En el año 416 d. C., una turba de cristianos radicales asaltó un carruaje en las calles de Alejandría y arrastró a la mujer que iba en su interior hasta una iglesia cercana, donde la golpearon con tejas hasta matarla. Así murió Hipatia, la primera gran mujer de la que se tiene constancia que estuviera versada en matemáticas, astronomía y filosofía. En el momento de su muerte, dirigía la escuela neoplatónica de la cosmopolita ciudad... pero la multitud sedienta de sangre la habían declarado "pagana helenística".

Nació cerca del 370 d. C., hija de un matemático. Como era muy inteligente, la enviaron a formarse a Atenas, de donde regresó alrededor del 400 d. C. para dirigir la famosa escuela de Alejandría. Allí dio clases de matemáticas y de filosofía, ayudó a su padre en su monumental glosa del "Almagesto" de Tolomeo y escribió una nueva versión de "Los elementos" de Euclides.

Pero lo que le hizo merecedora de aprobación fueron sus escarceos con utensilios paganos como el astrolabio y los instrumentos musicales, así como su disposición a aceptar a cualquiera –incluidos los extranjeros y los que no fueran cristianos– en su escuela. Los líderes de la Iglesia clamaban contra sus "ardides satánicos". Y lo que era peor, ella hizo caso omiso de todos los pronunciamientos bíblicos sobre cuál era el comportamiento adecuado para una mujer.

La cosa alcanzó su punto crítico cuando Cirilo (posteriormente "san Cirilo") fue nombrado patriarca de Alejandría en el 412 y se convirtió rápidamente en un rival político encarnizado de Orestes, el gobernador romano, puesto que la Iglesia y el Estado luchaban por el control. Resultó que Hipatia era amiga de Orestes, además del faro intelectual de la ciudad... y mujer. Pronto se convirtió en el punto focal de los disturbios y las luchas entre cristianos y no cristianos, y no tardó en ser asesinada.