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Ayutthaya
Habilidad exclusiva

Ciudad-estado cultural

1 Enviado : +2 a Cultura en la capital .
3 Enviados : +2 a Cultura en todos los Anfiteatros.
6 Enviados : +2 a Cultura en todos los Museos de arte y Museos arqueológicos.

Bonificación suzerana de Ayutthaya

Se obtiene una cantidad de Cultura equivalente al 10% del precio de construcción al finalizar edificios.

Contexto histórico
A medida que el Imperio jémer declinaba durante el siglo XIV, las tierras que dominaba comenzaron a hacerse valer. En el valle del Chao Phraya –en la actual Tailandia–, una serie de ciudades-estado del budismo theravada llamadas "mueang" (habitadas por pueblos de habla tailandesa y lao) comenzaron a separarse de los jemeres y reivindicar su independencia lingüística y cultural, pero conservando la religión, las tradiciones regias y muchas otras características culturales y legales de los jemeres. Las mueang eran "estados mandala", reinos sin fronteras definidas pero centrados en una ciudad que enfatizaba la belleza, los logros artísticos y una actitud cosmopolita. Para entenderlo, hay que pensar en los países de ese momento no como en las piezas definidas de un puzle que vemos en el mapa de hoy en día (ni las civilizaciones bien delimitadas de la partida actual), sino como imanes que atraen a personas y poder del entorno. El poder y el dinero les llegaban a través de los monopolios reales de ciertos bienes, en especial la porcelana o el incienso (el nombre de Vientiane, una "mueang" de Laos de la época, significa "ciudad de sándalo").

Una vez que las mueang se liberaron de los jemeres, guerrearon entre ellas. Y, durante los siglos XIV y XV, una se impuso. Ayutthaya, que lleva el nombre de la ciudad de la epopeya hindú del Rāmāyana (Ramkhian, en tailandés), se convirtió primero en el centro de la llanura del río Chao Phraya y, más tarde, en una potencia importante en el continente del sudeste asiático que los viajeros europeos compararon con la India y China. Durante su auge, Ayutthaya luchó con medios diplomáticos y militares con sus vecinos, especialmente los birmanos, que conquistaron Ayutthaya en el siglo XVI, pero fueron rechazados por el ambicioso rey guerrero Naresuan. Aunque Ayutthaya también sabía atacar: en su apogeo, Camboya, partes de Malasia y Laos estuvieron controladas por los reyes de Ayutthaya.

La ciudad floreció en el siglo XVII, y algunos viajeros llamaron al reino con un nombre que encontramos más familiar: Siam (derivado de una palabra jémer o, posiblemente, un término chino). Los reyes de Ayutthaya sentían curiosidad por el mundo y estaban abiertos a él, y tuvieron consejeros japoneses, árabes y europeos para ayudarlos a navegar por el intrincado reino de la diplomacia internacional. La propia ciudad, situada en una isla en el medio del río Chao Phraya, era grande para aquellos tiempos –pues contaba aproximadamente con un cuarto de millón de habitantes– y tenía una naturaleza cosmopolita y políglota (se establecieron comunidades de japoneses, chinos y europeos en la ciudad que se mezclaron con los lugareños). Los roles de cada género también eran relativamente progresistas en comparación con Asia oriental, Asia meridional o Europa. Un viajero chino comentó que "es costumbre [siamesa] que todos los asuntos los lleven sus esposas", y Alexander Hamilton señaló que las "mujeres en Siam son las únicas comerciantes que adquieren artículos".

Ayutthaya no tuvo un lento declive; se estrelló. Para ser exactos, se estrelló contra el ejército birmano, una vez más. En 1767, los birmanos saquearon Ayutthaya, la destruyeron, se llevaron el oro de sus templos y a muchos de sus hábiles artesanos, y prendieron fuego a la mayor parte de la ciudad. Siam se reconstruyó algunos años después más al sur, en una ciudad llamada (en parte) Krung Thep, que los extranjeros llamaban Bangkok. Hoy, Siam (Tailandia) sigue siendo el único país de la zona al que no ha colonizado una potencia europea, formalmente.
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Tipos de ciudades-estado

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Cultural
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Cultural
Habilidad exclusiva

Ciudad-estado cultural

1 Enviado : +2 a Cultura en la capital .
3 Enviados : +2 a Cultura en todos los Anfiteatros.
6 Enviados : +2 a Cultura en todos los Museos de arte y Museos arqueológicos.

Bonificación suzerana de Ayutthaya

Se obtiene una cantidad de Cultura equivalente al 10% del precio de construcción al finalizar edificios.

Contexto histórico
A medida que el Imperio jémer declinaba durante el siglo XIV, las tierras que dominaba comenzaron a hacerse valer. En el valle del Chao Phraya –en la actual Tailandia–, una serie de ciudades-estado del budismo theravada llamadas "mueang" (habitadas por pueblos de habla tailandesa y lao) comenzaron a separarse de los jemeres y reivindicar su independencia lingüística y cultural, pero conservando la religión, las tradiciones regias y muchas otras características culturales y legales de los jemeres. Las mueang eran "estados mandala", reinos sin fronteras definidas pero centrados en una ciudad que enfatizaba la belleza, los logros artísticos y una actitud cosmopolita. Para entenderlo, hay que pensar en los países de ese momento no como en las piezas definidas de un puzle que vemos en el mapa de hoy en día (ni las civilizaciones bien delimitadas de la partida actual), sino como imanes que atraen a personas y poder del entorno. El poder y el dinero les llegaban a través de los monopolios reales de ciertos bienes, en especial la porcelana o el incienso (el nombre de Vientiane, una "mueang" de Laos de la época, significa "ciudad de sándalo").

Una vez que las mueang se liberaron de los jemeres, guerrearon entre ellas. Y, durante los siglos XIV y XV, una se impuso. Ayutthaya, que lleva el nombre de la ciudad de la epopeya hindú del Rāmāyana (Ramkhian, en tailandés), se convirtió primero en el centro de la llanura del río Chao Phraya y, más tarde, en una potencia importante en el continente del sudeste asiático que los viajeros europeos compararon con la India y China. Durante su auge, Ayutthaya luchó con medios diplomáticos y militares con sus vecinos, especialmente los birmanos, que conquistaron Ayutthaya en el siglo XVI, pero fueron rechazados por el ambicioso rey guerrero Naresuan. Aunque Ayutthaya también sabía atacar: en su apogeo, Camboya, partes de Malasia y Laos estuvieron controladas por los reyes de Ayutthaya.

La ciudad floreció en el siglo XVII, y algunos viajeros llamaron al reino con un nombre que encontramos más familiar: Siam (derivado de una palabra jémer o, posiblemente, un término chino). Los reyes de Ayutthaya sentían curiosidad por el mundo y estaban abiertos a él, y tuvieron consejeros japoneses, árabes y europeos para ayudarlos a navegar por el intrincado reino de la diplomacia internacional. La propia ciudad, situada en una isla en el medio del río Chao Phraya, era grande para aquellos tiempos –pues contaba aproximadamente con un cuarto de millón de habitantes– y tenía una naturaleza cosmopolita y políglota (se establecieron comunidades de japoneses, chinos y europeos en la ciudad que se mezclaron con los lugareños). Los roles de cada género también eran relativamente progresistas en comparación con Asia oriental, Asia meridional o Europa. Un viajero chino comentó que "es costumbre [siamesa] que todos los asuntos los lleven sus esposas", y Alexander Hamilton señaló que las "mujeres en Siam son las únicas comerciantes que adquieren artículos".

Ayutthaya no tuvo un lento declive; se estrelló. Para ser exactos, se estrelló contra el ejército birmano, una vez más. En 1767, los birmanos saquearon Ayutthaya, la destruyeron, se llevaron el oro de sus templos y a muchos de sus hábiles artesanos, y prendieron fuego a la mayor parte de la ciudad. Siam se reconstruyó algunos años después más al sur, en una ciudad llamada (en parte) Krung Thep, que los extranjeros llamaban Bangkok. Hoy, Siam (Tailandia) sigue siendo el único país de la zona al que no ha colonizado una potencia europea, formalmente.
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