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Noruega

Nubia

Persia

Polonia

Portugal

Roma

Rusia

Sumeria

Tierra Cri

Vietnam

Zululandia

Líderes

Nubia
Habilidad exclusiva

Ta-Seti

+30% a la Producción para las unidades a distancia. Todas las unidades a distancia ganan un +50% a la experiencia de combate. Las Minas sobre recursos estratégicos otorgan +1 a la Producción . Las Minas sobre recursos de lujo y adicionales otorgan +2 de Oro.

Contexto histórico
Nubia, situada en la gran curva del río Nilo, en el norte de África, hacía de puente entre el Mar Rojo y el delta del Nilo, un centro neurálgico comercial que podría haberse extendido desde el origen del Nilo hasta su desembocadura en el Mediterráneo. Por desgracia para Nubia, los egipcios que estaban justo al norte tenían otros planes. Durante milenios, las dos civilizaciones fueron alternándose en el rol de vecino, conquistador y vasallo, hasta que una oleada de invasores de tierras lejanas puso fin a su rivalidad.

La civilización nubia más antigua comenzó en lo que hoy conocemos como Sudán. La ciudad-estado de Kerma se situaba en una fértil cuenca justo al sur de la tercera catarata del Nilo. Su perfecta ubicación junto al río la convirtió en un centro comercial tan accesible por tierra como por agua. El descubrimiento y la explotación de ricas vetas de ébano y oro cimentaron su ascensión. El comercio trajo riqueza, y eso provocó saqueos de los que querían riqueza pero no estaban muy convencidos de que el comercio fuese la mejor forma de conseguirla.

Kerma fortificó su ciudad y sus rutas, ampliando poco a poco su influencia por el Nilo hasta que sus aldeas, fuertes y puestos comerciales aliados se extendían por un total de 1287 km, más o menos la distancia entre la primera y la quinta catarata del Nilo. En aquel momento, Kerma competía con Egipto en tamaño e influencia.

Poco quedó de Kerma tras el segundo milenio a. C. Si su pueblo tuvo un lenguaje escrito, se perdió hace mucho tiempo. Existen muchos registros del reino en los escritos egipcios, especialmente, los que versan sobre conflictos menores con sus vecinos nubios. En ellos, Kerma se describía como un estado muy centralizado, pero gestionar un territorio tan extenso sin un lenguaje escrito es una ardua labor.

A pesar del conflicto constante entre los reinos vecinos, Egipto llamaba a Nubia "la Tierra del Arco", en referencia a los formidables arqueros que conformaban el grueso del ejército de Kerma. Como muestra de la fuerte impresión que estos guerreros causaban en sus rivales, un fuerte egipcio que más tarde se construyó en territorio nubio llevaba el nombre de "Manteniendo a Raya a los Arcos", entre la proclamación y la ambición.

Kerma alcanzó su cénit en el 1580 a. C., pero una infausta alianza con los hicsos provocó su final. Los hicsos eran unos invasores del este que se habían apropiado de partes de Egipto a mitad del siglo XVII a. C., pero que tuvieron muchos problemas por su población rebelde y una dinastía egipcia superviviente con sede en Tebas. Kerma intentó repartirse los despojos con el fin de acabar con Egipto de una vez por todas.

Y casi lo consiguió. Durante treinta años, Kerma se adentró en territorio egipcio, quedándose con sus artefactos culturales y religiosos, hasta que Egipto consiguió derrocar y expulsar a sus caudillos hicsos. Tan larga y dolorosa fue la invasión de Kerma, que los egipcios eliminaron de sus registros toda mención a ella o a la XV dinastía de los hicsos. Lo que no pudieron borrar fueron los tesoros egipcios que se acumularon en Kerma.

Pero los faraones no olvidaron aquella humillación. Tutmosis I se vengó un siglo más tarde invadiendo la ciudad de Kerma. Su sucesor, Tutmosis III, conquistó aún más territorio nubio, llegando a proclamar que la montaña de Gebel Barkal y la ciudad cercana de Napata eran la nueva frontera de Egipto en el sur.

Nubia se pasó casi cuatro siglos bajo el dominio egipcio. Hubo muchas rebeliones, desde luego, pero con el paso del tiempo las culturas nubia y egipcia se fueron fusionando. Kerma fue perdiendo fuerza y la leal provincia de Nubia terminó abasteciéndose del oro de Egipto, su ruta hacia el Mar Rojo y de sus arqueros, ahora temidos por los enemigos de Egipto.

En el siglo X a. C., Egipto estaba ocupado en asuntos del Mediterráneo (y la posterior caída del Nuevo Reino de Egipto), dejando a Nubia a su libre albedrío. Poco a poco, durante los siguientes siglos, el Reino de Kush fue adquiriendo importancia cuando los príncipes libios subyugaron a un Egipto desbordado.

Por un extraño giro del destino, el rey kushita Pianjy proclamó un mandato divino en nombre del dios Amón, un dios egipcio cuyo templo en Gebel Barkal se construyó por orden del faraón egipcio Tutmosis I, para liberar el Bajo Egipto de los intrusos libios. Y así, el rey de Nubia se hizo con el control del delta del Nilo y formó la XXV dinastía de Egipto con el objetivo de devolverle su antigua gloria.

Y durante un tiempo lo consiguió. Pianjy y sus sucesores se marcaron como prioridad reconstruir los monumentos, templos y obras públicas que llevaban tiempo languideciendo bajo el control de los extranjeros. Esta revitalización de la cultura egipcia fue el mayor logro de la XXV dinastía, pero no duró demasiado.

No importa lo pequeño que sea un nido de avispas: no conviene darle una patada. Varios faraones de la dinastía XXV hicieron caso omiso de esta lección, en su afán por extender su influencia en Oriente Próximo. Así fue como entraron en conflicto con el poderoso Imperio neoasirio, que consideraba a los de Oriente Próximo sus vasallos (y el apoyo de Pianjy a la rebelión de Canaán contra los caudillos neoasirios no mejoró la relación). El rey neoasirio Asarhaddón dejó bien clara su postura invadiendo Egipto en el año 674 a. C. En tan solo tres años, los invasores depusieron la XXV dinastía, poniendo fin definitivo a los flirteos de Nubia con el imperio.

La retirada de Nubia de Egipto terminó jugando a su favor: siguiendo el ejemplo del Imperio neoasirio, otras potencias mediterráneas encontrarían Egipto un posible vasallo muy tentador. La prudente reubicación de la capital de Nubia (de Napata a la más lejana Meroë) abrió a los comerciantes griegos las puertas del Mar Rojo, por aquel entonces más lucrativo que el Nilo. También disuadió a los pueblos del norte de una posible invasión: ni Persia, Macedonia o el Egipto tolemaico se esforzaron en exceso en expandirse por el reino meroítico de Kush.

Hasta que, en el año 25 a. C, Nubia entró en conflicto con Roma. El general romano Petronio se enfrentó repetidas veces con Amanirenas, la reina (o "candace") tuerta de Nubia. Tras el saqueo de Napata y la destrucción del templo de Amón por parte de las fuerzas romanas, Amanirenas presentó una resistencia lo suficientemente salvaje como para convencer a Petronio de que la paz era más conveniente que la conquista. César Augusto firmó un acuerdo de paz con Kush que resultaba sorprendentemente favorable a Nubia: les trataban como un protectorado aliado más que como un antiguo enemigo.

Tras este periodo de destrucción romana llegó el auge de los constructores meroíticos, iniciado en el año 1 a. C. por la candace Amanitore (su historia se relata en un capítulo aparte). Esta época de reconstrucción terminó cuando la dinastía Beja del noreste conquistó Meroë en el siglo I. A pesar de los intentos de los Beja de expandir Nubia, las rebeliones internas y su conflicto con el reino de Aksum provocó su conquista definitiva.
PortraitSquare
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Rasgos

Líderes
icon_leader_default
Amanitore
Unidades especiales
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Arquero pítati
Infraestructura especial
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Pirámide nubia

Geografía y datos sociales

Ubicación
África
Tamaño
1,26 millones de kilómetros cuadrados en su apogeo
Población
Sobre 1,15 millones (como máximo)
Capital
Kerma, Nepata, Meroë
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Amanitore
Unidades especiales
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Infraestructura especial
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Pirámide nubia

Geografía y datos sociales

Ubicación
África
Tamaño
1,26 millones de kilómetros cuadrados en su apogeo
Población
Sobre 1,15 millones (como máximo)
Capital
Kerma, Nepata, Meroë
Habilidad exclusiva

Ta-Seti

+30% a la Producción para las unidades a distancia. Todas las unidades a distancia ganan un +50% a la experiencia de combate. Las Minas sobre recursos estratégicos otorgan +1 a la Producción . Las Minas sobre recursos de lujo y adicionales otorgan +2 de Oro.

Contexto histórico
Nubia, situada en la gran curva del río Nilo, en el norte de África, hacía de puente entre el Mar Rojo y el delta del Nilo, un centro neurálgico comercial que podría haberse extendido desde el origen del Nilo hasta su desembocadura en el Mediterráneo. Por desgracia para Nubia, los egipcios que estaban justo al norte tenían otros planes. Durante milenios, las dos civilizaciones fueron alternándose en el rol de vecino, conquistador y vasallo, hasta que una oleada de invasores de tierras lejanas puso fin a su rivalidad.

La civilización nubia más antigua comenzó en lo que hoy conocemos como Sudán. La ciudad-estado de Kerma se situaba en una fértil cuenca justo al sur de la tercera catarata del Nilo. Su perfecta ubicación junto al río la convirtió en un centro comercial tan accesible por tierra como por agua. El descubrimiento y la explotación de ricas vetas de ébano y oro cimentaron su ascensión. El comercio trajo riqueza, y eso provocó saqueos de los que querían riqueza pero no estaban muy convencidos de que el comercio fuese la mejor forma de conseguirla.

Kerma fortificó su ciudad y sus rutas, ampliando poco a poco su influencia por el Nilo hasta que sus aldeas, fuertes y puestos comerciales aliados se extendían por un total de 1287 km, más o menos la distancia entre la primera y la quinta catarata del Nilo. En aquel momento, Kerma competía con Egipto en tamaño e influencia.

Poco quedó de Kerma tras el segundo milenio a. C. Si su pueblo tuvo un lenguaje escrito, se perdió hace mucho tiempo. Existen muchos registros del reino en los escritos egipcios, especialmente, los que versan sobre conflictos menores con sus vecinos nubios. En ellos, Kerma se describía como un estado muy centralizado, pero gestionar un territorio tan extenso sin un lenguaje escrito es una ardua labor.

A pesar del conflicto constante entre los reinos vecinos, Egipto llamaba a Nubia "la Tierra del Arco", en referencia a los formidables arqueros que conformaban el grueso del ejército de Kerma. Como muestra de la fuerte impresión que estos guerreros causaban en sus rivales, un fuerte egipcio que más tarde se construyó en territorio nubio llevaba el nombre de "Manteniendo a Raya a los Arcos", entre la proclamación y la ambición.

Kerma alcanzó su cénit en el 1580 a. C., pero una infausta alianza con los hicsos provocó su final. Los hicsos eran unos invasores del este que se habían apropiado de partes de Egipto a mitad del siglo XVII a. C., pero que tuvieron muchos problemas por su población rebelde y una dinastía egipcia superviviente con sede en Tebas. Kerma intentó repartirse los despojos con el fin de acabar con Egipto de una vez por todas.

Y casi lo consiguió. Durante treinta años, Kerma se adentró en territorio egipcio, quedándose con sus artefactos culturales y religiosos, hasta que Egipto consiguió derrocar y expulsar a sus caudillos hicsos. Tan larga y dolorosa fue la invasión de Kerma, que los egipcios eliminaron de sus registros toda mención a ella o a la XV dinastía de los hicsos. Lo que no pudieron borrar fueron los tesoros egipcios que se acumularon en Kerma.

Pero los faraones no olvidaron aquella humillación. Tutmosis I se vengó un siglo más tarde invadiendo la ciudad de Kerma. Su sucesor, Tutmosis III, conquistó aún más territorio nubio, llegando a proclamar que la montaña de Gebel Barkal y la ciudad cercana de Napata eran la nueva frontera de Egipto en el sur.

Nubia se pasó casi cuatro siglos bajo el dominio egipcio. Hubo muchas rebeliones, desde luego, pero con el paso del tiempo las culturas nubia y egipcia se fueron fusionando. Kerma fue perdiendo fuerza y la leal provincia de Nubia terminó abasteciéndose del oro de Egipto, su ruta hacia el Mar Rojo y de sus arqueros, ahora temidos por los enemigos de Egipto.

En el siglo X a. C., Egipto estaba ocupado en asuntos del Mediterráneo (y la posterior caída del Nuevo Reino de Egipto), dejando a Nubia a su libre albedrío. Poco a poco, durante los siguientes siglos, el Reino de Kush fue adquiriendo importancia cuando los príncipes libios subyugaron a un Egipto desbordado.

Por un extraño giro del destino, el rey kushita Pianjy proclamó un mandato divino en nombre del dios Amón, un dios egipcio cuyo templo en Gebel Barkal se construyó por orden del faraón egipcio Tutmosis I, para liberar el Bajo Egipto de los intrusos libios. Y así, el rey de Nubia se hizo con el control del delta del Nilo y formó la XXV dinastía de Egipto con el objetivo de devolverle su antigua gloria.

Y durante un tiempo lo consiguió. Pianjy y sus sucesores se marcaron como prioridad reconstruir los monumentos, templos y obras públicas que llevaban tiempo languideciendo bajo el control de los extranjeros. Esta revitalización de la cultura egipcia fue el mayor logro de la XXV dinastía, pero no duró demasiado.

No importa lo pequeño que sea un nido de avispas: no conviene darle una patada. Varios faraones de la dinastía XXV hicieron caso omiso de esta lección, en su afán por extender su influencia en Oriente Próximo. Así fue como entraron en conflicto con el poderoso Imperio neoasirio, que consideraba a los de Oriente Próximo sus vasallos (y el apoyo de Pianjy a la rebelión de Canaán contra los caudillos neoasirios no mejoró la relación). El rey neoasirio Asarhaddón dejó bien clara su postura invadiendo Egipto en el año 674 a. C. En tan solo tres años, los invasores depusieron la XXV dinastía, poniendo fin definitivo a los flirteos de Nubia con el imperio.

La retirada de Nubia de Egipto terminó jugando a su favor: siguiendo el ejemplo del Imperio neoasirio, otras potencias mediterráneas encontrarían Egipto un posible vasallo muy tentador. La prudente reubicación de la capital de Nubia (de Napata a la más lejana Meroë) abrió a los comerciantes griegos las puertas del Mar Rojo, por aquel entonces más lucrativo que el Nilo. También disuadió a los pueblos del norte de una posible invasión: ni Persia, Macedonia o el Egipto tolemaico se esforzaron en exceso en expandirse por el reino meroítico de Kush.

Hasta que, en el año 25 a. C, Nubia entró en conflicto con Roma. El general romano Petronio se enfrentó repetidas veces con Amanirenas, la reina (o "candace") tuerta de Nubia. Tras el saqueo de Napata y la destrucción del templo de Amón por parte de las fuerzas romanas, Amanirenas presentó una resistencia lo suficientemente salvaje como para convencer a Petronio de que la paz era más conveniente que la conquista. César Augusto firmó un acuerdo de paz con Kush que resultaba sorprendentemente favorable a Nubia: les trataban como un protectorado aliado más que como un antiguo enemigo.

Tras este periodo de destrucción romana llegó el auge de los constructores meroíticos, iniciado en el año 1 a. C. por la candace Amanitore (su historia se relata en un capítulo aparte). Esta época de reconstrucción terminó cuando la dinastía Beja del noreste conquistó Meroë en el siglo I. A pesar de los intentos de los Beja de expandir Nubia, las rebeliones internas y su conflicto con el reino de Aksum provocó su conquista definitiva.
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