Los monasterios budistas de Camboya, Tailandia y Laos se denominan "wats" ("recinto" en sánscrito), y son tanto lugares de culto como escuelas. Un wat se compone de un templo en el que hay estatuas de Buda, una sala de oración, una sala con textos religiosos, un pabellón donde relajarse, una biblioteca, un aula de estudios, campanarios, una torre del tambor y dormitorios. Existen dos tipos de wats: los que cuentan con el amparo del rey (wisungkhamasima) y los que no (samnak song). Se encuentran presentes en todo el sureste asiático y su estilo arquitectónico es tan variado como los habitantes de la región, aunque todos coinciden en que los aposentos de los monjes y novicios siempre están separados de las zonas sagradas. Los wats, con sus múltiples adornos y motivos dorados, son algunas de las construcciones más distintivas e históricas de la región, siendo uno de los más famosos el construido a principios del siglo XII por el rey Suryavarman II en Angkor, Camboya.
Los monasterios budistas de Camboya, Tailandia y Laos se denominan "wats" ("recinto" en sánscrito), y son tanto lugares de culto como escuelas. Un wat se compone de un templo en el que hay estatuas de Buda, una sala de oración, una sala con textos religiosos, un pabellón donde relajarse, una biblioteca, un aula de estudios, campanarios, una torre del tambor y dormitorios. Existen dos tipos de wats: los que cuentan con el amparo del rey (wisungkhamasima) y los que no (samnak song). Se encuentran presentes en todo el sureste asiático y su estilo arquitectónico es tan variado como los habitantes de la región, aunque todos coinciden en que los aposentos de los monjes y novicios siempre están separados de las zonas sagradas. Los wats, con sus múltiples adornos y motivos dorados, son algunas de las construcciones más distintivas e históricas de la región, siendo uno de los más famosos el construido a principios del siglo XII por el rey Suryavarman II en Angkor, Camboya.