Unidad de apoyo de la Época Clásica. Al estar adyacente a una ciudad, las unidades cuerpo a cuerpo atacantes ignoran las Murallas y asaltan inmediatamente la ciudad.
Contexto histórico
Salvar murallas mediante escalerillas –mientras sus defensores te tiraban aceite hirviendo, rocas y objetos puntiagudos– no ayudaba a la moral de las tropas, por lo que los neoasirios inventaron las torres de asedio alrededor del siglo IX a. C. En ese momento, la mayoría de ciudades de Mesopotamia estaban rodeadas por murallas de ladrillos de barro, que solían ofrecer una protección suficiente contra los atacantes, pero las torres de asedio de los asirios les permitieron superarlas relativamente indemnes; por ello, su imperio se extendió prácticamente sin control durante tres siglos. Era una idea que ya se podía poner en práctica, y muy pronto todas las civilizaciones antiguas contaron con ellas en sus arsenales. En su forma más simple, una torre de asedio era una estructura vertical de madera, cubierta y con ruedas; una vez se empujaba hasta la ultrajante muralla, se tendía una pasarela para salvar la brecha y los felices guerreros entraban en tropel en la ciudad o el castillo. Los ingenieros romanos, que eran unos maestros, las hicieron cada vez más robustas y eficientes. La torre de asedio se utilizó durante toda la Edad Media, hasta que se quedó obsoleta debido al uso de la pólvora.
Unidad de apoyo de la Época Clásica. Al estar adyacente a una ciudad, las unidades cuerpo a cuerpo atacantes ignoran las Murallas y asaltan inmediatamente la ciudad.
Contexto histórico
Salvar murallas mediante escalerillas –mientras sus defensores te tiraban aceite hirviendo, rocas y objetos puntiagudos– no ayudaba a la moral de las tropas, por lo que los neoasirios inventaron las torres de asedio alrededor del siglo IX a. C. En ese momento, la mayoría de ciudades de Mesopotamia estaban rodeadas por murallas de ladrillos de barro, que solían ofrecer una protección suficiente contra los atacantes, pero las torres de asedio de los asirios les permitieron superarlas relativamente indemnes; por ello, su imperio se extendió prácticamente sin control durante tres siglos. Era una idea que ya se podía poner en práctica, y muy pronto todas las civilizaciones antiguas contaron con ellas en sus arsenales. En su forma más simple, una torre de asedio era una estructura vertical de madera, cubierta y con ruedas; una vez se empujaba hasta la ultrajante muralla, se tendía una pasarela para salvar la brecha y los felices guerreros entraban en tropel en la ciudad o el castillo. Los ingenieros romanos, que eran unos maestros, las hicieron cada vez más robustas y eficientes. La torre de asedio se utilizó durante toda la Edad Media, hasta que se quedó obsoleta debido al uso de la pólvora.