A los seres humanos siempre nos han gustado los colores vivos. Y, al parecer, las civilizaciones siempre han utilizado el color para señalar el cometido y el rango, el estatus y la pertenencia a algo. Los pueblos antiguos descubrieron que podían utilizar una gran variedad de sustancias –plantas, minerales y trozos de animales– para producir tintes que dieran esos colores vivos. Así, durante 37 000 años, las personas han teñido telas, pinturas y su piel y cabello.
A los seres humanos siempre nos han gustado los colores vivos. Y, al parecer, las civilizaciones siempre han utilizado el color para señalar el cometido y el rango, el estatus y la pertenencia a algo. Los pueblos antiguos descubrieron que podían utilizar una gran variedad de sustancias –plantas, minerales y trozos de animales– para producir tintes que dieran esos colores vivos. Así, durante 37 000 años, las personas han teñido telas, pinturas y su piel y cabello.