Permite la compra de Misioneros. Los Misioneros solo pueden comprarse con Fe .
Contexto histórico
No hay nada como un santuario para complacer a un dios (o a una diosa). Ya sean sencillos (una piedra gigante en el bosque al lado de un arroyo) o complejos (un edificio de mármol con arcos elevados y columnas estriadas) su finalidad siempre es la misma: ofrecer a los fieles un sitio al que peregrinar y donde realizar ofrendas. Los paisajes de la civilización están repletos de santuarios en lugares en los que un profeta o un santo obraron un milagro, tuvieron una revelación, hablaron a las masas o ascendieron a alguna clase de cielo. Estos lugares sagrados están presentes en casi todas las religiones, pero se suelen derruir cuando una religión nueva reemplaza a la local y se debe apaciguar a un nuevo dios.
Permite la compra de Misioneros. Los Misioneros solo pueden comprarse con Fe .
Contexto histórico
No hay nada como un santuario para complacer a un dios (o a una diosa). Ya sean sencillos (una piedra gigante en el bosque al lado de un arroyo) o complejos (un edificio de mármol con arcos elevados y columnas estriadas) su finalidad siempre es la misma: ofrecer a los fieles un sitio al que peregrinar y donde realizar ofrendas. Los paisajes de la civilización están repletos de santuarios en lugares en los que un profeta o un santo obraron un milagro, tuvieron una revelación, hablaron a las masas o ascendieron a alguna clase de cielo. Estos lugares sagrados están presentes en casi todas las religiones, pero se suelen derruir cuando una religión nueva reemplaza a la local y se debe apaciguar a un nuevo dios.