Los aceites aromáticos mezclados con disolventes y fijadores llevan usándose desde hace milenios, porque, a veces, la gente huele. Los registros antiguos y los hallazgos de los arqueólogos modernos confirman el uso de perfumes de diversos tipos –hechos de plantas, de partes de animales e incluso de minerales– desde los primeros asentamientos humanos. La industria de la perfumería moderna, que surgió en Arabia y en Francia en el siglo XIV, amplió los compuestos aromáticos con nuevas pociones. De haber sabido que los perfumes pueden causar ataques de asma, reacciones alérgicas en la piel, dolores de cabeza y náuseas, quizá no lo hubieran hecho.
Los aceites aromáticos mezclados con disolventes y fijadores llevan usándose desde hace milenios, porque, a veces, la gente huele. Los registros antiguos y los hallazgos de los arqueólogos modernos confirman el uso de perfumes de diversos tipos –hechos de plantas, de partes de animales e incluso de minerales– desde los primeros asentamientos humanos. La industria de la perfumería moderna, que surgió en Arabia y en Francia en el siglo XIV, amplió los compuestos aromáticos con nuevas pociones. De haber sabido que los perfumes pueden causar ataques de asma, reacciones alérgicas en la piel, dolores de cabeza y náuseas, quizá no lo hubieran hecho.