El maíz es una gramínea que se cultivó por primera vez en Mesoamérica a partir del teosinte de una planta herbácea. El cultivo deliberado y la cría selectiva en las chinampas (campos flotantes de maíz) y milpas centroamericanas (técnica de cultivo rotatorio) alteraron los pequeños granos del teosinte hasta convertirlos en las grandes mazorcas que conocemos hoy. Como cultivo básico, el maíz permitió la expansión y el dominio de las grandes ciudades del Nuevo Mundo de los imperios maya y azteca, y sigue siendo casi esencial para la cocina centroamericana. Poco después del contacto con los europeos, el maíz también se extendió a gran parte del Viejo Mundo, ya que le valen los diferentes tipos de suelo y la topografía del arroz, el trigo o la cebada. El maíz se adoptó con gran entusiasmo en África, donde lo introdujeron los portugueses y donde transformó las prácticas agrícolas y el uso de la tierra en ese continente, ya que el cultivo del maíz, que tiene un crecimiento más rápido y supone un trabajo de procesamiento intenso, abrió nuevos roles para el trabajo de las mujeres en muchas sociedades africanas, lo cual alteró aún más las divisiones en las sociedades en las que se introdujo.
El maíz es una gramínea que se cultivó por primera vez en Mesoamérica a partir del teosinte de una planta herbácea. El cultivo deliberado y la cría selectiva en las chinampas (campos flotantes de maíz) y milpas centroamericanas (técnica de cultivo rotatorio) alteraron los pequeños granos del teosinte hasta convertirlos en las grandes mazorcas que conocemos hoy. Como cultivo básico, el maíz permitió la expansión y el dominio de las grandes ciudades del Nuevo Mundo de los imperios maya y azteca, y sigue siendo casi esencial para la cocina centroamericana. Poco después del contacto con los europeos, el maíz también se extendió a gran parte del Viejo Mundo, ya que le valen los diferentes tipos de suelo y la topografía del arroz, el trigo o la cebada. El maíz se adoptó con gran entusiasmo en África, donde lo introdujeron los portugueses y donde transformó las prácticas agrícolas y el uso de la tierra en ese continente, ya que el cultivo del maíz, que tiene un crecimiento más rápido y supone un trabajo de procesamiento intenso, abrió nuevos roles para el trabajo de las mujeres en muchas sociedades africanas, lo cual alteró aún más las divisiones en las sociedades en las que se introdujo.