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Tradicionalmente, la concesión de una carta puebla otorgaba a los habitantes de un lugar ciertos privilegios en el sistema feudal. Los ciudadanos eran burgueses, en contraposición a los siervos, y "libres" en cuanto a que estaban protegidos por el rey (y solo le debían lealtad a él), en lugar de por el terrateniente local. Las cartas pueblas también otorgaban a los burgueses cierta ilusión de autogobierno, ya que a los comerciantes ricos se les permitía elegir un alcalde y celebrar un mercado o feria bajo sus auspicios... siempre que al rey le pareciera aceptable, claro. En el siglo X ya había ciudades alemanas con carta puebla, su propia milicia, tribunales e impuestos... El modelo que todas terminarían por seguir.