El tabaco se hace con las hojas curadas de la planta homónima, un miembro de la familia de las solanáceas. El tabaco, mascado o fumado, actúa como estimulante y también libera dopamina en el cuerpo humano, lo que da una sensación de placer y recompensa (la dopamina se suele liberar por comer, beber y otras agradables actividades). Como tantos vicios, el tabaco –utilizado desde el año 1400 a. C. por los indígenas de las Américas, tanto para fines sociales como religiosos– lo introdujeron en Occidente los exploradores españoles hacia el año 1559 al llevar semillas y hojas a Europa por orden de Felipe II.
El tabaco se hace con las hojas curadas de la planta homónima, un miembro de la familia de las solanáceas. El tabaco, mascado o fumado, actúa como estimulante y también libera dopamina en el cuerpo humano, lo que da una sensación de placer y recompensa (la dopamina se suele liberar por comer, beber y otras agradables actividades). Como tantos vicios, el tabaco –utilizado desde el año 1400 a. C. por los indígenas de las Américas, tanto para fines sociales como religiosos– lo introdujeron en Occidente los exploradores españoles hacia el año 1559 al llevar semillas y hojas a Europa por orden de Felipe II.