líderes
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Roberto I de Escocia
Unidades especiales
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Highlander
Infraestructura especial
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Campo de golf

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa Noroccidental
Tamaño
77 933 kilómetros cuadrados
Población
Cerca de 5,4 millones en la actualidad (300 000 in en el s. XII)
Capital
Edimburgo
Habilidad exclusiva

Iluminación escocesa

Las ciudades felices reciben además un +5% a Ciencia y un +5% a la Producción . Las ciudades felices generan +1 punto de Gran científico por Campus y +1 punto de Gran ingeniero por Zona industrial. Las ciudades eufóricas recibirán el doble de estas cantidades.

Contexto histórico
Ubicada en la parte más septentrional de la isla de Gran Bretaña, Escocia siempre ha estado históricamente conectada con su vecino del sur. A lo largo de su historia, la nación escocesa ha luchado constantemente por su independencia, y a menudo ha sido objeto de deseo de las fuerzas invasoras de todas partes del mundo.

Los primeros antecedentes históricos escoceses están recogidos en los documentos sobre las conquistas y viajes del Imperio romano, que en el siglo I abarcaba buena parte del territorio de Inglaterra y Escocia. En aquella época, Escocia estaba habitada por varias tribus indígenas que los romanos conocían como "caledonios". Se dice que las frecuentes escaramuzas entre los romanos y estas tribus locales motivaron la construcción del famoso muro de Adriano para mantenerlas alejadas del emergente imperio, con una eficacia cuestionable.

A mediados del siglo IV, los romanos habían renunciado a intentar controlar las islas británicas, y a lo largo del siguiente milenio, los reinos locales crecieron y se hicieron más poderosos y mejoraron su coordinación. Entre ellos estaba el reino gaélico de Dal Riata al oeste, y el reino picto al este.

A pesar de que el lenguaje gaélico –y la mayor parte de su cultura– prevaleció por encima del picto, según la mayoría de las versiones, el pueblo gaélico fue absorbido lentamente, mientras que el reino picto evolucionó hasta convertirse en el reino de Alba. En lenguaje gaélico, el reino de Alba se traduce como reino de Escocia, y con el tiempo, los habitantes de aquellas tierras empezaron a ser conocidos como escoceses.

A comienzos del siglo IX, la llegada de los primeros vikingos desde Dinamarca y Noruega a las costas de Escocia trajo una nueva amenaza para el incipiente reino. Sin embargo, aunque los asentamientos en la costa occidental de Escocia sufrieron varias invasiones, la peor parte de la ira nórdica se la llevó Inglaterra.

En 1124, David I fue coronado Rey de Escocia, y trajo consigo una etapa de cambios tan radical que los historiadores se refieren a este periodo como la "revolución davidiana". El auge del feudalismo cambió las ideas de los escoceses en cuanto a la propiedad de la tierra, el gobierno local y las estructuras militares.

Bajo el reinado de David, Escocia construyó sus primeras ciudades mediante acta real. Estos "burgos" eran asentamientos establecidos oficialmente, y durante siglos fueron una fuente de ingresos crucial para los monarcas escoceses. El comercio –y la consiguiente recaudación de impuestos– en los burgos supuso un factor crítico en el desarrollo de Escocia a lo largo de la Edad Media.

Aproximadamente dos siglos más tarde del reinado de David, Escocia se enfrentaba al creciente fantasma de la legislación inglesa sobre sus tierras y su gente. La llamada "primera guerra de la independencia escocesa" comenzó durante el reinado del notorio rey inglés Eduardo "el Zanquilargo", cuyas brutales tácticas y desdén hacia a los escoceses provocaron un conflicto que duró más de 20 años.

Durante esta revolución, sobresalieron dos de los héroes más famosos de Escocia: sir William Wallace y Roberto I de Escocia. Ambos lideraron los ejércitos escoceses a la batalla contra los reyes ingleses, primero contra el Zanquilargo, y más tarde contra su hijo Eduardo II.

La Declaración de Arbroath, firmada en 1320 bajo el reinado de Roberto I y enviada al papa, es considerada por muchos como la primera declaración formal de independencia de la historia, y una fuente de inspiración para la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. En este documento se reivindicaba la situación de Escocia como estado soberano y durante un tiempo fue respetada.

Fue el hijo de Roberto I de Escocia, David II, quien le sucedió, aunque murió sin descendencia en 1371. El trono pasó entonces a Roberto II, nieto de Roberto I (a través de su hija Marjorie), y del gran senescal de Escocia, Walter Estuardo.

Roberto fue el primer rey de la casa de los Estuardo y marcó el comienzo de una dinastía de gobernantes escoceses que se prolongó hasta principios del siglo XVII. Una de las monarcas más conocidas de la casa Estuardo fue María I, reina de Escocia, quien fue encarcelada y más tarde ejecutada, acusada de haber conspirado para asesinar a Isabel de Inglaterra en un intento de usurpar el trono.

En 1706, Escocia e Inglaterra comenzaron negociaciones para unir los dos reinos, en un esfuerzo por evitar la posibilidad de otro largo conflicto, y para mejorar la seguridad financiera y los acuerdos de comercio entre ambas partes. El Tratado de Unión, al cual siguió el Acta de Unión del 1 de mayo de 1707, unió oficialmente a ambas naciones bajo el nombre de Reino Unido de Gran Bretaña.

Coincidiendo con la Revolución Industrial, el siglo XVIII marcó el inicio de la Ilustración escocesa, un periodo de esplendor cultural dentro de la nación. Los avances en la arquitectura, la ingeniería, la literatura, la música y la medicina alcanzaron reconocimiento internacional e influyeron al resto del mundo. En esta época, Escocia se hizo conocida por sus constructores de barcos, que contribuyeron enormemente en la transición de las embarcaciones de madera a los barcos a vapor de hierro.
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