"Bip... bip... bip". Así comenzó todo. La Rusia soviética lanzó en octubre de 1957 el Sputnik con un transmisor de señales de radio integrado. Una vez en órbita alrededor de la Tierra, este satélite artificial (por diferenciarlo de los satélites naturales como la Luna) avisó a los seres humanos apiñados en la superficie de que el mundo había cambiado radicalmente... para mejor o no, eso aún está por determinar. El Sputnik 2 se lanzó en noviembre con pasajero incluido, el primer ser vivo a bordo en llegar al espacio, una perra llamada Laika (que murió pocas horas después del lanzamiento).
A raíz de las presiones de la American Rocket Society, la Fundación Nacional de Ciencia y la Casa Blanca (el único organismo que realmente importaba), el ejército estadounidense anunció su propio programa para poner un satélite en órbita. Tres meses después del lanzamiento de la pobre Laika, Estados Unidos puso al Explorer 1 en órbita alrededor de la Tierra. En 1961, la fuerza aérea de los EE. UU. utilizó la Red de Vigilancia Espacial, de nueva creación, para catalogar 115 satélites que orbitaban la Tierra. El espacio empezó a abarrotarse (en la actualidad, este sistema hace el seguimiento de unos 8000 objetos artificiales que giran alrededor del mundo, gran parte de los cuales son "chatarra espacial").
Mientras los Estados Unidos hacían su lista de satélites, la Unión Soviética lanzaba un hombre al espacio; el 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer humano en orbitar la Tierra a bordo del satélite Vostok 1. A diferencia de la pobre Laika, el cosmonauta regresó con vida. En febrero de 1962 se puso en órbita al norteamericano John Glenn, a bordo del Friendship 7. China se convirtió en el tercer país en llevar a un hombre al espacio: Yang Liwei en el Shenzhou 5, en octubre de 2003. Y los científicos de diversas naciones han servido a bordo de la Estación Espacial Internacional –el mayor satélite en órbita hasta la fecha– desde que se lanzara su primer componente en 1998; esta estación orbita la Tierra cada 92,69 minutos.
Muchos países –incluso algunos como Qatar (2013), Uruguay (2014) y Turkmenistán (2015)– han puesto satélites en órbita, por no hablar de las decenas de empresas privadas que han pagado grandes sumas de dinero para hacerlo con sus satélites (en su mayoría, de telecomunicaciones), alentados por la aprobación de la Ley de Lanzamientos Espaciales Comerciales de 1984 del congreso de los Estados Unidos. Ahora también hay varias compañías que están sopesando la realización de vuelos comerciales tripulados en órbita o más allá.
"Los satélites no tienen conciencia". – Edward R. Murrow
"En este mismo instante, alrededor del mundo están flotando 31 satélites que no tienen nada mejor que hacer que ayudarte a llegar al supermercado". – Ed Burnette
"Bip... bip... bip". Así comenzó todo. La Rusia soviética lanzó en octubre de 1957 el Sputnik con un transmisor de señales de radio integrado. Una vez en órbita alrededor de la Tierra, este satélite artificial (por diferenciarlo de los satélites naturales como la Luna) avisó a los seres humanos apiñados en la superficie de que el mundo había cambiado radicalmente... para mejor o no, eso aún está por determinar. El Sputnik 2 se lanzó en noviembre con pasajero incluido, el primer ser vivo a bordo en llegar al espacio, una perra llamada Laika (que murió pocas horas después del lanzamiento).
A raíz de las presiones de la American Rocket Society, la Fundación Nacional de Ciencia y la Casa Blanca (el único organismo que realmente importaba), el ejército estadounidense anunció su propio programa para poner un satélite en órbita. Tres meses después del lanzamiento de la pobre Laika, Estados Unidos puso al Explorer 1 en órbita alrededor de la Tierra. En 1961, la fuerza aérea de los EE. UU. utilizó la Red de Vigilancia Espacial, de nueva creación, para catalogar 115 satélites que orbitaban la Tierra. El espacio empezó a abarrotarse (en la actualidad, este sistema hace el seguimiento de unos 8000 objetos artificiales que giran alrededor del mundo, gran parte de los cuales son "chatarra espacial").
Mientras los Estados Unidos hacían su lista de satélites, la Unión Soviética lanzaba un hombre al espacio; el 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer humano en orbitar la Tierra a bordo del satélite Vostok 1. A diferencia de la pobre Laika, el cosmonauta regresó con vida. En febrero de 1962 se puso en órbita al norteamericano John Glenn, a bordo del Friendship 7. China se convirtió en el tercer país en llevar a un hombre al espacio: Yang Liwei en el Shenzhou 5, en octubre de 2003. Y los científicos de diversas naciones han servido a bordo de la Estación Espacial Internacional –el mayor satélite en órbita hasta la fecha– desde que se lanzara su primer componente en 1998; esta estación orbita la Tierra cada 92,69 minutos.
Muchos países –incluso algunos como Qatar (2013), Uruguay (2014) y Turkmenistán (2015)– han puesto satélites en órbita, por no hablar de las decenas de empresas privadas que han pagado grandes sumas de dinero para hacerlo con sus satélites (en su mayoría, de telecomunicaciones), alentados por la aprobación de la Ley de Lanzamientos Espaciales Comerciales de 1984 del congreso de los Estados Unidos. Ahora también hay varias compañías que están sopesando la realización de vuelos comerciales tripulados en órbita o más allá.
"Los satélites no tienen conciencia". – Edward R. Murrow
"En este mismo instante, alrededor del mundo están flotando 31 satélites que no tienen nada mejor que hacer que ayudarte a llegar al supermercado". – Ed Burnette