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Legado teocrático
Descripción
+5 a la Fuerza religiosa en combate teológico.
+0,5 a Fe por Ciudadano en ciudades con Gobernadores .
Contexto histórico
La idea principal de todas las teocracias, independientemente de su religión, es "la voluntad de Dios". Se trata de una forma de gobierno en la cual la autoridad emana de una deidad y es ejercida por un representante que interpreta su "palabra" para el pueblo. En una teocracia pura, el líder tiene una conexión directa con Dios: Moisés para los israelitas, Mahoma para los árabes, Joseph Smith para el estado de Deseret, el papa para El Vaticano o el ayatolá para la República Islámica de Irán. Sin embargo, a lo largo de la historia, casi todos los ejemplos de "gobiernos de Dios" han sido cuasiteocracias en las cuales el líder es un semidiós o puede alegar un mandato divino para gobernar. En estos casos, la separación de la Iglesia y el Estado es una herejía, y todo el mundo sabe qué pasa con los herejes.

En el antiguo Egipto, el faraón era considerado un semidiós, igual que el emperador lo era para los aztecas. En otras ocasiones, la conexión del gobernante con lo divino era más tenue, pero resultaba eficaz para asegurar la obediencia del pueblo. Las teocracias suelen tener un alto componente de patriotismo (combatir por el país en tiempos de guerra es una obligación civil y una cuestión de fe), estar bien organizadas y ser muy productivas (una vez más, cuestión de fe). Por otro lado, son estrictas y tardan en reaccionar en momentos de crisis, lo que acaba provocando su colapso.
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Requisitos

Gobierno
No se puede asignar estando en y se desbloquea con
icon_government_theocracy
Teocracia
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Descripción
+5 a la Fuerza religiosa en combate teológico.
+0,5 a Fe por Ciudadano en ciudades con Gobernadores .

Requisitos

Gobierno
No se puede asignar estando en y se desbloquea con
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Teocracia
Contexto histórico
La idea principal de todas las teocracias, independientemente de su religión, es "la voluntad de Dios". Se trata de una forma de gobierno en la cual la autoridad emana de una deidad y es ejercida por un representante que interpreta su "palabra" para el pueblo. En una teocracia pura, el líder tiene una conexión directa con Dios: Moisés para los israelitas, Mahoma para los árabes, Joseph Smith para el estado de Deseret, el papa para El Vaticano o el ayatolá para la República Islámica de Irán. Sin embargo, a lo largo de la historia, casi todos los ejemplos de "gobiernos de Dios" han sido cuasiteocracias en las cuales el líder es un semidiós o puede alegar un mandato divino para gobernar. En estos casos, la separación de la Iglesia y el Estado es una herejía, y todo el mundo sabe qué pasa con los herejes.

En el antiguo Egipto, el faraón era considerado un semidiós, igual que el emperador lo era para los aztecas. En otras ocasiones, la conexión del gobernante con lo divino era más tenue, pero resultaba eficaz para asegurar la obediencia del pueblo. Las teocracias suelen tener un alto componente de patriotismo (combatir por el país en tiempos de guerra es una obligación civil y una cuestión de fe), estar bien organizadas y ser muy productivas (una vez más, cuestión de fe). Por otro lado, son estrictas y tardan en reaccionar en momentos de crisis, lo que acaba provocando su colapso.
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