Unidad de apoyo de la Edad Media. Necesita un Arsenal para producir. Puede construir mejoras de Carreteras, Ferrocarriles, Fuertes, Pistas de aterrizaje, Silos de misiles y Túneles de montaña. Una de sus cargas de construcción también se puede usar para completar el 20% de un distrito de Canal o Presa.
Contexto histórico
Los ingenieros militares –en comparación con los "ingenieros de combate" (o zapadores), que están lo bastante locos como para lanzarse a la batalla llevando herramientas y explosivos en lugar de armas– tienen la tarea de construir fortificaciones y otras estructuras y crear y mantener de líneas de avituallamiento y de comunicación. Los ejércitos más victoriosos del pasado –romanos, chinos, otomanos, británicos. etc.– tenían unidades excelentes de ingenieros militares a las que se debe gran parte de su éxito, tanto para proteger a sus propias tropas como para derribar las defensas enemigas. Si no, basta con preguntarles a los galos de Alesia (52 a. C.) o a los zelotes de Jerusalén (70 d. C.). Tras la caída del Imperio romano de Occidente, la ingeniería militar –como casi todo lo demás– se sumió en una "época oscura" y no se recuperó hasta bien entrada la Edad Media, cuando los asedios volvieron a ser frecuentes. A finales de esta época, los ingenieros militares ya volvían a ser una parte integral de cualquier ejército victorioso. Durante las guerras napoléonicas, la de Crimea y varias guerras civiles y mundiales, la ingeniería militar se dividió en más especialidades. En la actualidad, un militar profesional necesita un título en ingeniería civil, eléctrica, mecánica, arquitectura o incluso en ingeniería ambiental para tener la oportunidad de construir cosas... o de derribarlas.
Unidad de apoyo de la Edad Media. Necesita un Arsenal para producir. Puede construir mejoras de Carreteras, Ferrocarriles, Fuertes, Pistas de aterrizaje, Silos de misiles y Túneles de montaña. Una de sus cargas de construcción también se puede usar para completar el 20% de un distrito de Canal o Presa.
Contexto histórico
Los ingenieros militares –en comparación con los "ingenieros de combate" (o zapadores), que están lo bastante locos como para lanzarse a la batalla llevando herramientas y explosivos en lugar de armas– tienen la tarea de construir fortificaciones y otras estructuras y crear y mantener de líneas de avituallamiento y de comunicación. Los ejércitos más victoriosos del pasado –romanos, chinos, otomanos, británicos. etc.– tenían unidades excelentes de ingenieros militares a las que se debe gran parte de su éxito, tanto para proteger a sus propias tropas como para derribar las defensas enemigas. Si no, basta con preguntarles a los galos de Alesia (52 a. C.) o a los zelotes de Jerusalén (70 d. C.). Tras la caída del Imperio romano de Occidente, la ingeniería militar –como casi todo lo demás– se sumió en una "época oscura" y no se recuperó hasta bien entrada la Edad Media, cuando los asedios volvieron a ser frecuentes. A finales de esta época, los ingenieros militares ya volvían a ser una parte integral de cualquier ejército victorioso. Durante las guerras napoléonicas, la de Crimea y varias guerras civiles y mundiales, la ingeniería militar se dividió en más especialidades. En la actualidad, un militar profesional necesita un título en ingeniería civil, eléctrica, mecánica, arquitectura o incluso en ingeniería ambiental para tener la oportunidad de construir cosas... o de derribarlas.