Las mejoras del Pastizal reciben un +1 a Alimentos .
Contexto histórico
En 1942, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov propuso tres "leyes de la robótica". En 1948, el matemático estadounidense Norbert Wiener formuló los "principios de la cibernética" como base para la robótica práctica. Y, en 1961, se fabricó el primer robot programable (llamado "Unimate"), que levantaba y apilaba piezas de metal caliente de una máquina de moldeado a presión.
Los autómatas –máquinas que funcionan por sí solas– llevan con nosotros desde que fueron descritos en el siglo III a. C., en el texto chino "Liezi", atribuido al filósofo Lie Yukou. En 1495, un genio como Leonardo da Vinci diseñó los planos para un caballero mecánico, una especie de protorrobot. El artista e inventor francés Jacques de Vaucanson fabricó un pato mecánico que podía comer, batir las alas y luego defecar (el "pato con aparato digestivo", de 1738). También construyó cosas más relevantes, como un telar totalmente automático (probablemente, el primer autómata viable comercialmente). Así que los "robots" (bautizados así por el checo Karel Capek en su obra de teatro "R.U.R.") llevan aquí desde mucho antes de que ABB Robot Group instalase el primer robot industrial controlado por microcomputador en Suecia, en 1974.
Pero, naturalmente, lo que ilusiona y preocupa a todo el mundo son los robots humanoides, con un torso, cabeza con algún tipo de cara, dos o más brazos, locomoción bípeda, etc. Estos robots, adorados por los escritores de ciencia ficción y por los estudios de Hollywood, todavía están dando sus primeros pasos. En 1973 se construyó Wabot-1, capaz de caminar, comunicarse en japonés y medir la distancia que lo separa de otros objetos con ojos y oídos artificiales –y, por lo visto, casi tan entretenido como el pato con aparato digestivo–. Rápidamente, casi todos los años aparecía un robot que hacía las delicias de todo el mundo. En 2005 se presentó Wakamaru, un robot doméstico de fabricación japonesa, diseñado para cuidar y acompañar a personas ancianas y discapacitadas.
Obviamente, los robots no necesitan tener aspecto humanoide. De hecho, la forma humana no es un diseño eficiente, y hay un montón de posibilidades que están siendo exploradas por ingenieros y fabricantes: robots con ruedas, robots esféricos, robots con orugas, etc., además de todo tipo de pinzas y manipuladores en lugar de manos. Las variantes son prácticamente infinitas. Como Terry Pratchett se preguntaba: "¿Qué nos hace construir robots ineficientes con forma humana, en lugar de buenas máquinas depuradas?".
"La robótica lleva en este mundo desde siempre, lleva siendo el próximo gran avance desde siempre, y es tan emocionante y atrayente que cuesta mucho no dejarse llevar". – Colin Angle
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Contexto histórico
En 1942, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov propuso tres "leyes de la robótica". En 1948, el matemático estadounidense Norbert Wiener formuló los "principios de la cibernética" como base para la robótica práctica. Y, en 1961, se fabricó el primer robot programable (llamado "Unimate"), que levantaba y apilaba piezas de metal caliente de una máquina de moldeado a presión.
Los autómatas –máquinas que funcionan por sí solas– llevan con nosotros desde que fueron descritos en el siglo III a. C., en el texto chino "Liezi", atribuido al filósofo Lie Yukou. En 1495, un genio como Leonardo da Vinci diseñó los planos para un caballero mecánico, una especie de protorrobot. El artista e inventor francés Jacques de Vaucanson fabricó un pato mecánico que podía comer, batir las alas y luego defecar (el "pato con aparato digestivo", de 1738). También construyó cosas más relevantes, como un telar totalmente automático (probablemente, el primer autómata viable comercialmente). Así que los "robots" (bautizados así por el checo Karel Capek en su obra de teatro "R.U.R.") llevan aquí desde mucho antes de que ABB Robot Group instalase el primer robot industrial controlado por microcomputador en Suecia, en 1974.
Pero, naturalmente, lo que ilusiona y preocupa a todo el mundo son los robots humanoides, con un torso, cabeza con algún tipo de cara, dos o más brazos, locomoción bípeda, etc. Estos robots, adorados por los escritores de ciencia ficción y por los estudios de Hollywood, todavía están dando sus primeros pasos. En 1973 se construyó Wabot-1, capaz de caminar, comunicarse en japonés y medir la distancia que lo separa de otros objetos con ojos y oídos artificiales –y, por lo visto, casi tan entretenido como el pato con aparato digestivo–. Rápidamente, casi todos los años aparecía un robot que hacía las delicias de todo el mundo. En 2005 se presentó Wakamaru, un robot doméstico de fabricación japonesa, diseñado para cuidar y acompañar a personas ancianas y discapacitadas.
Obviamente, los robots no necesitan tener aspecto humanoide. De hecho, la forma humana no es un diseño eficiente, y hay un montón de posibilidades que están siendo exploradas por ingenieros y fabricantes: robots con ruedas, robots esféricos, robots con orugas, etc., además de todo tipo de pinzas y manipuladores en lugar de manos. Las variantes son prácticamente infinitas. Como Terry Pratchett se preguntaba: "¿Qué nos hace construir robots ineficientes con forma humana, en lugar de buenas máquinas depuradas?".
"La robótica lleva en este mundo desde siempre, lleva siendo el próximo gran avance desde siempre, y es tan emocionante y atrayente que cuesta mucho no dejarse llevar". – Colin Angle