+25% de Oro y +10% a la Producción en las ciudades que no estén en el continente original de tu capital .

El mercantilismo sostenía que las grandes potencias necesitaban que las colonias funcionasen como una "gallina de los huevos de oro" para mantener una economía saludable en el país colonizador. Y qué mejor forma de conseguir dinero que mediante impuestos a diestro y siniestro –impuestos que, a menudo, los ciudadanos de la metrópoli no tenían que pagar–. Aunque la mayoría de las potencias coloniales (Portugal, España, Francia en menor medida y otras) aplicaban impuestos en ultramar, fueron los británicos los que se enfrentaron a la ira de sus ingratos colonos. La Ley del Azúcar, la Ley del Timbre, la Ley de Ingresos de Townshend y, finalmente, la Ley del Té, contribuyeron a la posterior revolución... así que puede que, después de todo, los impuestos coloniales no fueran una idea tan buena.