Es una verdad geométrica que una línea recta es la que une dos puntos. Esto, más un mapa de la campiña inglesa, dio lugar a la noción de las líneas ley que cruzaban Inglaterra en el siglo XIX y principios del XX. Un anticuario británico, Alfred Watkins, conjeturó que había antiguas carreteras rectas que unían lugares sagrados de la campiña británica, y que se podían hallar si se buscaba lo suficiente. Aunque los arqueólogos rechazaron su teoría, señalando que las verdaderas vías antiguas solían ser enrevesadas, los devotos de la Nueva Era la recuperaron en la década de 1960. En lugar de carreteras antiguas, estas "líneas ley" que unían lugares sagrados eran como las venas por las que corrían las energías místicas de la Tierra. Allá donde se cruzaban, había sitios de gran poder espiritual y ctónico, lugares que, si se utilizaban, podían desatar el potencial del entorno y el individuo. Nunca hubo pruebas de que existieran las líneas ley, ya fuera como peculiaridad arqueológica o como fuente de energía mística, y la teoría desapareció poco a poco a medida que cogieron el relevo las nuevas tendencias de la Nueva Era y místicas.
Es una verdad geométrica que una línea recta es la que une dos puntos. Esto, más un mapa de la campiña inglesa, dio lugar a la noción de las líneas ley que cruzaban Inglaterra en el siglo XIX y principios del XX. Un anticuario británico, Alfred Watkins, conjeturó que había antiguas carreteras rectas que unían lugares sagrados de la campiña británica, y que se podían hallar si se buscaba lo suficiente. Aunque los arqueólogos rechazaron su teoría, señalando que las verdaderas vías antiguas solían ser enrevesadas, los devotos de la Nueva Era la recuperaron en la década de 1960. En lugar de carreteras antiguas, estas "líneas ley" que unían lugares sagrados eran como las venas por las que corrían las energías místicas de la Tierra. Allá donde se cruzaban, había sitios de gran poder espiritual y ctónico, lugares que, si se utilizaban, podían desatar el potencial del entorno y el individuo. Nunca hubo pruebas de que existieran las líneas ley, ya fuera como peculiaridad arqueológica o como fuente de energía mística, y la teoría desapareció poco a poco a medida que cogieron el relevo las nuevas tendencias de la Nueva Era y místicas.