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Noruega
Habilidad exclusiva

Knarr

Las unidades consiguen la habilidad de entrar en aguas profundas después de investigar la tecnología de la Construcción naval. Las unidades navales de cuerpo a cuerpo se curan en territorio neutral. Las unidades ignoran los costes de Movimiento adicionales por embarcar y desembarcar.

Contexto histórico
Los vikingos noruegos siempre tuvieron cierta inclinación a salir fuera de sus fronteras. En el año 800 d. C. ya habían colonizado las islas Shetland, las Orcadas, las Feroe, las Hébridas y otros lugares por los que nadie más mostraba mucho interés. Hacía el año 820 crearon asentamientos en la costa oeste de Irlanda y fundaron algunas de las principales ciudades de la isla, incluida Dublín. Alrededor del año 870 descubrieron Islandia y no tardaron en dividirla en 400 clanes. Cien años después llegaron a Groenlandia, y Leif Erikson pisó tierra norteamericana hacía el año 1000 (aunque no se quedaría mucho). Durante todo este tiempo, Noruega no fue una nación unificada, pues estaba formada por varios reinos que se disputaban el trono.

En la batalla de Hafrsfjord (hacia el año 812 según algunos historiadores), Harald I derrotó a sus rivales y comenzó el proceso de unificación; pero el primer rey que ocupó realmente el trono de una Noruega unificada fue Olaf II en el año 1015. También conocido como Olaf el Santo, el nuevo monarca quería convertir su país al cristianismo y olvidar a Odín, Thor y el Valhalla. Obligó a los gobiernos locales a aprobar leyes para instaurar el cristianismo, construir iglesias, derribar las construcciones paganas y declarar Trondheim como sede del cristianismo en Noruega. Olaf II falleció en la batalla de Stiklestad, pero la religión cristiana permanecería en el país.

Aunque Harald Haardrade murió en Stamford Bridge en el año 1066 mientras intentaba conquistar la corona inglesa, su familia gobernaría en Noruega hasta el fallecimiento de Sigurd Magnusson, conocido como "el Cruzado", en 1130. Su muerte provocaría un siglo de guerras civiles hasta que, en 1217, Haakon IV estableció la dinastía Sverre. Con Haakon y sus descendientes, Noruega vivió una "edad de oro", tanto política como cultural, y se anexionó Islandia y Groenlandia. En 1266, ante la incapacidad de defender los asentamientos de las Hébridas frente a los escoceses, Magnus VI el Legislador vendió las islas a la corona escocesa junto con la isla de Man (en 1468, Escocia también incorporaría a sus posesiones las Shetland y las Orcadas).

Los noruegos sacaron provecho de esta época de paz y prosperidad en Escandinavia. Los comerciantes vikingos llevaron sus materias primas (pieles, madera de abeto, pescado y minerales) al sur hacia Oriente Medio, dirección este hacia la estepa rusa y, sobre todo, dirección oeste hacia las islas británicas. La agricultura prosperó a lo largo de la costa y las artes alcanzaron unas cotas desconocidas hasta entonces. Los artesanos noruegos trabajaron la madera y el metal y crearon obras de arte en media docena de estilos distintos, como el Oseberg o el Urnes. Los astilleros nórdicos fabricaron navíos capaces de atravesar los océanos y los herreros forjaron las mejores armas y cotas de malla de toda Europa. Las armas no venían mal porque, aunque entre los vikingos reinaba la paz, los nórdicos atacaban regiones cercanas con frecuencia. Pero los buenos tiempos llegaron a su fin.

Hacia 1349, la peste negra llegó a Escandinavia y en pocos años acabó con la mitad de su población. La recaudación de impuestos disminuyó y la autoridad central de la corona empezó a perder fuerza. Mientras tanto, la Iglesia católica subió el diezmo, fue adquiriendo más poder y el arzobispo de Trondheim exigió (y obtuvo) un asiento en el Consejo de Estado. A finales del siglo XIV, la Liga Hanseática comenzó a controlar las rutas comerciales noruegas. En 1343, la Liga había establecido un kontor (puesto comercial extranjero) en Bergen; en 1400 contaba con su propio barrio en la ciudad y disponía en exclusiva de los derechos para comerciar con la flota pesquera. Bergen seguiría integrando la Liga Hanseática hasta mediados del siglo XVII.

Para enfrentarse a estos retos, comenzó a surgir la idea de unificar los antiguos reinos vikingos. En mayo de 1376, a la edad de cinco años, Olaf II heredó el trono de Dinamarca al fallecer su abuelo; cuando su padre murió, se convirtió en rey de Noruega. Durante los 400 años siguientes, el gobierno del doble reino se establecería en Copenhague. Suecia se incorporó poco después al trono cuando Margarita I, reina regente de Dinamarca, forjó la Unión de Kalmar, que comprendía los tres reinos, las posesiones noruegas de ultramar y Finlandia (a través de la corona sueca). La Unión, que fue creada para contrarrestar la influencia de la Liga Hanseática y de los príncipes germanos en el Báltico, se disolvería en 1523, cuando la "masacre de Estocolmo" originó la revolución sueca tras la que Gustavo Vasa fue coronado rey de la "Suecia libre".

La Unión de Kalmar fue positiva para Noruega excepto por la Reforma. Federico I, rey de Dinamarca y Noruega, era partidario de las herejías de Lutero y, en 1529, quiso imponer el protestantismo a pesar de la oposición del pueblo noruego. El arzobispo de Trondheim lideró la resistencia e invitó al rey católico Cristián II a que regresase del exilio, pero este fue capturado y encarcelado de por vida. Tras la muerte de Federico I, los católicos noruegos volvieron a intentarlo durante la guerra civil, pero fracasaron una vez más. Cristián III de Dinamarca salió victorioso de la contienda, desterró al arzobispo, convirtió Noruega en una simple provincia danesa en 1536 y, un año después, impuso en ella el luteranismo.

El país vivió una época tranquila mientras los noruegos se amoldaban a la nueva situación. No obstante, durante este periodo, y arrastrados por los daneses, participaron en algunos conflictos que cambiaron la composición de sus fronteras, como el de Kalmar (1611-1613), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) o la Segunda Guerra del Norte (1657-1660). En general, fue una buena época. En 300 años (1500-1800), la población aumentó en 750 000 habitantes; se reformó la administración y Noruega quedó dividida en condados; aunque había 1600 oficiales del gobierno repartidos por el reino, la corrupción disminuyó. Por desgracia, al menos para los daneses, el país no tardaría en verse involucrado en las Guerras Napoleónicas... en el bando perdedor.

Cuando cesaron las hostilidades, Noruega formaba parte de Dinamarca a pesar de que, en mayo de 1814, había redactado una constitución para establecer una monarquía parlamentaria. En julio de ese mismo año fue invadida por Suecia, que un mes después accedió a reconocer la constitución si Noruega presentaba su rendición. Así nació la unión constitucional entre los dos países con Carlos Juan de Suecia en el trono. El liberalismo y el nacionalismo empezaron a cobrar fuerza en Noruega gracias a la permisibilidad de los suecos. En 1816 se creó el Banco de Noruega y con él la moneda nacional (la desaparecida "speciedaler"). En 1821, el Parlamento abolió la antigua aristocracia noruega. En 1832, los agricultores se percataron de que eran el grupo más amplio y en las elecciones celebradas ese año obtuvieron mayoría en la Dieta. Los impuestos rurales bajaron, los de las importaciones subieron y se aprobó la ley de Comités Locales para dar poderes a los consejos municipales.

El pueblo noruego empezó a clamar por la independencia cuando Suecia abolió el acuerdo de libre comercio entre los dos países, estableció una frontera entre ambos y se negó a nombrar a un ministro de exteriores noruego. En junio de 1905, contra la voluntad parlamentaria, el rey volvió a denegar a Noruega un ministro de exteriores y el Parlamento votó a favor de disolver la unión (en el referéndum celebrado, solo 184 personas en toda Noruega votaron a favor de la permanencia en la unión). El nuevo gobierno noruego ofreció la corona constitucional a un príncipe danés; este aceptó y se convirtió en Haakon VII. Después de cinco siglos, Noruega volvía a ser una nación independiente.

Durante la década siguiente, se convirtió en uno de los países más progresistas del mundo. En 1913, Noruega se convirtió en el segundo país del mundo en reconocer el sufragio femenino. El Parlamento aprobó leyes para establecer el subsidio por enfermedad, las inspecciones en las fábricas, la prevención de riesgos laborales y la jornada laboral de diez horas, fastidiando desde entonces a los barones capitalistas. A lo largo de la costa se construyeron redes ferroviarias (la línea Bergen-Oslo se completó en 1909) y en todo el país se abrieron centrales hidroeléctricas a toda velocidad. Exploradores noruegos como Amundsen (su expedición fue la primera en llegar al Polo Sur), Sverdrup y Nansen gozaban de fama mundial. Noruega vivía una segunda "edad de oro".

Igual que sus vecinos escandinavos, Noruega intentó evitar las guerras y las crisis europeas, y lo logró durante la Primera Guerra Mundial, pero no durante la Segunda. El país se encontraba entre los británicos, cuya Armada no tenía reparos en adentrarse en aguas noruegas, y los alemanes, que necesitaban el hierro de las minas del norte para sus fábricas; en abril de 1940, la Alemania nazi invadió Noruega y estableció una ruta terrestre para el transporte de minerales. El gobierno noruego se exilió y Vidkun Quisling (que ha pasado a la historia como un traidor) formó un gobierno de colaboración con los nazis. Excepto algunas incursiones de comandos y acciones de partisanos, en general Noruega se mantuvo al margen de los combates, aunque el 80% de la flota mercante de la nación (la cuarta más grande del mundo en ese momento) apoyó a los aliados.

Al finalizar la guerra, el país recuperó su neutralidad tradicional y el noruego Trygve Lie se convirtió en el primer secretario general de las Naciones Unidas. El comienzo de la Guerra Fría no permitía posiciones neutrales y, en 1949, Noruega fue uno de los miembros fundadores de la OTAN, aunque no consintió en su suelo armas nucleares ni bases militares extranjeras. A partir de 1969, gracias al descubrimiento de yacimientos de petróleo en el mar del Norte, la economía recibió una inyección de miles de millones de dólares que permitió al país gozar de uno de los mejores niveles de vida en todo el mundo. En general, desde mediados del siglo XX, los noruegos se han dedicado a disfrutar de la vida, practicar deportes de invierno, celebrar dos Juegos Olímpicos y recibir turistas.
PortraitSquare
icon_civilization_norway

Rasgos

Líderes
icon_leader_hardrada
Harald Haardrade (konge)
icon_leader_default
Harald Haardrade (varego)
Unidades especiales
icon_unit_norwegian_berserker
Berserk
Infraestructura especial
icon_building_stave_church
Stavkirke

Geografía y datos sociales

Ubicación
Europa
Tamaño
Sobre 385 200 kilómetros cuadrados
Población
Información más reciente: sobre 5 100 000
Capital
Varias (Trondheim, Bergen y en la actualidad Oslo)
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Varias (Trondheim, Bergen y en la actualidad Oslo)
Habilidad exclusiva

Knarr

Las unidades consiguen la habilidad de entrar en aguas profundas después de investigar la tecnología de la Construcción naval. Las unidades navales de cuerpo a cuerpo se curan en territorio neutral. Las unidades ignoran los costes de Movimiento adicionales por embarcar y desembarcar.

Contexto histórico
Los vikingos noruegos siempre tuvieron cierta inclinación a salir fuera de sus fronteras. En el año 800 d. C. ya habían colonizado las islas Shetland, las Orcadas, las Feroe, las Hébridas y otros lugares por los que nadie más mostraba mucho interés. Hacía el año 820 crearon asentamientos en la costa oeste de Irlanda y fundaron algunas de las principales ciudades de la isla, incluida Dublín. Alrededor del año 870 descubrieron Islandia y no tardaron en dividirla en 400 clanes. Cien años después llegaron a Groenlandia, y Leif Erikson pisó tierra norteamericana hacía el año 1000 (aunque no se quedaría mucho). Durante todo este tiempo, Noruega no fue una nación unificada, pues estaba formada por varios reinos que se disputaban el trono.

En la batalla de Hafrsfjord (hacia el año 812 según algunos historiadores), Harald I derrotó a sus rivales y comenzó el proceso de unificación; pero el primer rey que ocupó realmente el trono de una Noruega unificada fue Olaf II en el año 1015. También conocido como Olaf el Santo, el nuevo monarca quería convertir su país al cristianismo y olvidar a Odín, Thor y el Valhalla. Obligó a los gobiernos locales a aprobar leyes para instaurar el cristianismo, construir iglesias, derribar las construcciones paganas y declarar Trondheim como sede del cristianismo en Noruega. Olaf II falleció en la batalla de Stiklestad, pero la religión cristiana permanecería en el país.

Aunque Harald Haardrade murió en Stamford Bridge en el año 1066 mientras intentaba conquistar la corona inglesa, su familia gobernaría en Noruega hasta el fallecimiento de Sigurd Magnusson, conocido como "el Cruzado", en 1130. Su muerte provocaría un siglo de guerras civiles hasta que, en 1217, Haakon IV estableció la dinastía Sverre. Con Haakon y sus descendientes, Noruega vivió una "edad de oro", tanto política como cultural, y se anexionó Islandia y Groenlandia. En 1266, ante la incapacidad de defender los asentamientos de las Hébridas frente a los escoceses, Magnus VI el Legislador vendió las islas a la corona escocesa junto con la isla de Man (en 1468, Escocia también incorporaría a sus posesiones las Shetland y las Orcadas).

Los noruegos sacaron provecho de esta época de paz y prosperidad en Escandinavia. Los comerciantes vikingos llevaron sus materias primas (pieles, madera de abeto, pescado y minerales) al sur hacia Oriente Medio, dirección este hacia la estepa rusa y, sobre todo, dirección oeste hacia las islas británicas. La agricultura prosperó a lo largo de la costa y las artes alcanzaron unas cotas desconocidas hasta entonces. Los artesanos noruegos trabajaron la madera y el metal y crearon obras de arte en media docena de estilos distintos, como el Oseberg o el Urnes. Los astilleros nórdicos fabricaron navíos capaces de atravesar los océanos y los herreros forjaron las mejores armas y cotas de malla de toda Europa. Las armas no venían mal porque, aunque entre los vikingos reinaba la paz, los nórdicos atacaban regiones cercanas con frecuencia. Pero los buenos tiempos llegaron a su fin.

Hacia 1349, la peste negra llegó a Escandinavia y en pocos años acabó con la mitad de su población. La recaudación de impuestos disminuyó y la autoridad central de la corona empezó a perder fuerza. Mientras tanto, la Iglesia católica subió el diezmo, fue adquiriendo más poder y el arzobispo de Trondheim exigió (y obtuvo) un asiento en el Consejo de Estado. A finales del siglo XIV, la Liga Hanseática comenzó a controlar las rutas comerciales noruegas. En 1343, la Liga había establecido un kontor (puesto comercial extranjero) en Bergen; en 1400 contaba con su propio barrio en la ciudad y disponía en exclusiva de los derechos para comerciar con la flota pesquera. Bergen seguiría integrando la Liga Hanseática hasta mediados del siglo XVII.

Para enfrentarse a estos retos, comenzó a surgir la idea de unificar los antiguos reinos vikingos. En mayo de 1376, a la edad de cinco años, Olaf II heredó el trono de Dinamarca al fallecer su abuelo; cuando su padre murió, se convirtió en rey de Noruega. Durante los 400 años siguientes, el gobierno del doble reino se establecería en Copenhague. Suecia se incorporó poco después al trono cuando Margarita I, reina regente de Dinamarca, forjó la Unión de Kalmar, que comprendía los tres reinos, las posesiones noruegas de ultramar y Finlandia (a través de la corona sueca). La Unión, que fue creada para contrarrestar la influencia de la Liga Hanseática y de los príncipes germanos en el Báltico, se disolvería en 1523, cuando la "masacre de Estocolmo" originó la revolución sueca tras la que Gustavo Vasa fue coronado rey de la "Suecia libre".

La Unión de Kalmar fue positiva para Noruega excepto por la Reforma. Federico I, rey de Dinamarca y Noruega, era partidario de las herejías de Lutero y, en 1529, quiso imponer el protestantismo a pesar de la oposición del pueblo noruego. El arzobispo de Trondheim lideró la resistencia e invitó al rey católico Cristián II a que regresase del exilio, pero este fue capturado y encarcelado de por vida. Tras la muerte de Federico I, los católicos noruegos volvieron a intentarlo durante la guerra civil, pero fracasaron una vez más. Cristián III de Dinamarca salió victorioso de la contienda, desterró al arzobispo, convirtió Noruega en una simple provincia danesa en 1536 y, un año después, impuso en ella el luteranismo.

El país vivió una época tranquila mientras los noruegos se amoldaban a la nueva situación. No obstante, durante este periodo, y arrastrados por los daneses, participaron en algunos conflictos que cambiaron la composición de sus fronteras, como el de Kalmar (1611-1613), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) o la Segunda Guerra del Norte (1657-1660). En general, fue una buena época. En 300 años (1500-1800), la población aumentó en 750 000 habitantes; se reformó la administración y Noruega quedó dividida en condados; aunque había 1600 oficiales del gobierno repartidos por el reino, la corrupción disminuyó. Por desgracia, al menos para los daneses, el país no tardaría en verse involucrado en las Guerras Napoleónicas... en el bando perdedor.

Cuando cesaron las hostilidades, Noruega formaba parte de Dinamarca a pesar de que, en mayo de 1814, había redactado una constitución para establecer una monarquía parlamentaria. En julio de ese mismo año fue invadida por Suecia, que un mes después accedió a reconocer la constitución si Noruega presentaba su rendición. Así nació la unión constitucional entre los dos países con Carlos Juan de Suecia en el trono. El liberalismo y el nacionalismo empezaron a cobrar fuerza en Noruega gracias a la permisibilidad de los suecos. En 1816 se creó el Banco de Noruega y con él la moneda nacional (la desaparecida "speciedaler"). En 1821, el Parlamento abolió la antigua aristocracia noruega. En 1832, los agricultores se percataron de que eran el grupo más amplio y en las elecciones celebradas ese año obtuvieron mayoría en la Dieta. Los impuestos rurales bajaron, los de las importaciones subieron y se aprobó la ley de Comités Locales para dar poderes a los consejos municipales.

El pueblo noruego empezó a clamar por la independencia cuando Suecia abolió el acuerdo de libre comercio entre los dos países, estableció una frontera entre ambos y se negó a nombrar a un ministro de exteriores noruego. En junio de 1905, contra la voluntad parlamentaria, el rey volvió a denegar a Noruega un ministro de exteriores y el Parlamento votó a favor de disolver la unión (en el referéndum celebrado, solo 184 personas en toda Noruega votaron a favor de la permanencia en la unión). El nuevo gobierno noruego ofreció la corona constitucional a un príncipe danés; este aceptó y se convirtió en Haakon VII. Después de cinco siglos, Noruega volvía a ser una nación independiente.

Durante la década siguiente, se convirtió en uno de los países más progresistas del mundo. En 1913, Noruega se convirtió en el segundo país del mundo en reconocer el sufragio femenino. El Parlamento aprobó leyes para establecer el subsidio por enfermedad, las inspecciones en las fábricas, la prevención de riesgos laborales y la jornada laboral de diez horas, fastidiando desde entonces a los barones capitalistas. A lo largo de la costa se construyeron redes ferroviarias (la línea Bergen-Oslo se completó en 1909) y en todo el país se abrieron centrales hidroeléctricas a toda velocidad. Exploradores noruegos como Amundsen (su expedición fue la primera en llegar al Polo Sur), Sverdrup y Nansen gozaban de fama mundial. Noruega vivía una segunda "edad de oro".

Igual que sus vecinos escandinavos, Noruega intentó evitar las guerras y las crisis europeas, y lo logró durante la Primera Guerra Mundial, pero no durante la Segunda. El país se encontraba entre los británicos, cuya Armada no tenía reparos en adentrarse en aguas noruegas, y los alemanes, que necesitaban el hierro de las minas del norte para sus fábricas; en abril de 1940, la Alemania nazi invadió Noruega y estableció una ruta terrestre para el transporte de minerales. El gobierno noruego se exilió y Vidkun Quisling (que ha pasado a la historia como un traidor) formó un gobierno de colaboración con los nazis. Excepto algunas incursiones de comandos y acciones de partisanos, en general Noruega se mantuvo al margen de los combates, aunque el 80% de la flota mercante de la nación (la cuarta más grande del mundo en ese momento) apoyó a los aliados.

Al finalizar la guerra, el país recuperó su neutralidad tradicional y el noruego Trygve Lie se convirtió en el primer secretario general de las Naciones Unidas. El comienzo de la Guerra Fría no permitía posiciones neutrales y, en 1949, Noruega fue uno de los miembros fundadores de la OTAN, aunque no consintió en su suelo armas nucleares ni bases militares extranjeras. A partir de 1969, gracias al descubrimiento de yacimientos de petróleo en el mar del Norte, la economía recibió una inyección de miles de millones de dólares que permitió al país gozar de uno de los mejores niveles de vida en todo el mundo. En general, desde mediados del siglo XX, los noruegos se han dedicado a disfrutar de la vida, practicar deportes de invierno, celebrar dos Juegos Olímpicos y recibir turistas.
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