El término "láser" es un acrónimo del término inglés "light amplification by stimulated emission of radiation" ("amplificación de luz por emisión estimulada de radiación"), que más o menos describe lo que viene a ser. La teoría se remonta a un artículo que escribió Albert Einstein en 1917 en el que presentaba una derivación de la ley de Planck en relación a la emisión estimulada de radiaciones electromagnéticas. En 1928, el físico atómico Rudolf Ladenburg confirmó el fenómeno de la emisión estimulada y la absorción negativa.
Cuando apareció el primer láser de verdad, los científicos estadounidenses y de la Rusia soviética ya habían construido máseres amplificando la radiación de microondas en vez de la radiación de luz. No pasó mucho tiempo antes de que varios más trataran de construir "máseres ópticos", como se los denominaba comúnmente (el término "láser" se acuñó en 1959). El primer láser funcional se probó en mayo de 1960, cuando los laboratorios de investigación Hughes presentaron una tecnología láser capaz de almacenar datos en los dispositivos ópticos. Más tarde, ese mismo año, el iraní Alí Javan dirigió un equipo internacional que produjo el primer láser de gases, utilizando helio y neón, que podía funcionar continuamente en el espectro infrarrojo.
Desde aquellas primeras investigaciones se han desarrollado muchos tipos de láseres especializados, optimizados para cubrir largas distancias, emitir con diferentes potencias de salida o utilizar diversos intervalos de longitud de onda. Los hay de muchas clases y con miles de aplicaciones distintas, desde aparatos electrónicos de consumo y ocio hasta equipo para militares y fuerzas del orden.
Tal vez los usos más avanzados de los láseres se encuentran en el campo de la medicina y el militar. En el primero, los láseres ofrecen cirugía "sin sangre", extirpación de tumores y de órganos enfermos, herramientas de diagnóstico desconocidas hace una década y fotobiomodulación (es decir, la terapia con láser). Y para el ejército, nada mejor que un láser para la orientación y el guiado armamentístico, aunque su potencial como arma de energía dirigida aún tiene que materializarse (a pesar de que se han invertido miles de millones de dólares hasta el momento en su investigación). El uso industrial y doméstico (la tan cacareada holografía aún no es realizable) están en continua expansión. Eso sí, hay que acordarse de no mirar directamente a la luz que emiten.
"Cuando Dios dijo: 'Hágase la luz', seguro que se refería a una luz perfectamente coherente". – Charles Townes
"Creo fervientemente en el láser; en serio, está en la onda, es el futuro". – Courteney Cox
El término "láser" es un acrónimo del término inglés "light amplification by stimulated emission of radiation" ("amplificación de luz por emisión estimulada de radiación"), que más o menos describe lo que viene a ser. La teoría se remonta a un artículo que escribió Albert Einstein en 1917 en el que presentaba una derivación de la ley de Planck en relación a la emisión estimulada de radiaciones electromagnéticas. En 1928, el físico atómico Rudolf Ladenburg confirmó el fenómeno de la emisión estimulada y la absorción negativa.
Cuando apareció el primer láser de verdad, los científicos estadounidenses y de la Rusia soviética ya habían construido máseres amplificando la radiación de microondas en vez de la radiación de luz. No pasó mucho tiempo antes de que varios más trataran de construir "máseres ópticos", como se los denominaba comúnmente (el término "láser" se acuñó en 1959). El primer láser funcional se probó en mayo de 1960, cuando los laboratorios de investigación Hughes presentaron una tecnología láser capaz de almacenar datos en los dispositivos ópticos. Más tarde, ese mismo año, el iraní Alí Javan dirigió un equipo internacional que produjo el primer láser de gases, utilizando helio y neón, que podía funcionar continuamente en el espectro infrarrojo.
Desde aquellas primeras investigaciones se han desarrollado muchos tipos de láseres especializados, optimizados para cubrir largas distancias, emitir con diferentes potencias de salida o utilizar diversos intervalos de longitud de onda. Los hay de muchas clases y con miles de aplicaciones distintas, desde aparatos electrónicos de consumo y ocio hasta equipo para militares y fuerzas del orden.
Tal vez los usos más avanzados de los láseres se encuentran en el campo de la medicina y el militar. En el primero, los láseres ofrecen cirugía "sin sangre", extirpación de tumores y de órganos enfermos, herramientas de diagnóstico desconocidas hace una década y fotobiomodulación (es decir, la terapia con láser). Y para el ejército, nada mejor que un láser para la orientación y el guiado armamentístico, aunque su potencial como arma de energía dirigida aún tiene que materializarse (a pesar de que se han invertido miles de millones de dólares hasta el momento en su investigación). El uso industrial y doméstico (la tan cacareada holografía aún no es realizable) están en continua expansión. Eso sí, hay que acordarse de no mirar directamente a la luz que emiten.
"Cuando Dios dijo: 'Hágase la luz', seguro que se refería a una luz perfectamente coherente". – Charles Townes
"Creo fervientemente en el láser; en serio, está en la onda, es el futuro". – Courteney Cox