El yeso es un sulfato deshidratado de un mineral llamado aljez que se encuentra en depósitos de roca sedimentaria y que, una vez amasado con agua, ofrece un material duro pero relativamente fácil de tallar. Los egipcios, mesopotámicos, romanos y bizantinos de la Antigüedad y los ingleses durante la Edad Media usaron una variedad blanca o ligeramente teñida y de grano fino –el alabastro– para hacer esculturas y monumentos. El aljez es bastante común y se puede moler en un polvo que se utiliza como fertilizante, para hacer yeso y hasta en la preparación de diversos alimentos y bebidas (como el pan, la cerveza y el hidromiel, por ejemplo) y de champús y cremas. Hay pocas cosas en la civilización tan útiles como este material.
El yeso es un sulfato deshidratado de un mineral llamado aljez que se encuentra en depósitos de roca sedimentaria y que, una vez amasado con agua, ofrece un material duro pero relativamente fácil de tallar. Los egipcios, mesopotámicos, romanos y bizantinos de la Antigüedad y los ingleses durante la Edad Media usaron una variedad blanca o ligeramente teñida y de grano fino –el alabastro– para hacer esculturas y monumentos. El aljez es bastante común y se puede moler en un polvo que se utiliza como fertilizante, para hacer yeso y hasta en la preparación de diversos alimentos y bebidas (como el pan, la cerveza y el hidromiel, por ejemplo) y de champús y cremas. Hay pocas cosas en la civilización tan útiles como este material.