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Momentos históricos

Civilizaciones

Líderes

Introducción

Abraham Lincoln

Alejandro

Amanitore

Ambiórix

Basilio II

Bà Triệu

Catalina de Médici (de la magnificencia)

Catalina de Médici (Reina negra)

Chandragupta

Ciro

Cleopatra (egipcia)

Cleopatra (ptolemaica)

Cristina

Dido

Eduviges

Federico Barbarroja

Felipe II

Gandhi

Gengis Kan

Gilgamesh

Gitarja

Gorgo

Guillermina

Hammurabi

Harald Haardrade (konge)

Harald Haardrade (varego)

Hōjō Tokimune

Isabel I

Jayavarman

John Curtin

Juan III

Julio César

Kublai Kan (China)

Kublai Kan (Mongolia)

Kupe

Lautaro

Leonor de Aquitania (Francia)

Leonor de Aquitania (Inglaterra)

Luis II

Mansa Musa

Matías Corvino

Menelik II

Moctezuma

Nader Shah

Nzinga Mbande

Nzinga Mvemba

Pachacútec

Pedro

Pedro II

Pericles

Poundmaker

Qin (Mandato del cielo)

Qin (unificador)

Ramsés II

Roberto I de Escocia

Saladino (sultán)

Saladino (visir)

Sejong

Señora Seis Cielo

Seondeok

Shaka

Simón Bolívar

Solimán (kanuni)

Solimán (muhteşem)

Sundiata Keita

Tamara

Teddy Roosevelt (Alce)

Teddy Roosevelt (Jinete duro)

Teodora

Tokugawa

Tomiris

Trajano

Victoria (Era del imperio)

Victoria (Era del vapor)

Wilfrid Laurier

Wu Zetian

Yongle

Wilfrid Laurier
Habilidad exclusiva

El último y mejor Oeste

Permite que las Granjas se construyan en terreno de Tundra. Después de desbloquear Ingeniería civil, las Granjas se pueden construir en Colinas con tundra. En Nieve, Colinas nevadas, Colinas con tundra y Tundra, todas las Minas otorgan +2 a la Producción , los Aserraderos dan +2 a la Producción , los Campamentos dan +2 a Alimentos , las Granjas dan +2 a Alimentos y el índice de acumulación de recursos estratégicos es de +100%. Reduce en un 50% el coste de adquisición de las casillas en estos tipos de terreno.

Resumen
Laurier negocia en las crisis diplomáticas para proteger su imperio de Tundra.
Visión detallada
Canadá es una civilización que mejora en la Nieve y en la Tundra. Puede generar más Turismo gracias a la mejora Pista de hockey y la unidad Montado. Sus habilidades diplomáticas le permiten influir en las decisiones del Congreso Mundial. Además, Laurier siempre querrá unirse a las Emergencias para ser el miembro del Congreso Mundial con más Favor diplomático .
Contexto histórico
Al séptimo primer ministro de Canadá, y el primero francófono, se le considera uno de los estadistas más respetado del país; además, su mandato de quince años ininterrumpidos como primer ministro sigue siendo el más largo en la historia de Canadá. Laurier era un orador magnífico y un político moderado efectivo, pragmático y conciliador, que tuvo un papel muy importante en el establecimiento de una Canadá libre, así como en la reconciliación de identidades.

Nació el 20 de noviembre de 1841 en Saint-Lin, en el Bajo Canadá. Su educación temprana fue muy amplia, ya que asistió a una escuela de habla inglesa y a una escuela secundaria católica de lengua francesa muy tradicional. Era un estudiante excepcional y, en 1861, ingresó en la Universidad McGill para estudiar derecho. Durante su época de estudiante, y ya como licenciado, estuvo afiliado al Partido Rojo, donde se le respetaba por su inteligencia, honestidad, convicción y cautela.

Poco después de comenzar a trabajar, Laurier se trasladó a Arthabaska, donde se involucró en la política local escalando posiciones de forma vertiginosa en los círculos liberales. Fue elegido miembro del parlamento en 1871 en una plataforma moderada frente a la oposición del clero católico por una gran mayoría de votos, al contrario que los liberales, quienes no tuvieron mucho éxito en esas elecciones. Su mejor discurso público como miembro incipiente del parlamento fue una apasionada petición para mejorar la representación de la provincia de Quebec.

Laurier fue una pieza clave en la reorganización y la revitalización de un partido liberal moribundo: presionó para conseguir reformas políticas a la vez que mantenía una postura moderada en otros temas, y fundó el Partido Nacional (que más tarde se integraría en el Partido Liberal). En 1873, tras la dimisión del gobierno de Macdonald, Laurier se presentó a las elecciones en Drummond y Arthabaska, y ganó. Dos de sus primeros discursos fueron muy aclamados: el primero, en francés, declaraba su lealtad a su nación, su partido y los principios liberales que defendía; el segundo, era una defensa feroz de Louis Riel.

Louis Riel era un líder métis (los métis son canadienses de ascendencia mixta que tienen antepasados tanto de las Naciones Originarias de Canadá como europeos) que fue elegido miembro del parlamento a pesar de haber encabezado la rebelión de Red River contra su propio gobierno. Dicha rebelión fue el resultado de los conflictos entre los métis y las Naciones Originarias por un lado, y de las oleadas de colonos anglófonos en la frontera de Canadá, por otro. En aquella época existían políticas que fomentaban la colonización anglófona en detrimento de las poblaciones francófonas e indígenas (consulta la entrada de Canadá para obtener más información, aunque, por las limitaciones de la Civilopedia, la descripción de las causas y los resultados del conflicto no será muy detallada). El discurso de Laurier en el que defendía a Riel y reprobaba su expulsión del parlamento es una obra maestra de la oratoria y el razonamiento jurídico, que le ganó el respeto y una reputación como conciliador en el parlamento.

Como liberal francófono, Laurier se enfrentó a dos frentes de oposición política: en primer lugar, los gobiernos conservadores de Macdonald (y más tarde Mackenzie); en segundo, el clero católico. En aquella época, la iglesia católica era claramente ultramontana, es decir, un movimiento definido por su hostilidad al orden político liberal, así como por su insistencia en la jerarquía del clero (y dada la importancia del catolicismo en la identidad de los francófonos canadienses, era un adversario político formidable). Laurier proponía que el liberalismo que él profesaba no era contrario al catolicismo, sino que abanderaba una reforma política que fortalecería las instituciones y que defendía que la separación de la Iglesia y el Estado ofrecería al clero la oportunidad de influenciar la política mediante argumentos y razonamiento, no decretos. Esta posición, que describía la forma en que podrían encontrar posiciones comunes en la esfera política, se puede considerar bastante razonable en el siglo XXI, pero en aquel momento era un nuevo camino que seguir por dos bandos políticos enfrentados. En 1877, Laurier articuló su visión de forma impecable en un discurso que pronunció en Quebec, coincidiendo con la visita de un representante del Vaticano en Canadá que portaba instrucciones para el clero en materia de política.

La cuestión de las escuelas de Manitoba fue una crisis política que derrocó al gobierno conservador de Canadá a finales del siglo XIX. Se trataba de un complejo tema político que incluía asuntos de enseñanza del francés y el inglés y su uso como lenguas oficiales, escuelas confesionales y públicas, así como poderes provinciales y federales. En respuesta a todo ello, Laurier produjo el que quizá sea su discurso más famoso, el "Sunny Ways", en el que llamaba a la negociación y el compromiso. Los liberales canadienses ganaron las elecciones de 1896, y Laurier fue nombrado primer ministro. Consiguió resolver la cuestión de las escuelas de Manitoba, pero, por desgracia, fue a costa de los derechos de la minoría francófona en Manitoba.

Aunque la amplia mayoría de sus seguidores eran canadienses francófonos, Laurier no dudó en votar contra sus intereses durante su carrera como primer ministro si estaba convencido de que eso contribuiría a conseguir una Canadá más fuerte, independiente y unificada. Los canadienses que deseaban estrechar lazos con Reino Unido nunca sintieron que se acerara lo suficiente a la corona; mientras que los canadienses que anhelaban un mayor apoyo para las causas francófonas nunca sintieron que los defendiese con bastante empeño. Su gobierno finalizó en 1911 por la falta de apoyo a las políticas comerciales con EE. UU. que proponía.

Durante el resto de su vida, siguió siendo un miembro activo de la oposición. Apoyó con vehemencia la participación de Canadá en la Primera Guerra Mundial (aunque se oponía al reclutamiento). Tras el armisticio, volvió a centrarse en la reconstrucción de la unidad de Canadá hasta su muerte en febrero de 1919. Tanto sus aliados como sus enemigos políticos lamentaron su pérdida, y miles de personas salieron a la calle en Ottawa durante su funeral.

El legado de Wilfrid Laurier es su firme creencia de que el compromiso razonado es capaz de conseguir los resultados más equitativos, incluso entre personas de fuertes principios con firmes convicciones. Poseía la moderación de una persona realista y discutía de forma apasionada sobre los temas en los que creía, todo ello respetando siempre a la oposición. Los historiadores tienen una buena opinión de su mandato y lo consideran crucial en la creación de una Canadá moderna e independiente.
icon_leader_laurier
Si estuviera en mi poder y tuviera tal responsabilidad, yo probaría por los caminos soleados.

Rasgos

Civilizaciones
icon_civilization_canada
Canadá

Preferencias

Agendas
Fuerza expedicionaria canadiense
Responde a todas las Emergencias y Competiciones por puntos posibles. Le gustan las civilizaciones que participan en tales actividades y no le gustan aquellas que no se involucran en ellas.
Religión
icon_religion_catholicism
Catolicismo
icon_leader_laurier
Si estuviera en mi poder y tuviera tal responsabilidad, yo probaría por los caminos soleados.

Rasgos

Civilizaciones
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Canadá

Preferencias

Agendas
Fuerza expedicionaria canadiense
Responde a todas las Emergencias y Competiciones por puntos posibles. Le gustan las civilizaciones que participan en tales actividades y no le gustan aquellas que no se involucran en ellas.
Religión
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Catolicismo
Habilidad exclusiva

El último y mejor Oeste

Permite que las Granjas se construyan en terreno de Tundra. Después de desbloquear Ingeniería civil, las Granjas se pueden construir en Colinas con tundra. En Nieve, Colinas nevadas, Colinas con tundra y Tundra, todas las Minas otorgan +2 a la Producción , los Aserraderos dan +2 a la Producción , los Campamentos dan +2 a Alimentos , las Granjas dan +2 a Alimentos y el índice de acumulación de recursos estratégicos es de +100%. Reduce en un 50% el coste de adquisición de las casillas en estos tipos de terreno.

Resumen
Laurier negocia en las crisis diplomáticas para proteger su imperio de Tundra.
Visión detallada
Canadá es una civilización que mejora en la Nieve y en la Tundra. Puede generar más Turismo gracias a la mejora Pista de hockey y la unidad Montado. Sus habilidades diplomáticas le permiten influir en las decisiones del Congreso Mundial. Además, Laurier siempre querrá unirse a las Emergencias para ser el miembro del Congreso Mundial con más Favor diplomático .
Contexto histórico
Al séptimo primer ministro de Canadá, y el primero francófono, se le considera uno de los estadistas más respetado del país; además, su mandato de quince años ininterrumpidos como primer ministro sigue siendo el más largo en la historia de Canadá. Laurier era un orador magnífico y un político moderado efectivo, pragmático y conciliador, que tuvo un papel muy importante en el establecimiento de una Canadá libre, así como en la reconciliación de identidades.

Nació el 20 de noviembre de 1841 en Saint-Lin, en el Bajo Canadá. Su educación temprana fue muy amplia, ya que asistió a una escuela de habla inglesa y a una escuela secundaria católica de lengua francesa muy tradicional. Era un estudiante excepcional y, en 1861, ingresó en la Universidad McGill para estudiar derecho. Durante su época de estudiante, y ya como licenciado, estuvo afiliado al Partido Rojo, donde se le respetaba por su inteligencia, honestidad, convicción y cautela.

Poco después de comenzar a trabajar, Laurier se trasladó a Arthabaska, donde se involucró en la política local escalando posiciones de forma vertiginosa en los círculos liberales. Fue elegido miembro del parlamento en 1871 en una plataforma moderada frente a la oposición del clero católico por una gran mayoría de votos, al contrario que los liberales, quienes no tuvieron mucho éxito en esas elecciones. Su mejor discurso público como miembro incipiente del parlamento fue una apasionada petición para mejorar la representación de la provincia de Quebec.

Laurier fue una pieza clave en la reorganización y la revitalización de un partido liberal moribundo: presionó para conseguir reformas políticas a la vez que mantenía una postura moderada en otros temas, y fundó el Partido Nacional (que más tarde se integraría en el Partido Liberal). En 1873, tras la dimisión del gobierno de Macdonald, Laurier se presentó a las elecciones en Drummond y Arthabaska, y ganó. Dos de sus primeros discursos fueron muy aclamados: el primero, en francés, declaraba su lealtad a su nación, su partido y los principios liberales que defendía; el segundo, era una defensa feroz de Louis Riel.

Louis Riel era un líder métis (los métis son canadienses de ascendencia mixta que tienen antepasados tanto de las Naciones Originarias de Canadá como europeos) que fue elegido miembro del parlamento a pesar de haber encabezado la rebelión de Red River contra su propio gobierno. Dicha rebelión fue el resultado de los conflictos entre los métis y las Naciones Originarias por un lado, y de las oleadas de colonos anglófonos en la frontera de Canadá, por otro. En aquella época existían políticas que fomentaban la colonización anglófona en detrimento de las poblaciones francófonas e indígenas (consulta la entrada de Canadá para obtener más información, aunque, por las limitaciones de la Civilopedia, la descripción de las causas y los resultados del conflicto no será muy detallada). El discurso de Laurier en el que defendía a Riel y reprobaba su expulsión del parlamento es una obra maestra de la oratoria y el razonamiento jurídico, que le ganó el respeto y una reputación como conciliador en el parlamento.

Como liberal francófono, Laurier se enfrentó a dos frentes de oposición política: en primer lugar, los gobiernos conservadores de Macdonald (y más tarde Mackenzie); en segundo, el clero católico. En aquella época, la iglesia católica era claramente ultramontana, es decir, un movimiento definido por su hostilidad al orden político liberal, así como por su insistencia en la jerarquía del clero (y dada la importancia del catolicismo en la identidad de los francófonos canadienses, era un adversario político formidable). Laurier proponía que el liberalismo que él profesaba no era contrario al catolicismo, sino que abanderaba una reforma política que fortalecería las instituciones y que defendía que la separación de la Iglesia y el Estado ofrecería al clero la oportunidad de influenciar la política mediante argumentos y razonamiento, no decretos. Esta posición, que describía la forma en que podrían encontrar posiciones comunes en la esfera política, se puede considerar bastante razonable en el siglo XXI, pero en aquel momento era un nuevo camino que seguir por dos bandos políticos enfrentados. En 1877, Laurier articuló su visión de forma impecable en un discurso que pronunció en Quebec, coincidiendo con la visita de un representante del Vaticano en Canadá que portaba instrucciones para el clero en materia de política.

La cuestión de las escuelas de Manitoba fue una crisis política que derrocó al gobierno conservador de Canadá a finales del siglo XIX. Se trataba de un complejo tema político que incluía asuntos de enseñanza del francés y el inglés y su uso como lenguas oficiales, escuelas confesionales y públicas, así como poderes provinciales y federales. En respuesta a todo ello, Laurier produjo el que quizá sea su discurso más famoso, el "Sunny Ways", en el que llamaba a la negociación y el compromiso. Los liberales canadienses ganaron las elecciones de 1896, y Laurier fue nombrado primer ministro. Consiguió resolver la cuestión de las escuelas de Manitoba, pero, por desgracia, fue a costa de los derechos de la minoría francófona en Manitoba.

Aunque la amplia mayoría de sus seguidores eran canadienses francófonos, Laurier no dudó en votar contra sus intereses durante su carrera como primer ministro si estaba convencido de que eso contribuiría a conseguir una Canadá más fuerte, independiente y unificada. Los canadienses que deseaban estrechar lazos con Reino Unido nunca sintieron que se acerara lo suficiente a la corona; mientras que los canadienses que anhelaban un mayor apoyo para las causas francófonas nunca sintieron que los defendiese con bastante empeño. Su gobierno finalizó en 1911 por la falta de apoyo a las políticas comerciales con EE. UU. que proponía.

Durante el resto de su vida, siguió siendo un miembro activo de la oposición. Apoyó con vehemencia la participación de Canadá en la Primera Guerra Mundial (aunque se oponía al reclutamiento). Tras el armisticio, volvió a centrarse en la reconstrucción de la unidad de Canadá hasta su muerte en febrero de 1919. Tanto sus aliados como sus enemigos políticos lamentaron su pérdida, y miles de personas salieron a la calle en Ottawa durante su funeral.

El legado de Wilfrid Laurier es su firme creencia de que el compromiso razonado es capaz de conseguir los resultados más equitativos, incluso entre personas de fuertes principios con firmes convicciones. Poseía la moderación de una persona realista y discutía de forma apasionada sobre los temas en los que creía, todo ello respetando siempre a la oposición. Los historiadores tienen una buena opinión de su mandato y lo consideran crucial en la creación de una Canadá moderna e independiente.
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