Unidad de apoyo antiaérea de la Era Atómica. Ofrece protección de ataques aéreos a más de 1 hexágono del arma.

Cuando los generales minuciosos comenzaron a utilizar aviones, otros generales comenzaron a disparar contra ellos, por lo general con artillería. El poco deportivo uso de globos por parte del ejército de la Unión para reunir información militar en la Guerra de Secesión obligó a los confederados a desarrollar métodos para derribarlos. No se consiguió nada realmente práctico como antiaéreo hasta la Primera Guerra Mundial, cuando los británicos decidieron, tras unas pocas semanas en el conflicto, que necesitaban algo para disuadir a los alemanes de que sobrevolaran sus costas con zeppelines; el cañón QF de 1 libra (conocido como "pom-pom") fue la primera pieza de artillería diseñada específicamente como arma antiaérea (AA). Pronto, todo el mundo tenía algún tipo de "ack-ack" (nombre en clave de la AA) para disparar contra el creciente número de aviones de combate, tanto en el campo de batalla como en el frente interno. Durante la Segunda Guerra Mundial, se desplegaron un montón de cañones antiaéreos, pero no fueron muy eficaces contra la nueva generación de aviones rápidos; los estudios postbélicos mostraron que la gran mayoría de atacantes siguieron alcanzando sus objetivos (del orden del 90%). Y así, cuando los aviones a reacción hicieron acto de presencia, también lo hicieron los misiles AA.