Cuando ya había una Iglesia católica en todos los cruces de caminos de Italia, algunos obispos decidieron que necesitaban algo más grandioso como cátedra de las diócesis o los episcopados, y así nacieron las catedrales (del término latino "cathedra", que significa "cátedra" o "silla"). Su concepto se remonta al año 313 con la conversión del emperador Constantino, por la que el cristianismo pasa de ser una fe menor a convertirse en la religión de Roma, y los obispos aceptan, de manera más o menos voluntaria, ser magistrados por todo el imperio. Como los antiguos magistrados romanos presidían desde un trono en un salón repleto de decoraciones (basílica), los obispos (que nunca antes se habían sentado para presidir su congregación) no tardaron en empezar a levantar catedrales, unas construcciones grandiosas diseñadas para impresionar a la plebe con la gloria de Dios. Tanto con dinero como con mano de obra y materiales "donados" por los fieles, su construcción podía durar una eternidad... pero son algunas de las estructuras más impresionantes de toda la civilización. La primera catedral fue la de Aquilea, alrededor del año 319, y siguen construyéndola a día de hoy.
Cuando ya había una Iglesia católica en todos los cruces de caminos de Italia, algunos obispos decidieron que necesitaban algo más grandioso como cátedra de las diócesis o los episcopados, y así nacieron las catedrales (del término latino "cathedra", que significa "cátedra" o "silla"). Su concepto se remonta al año 313 con la conversión del emperador Constantino, por la que el cristianismo pasa de ser una fe menor a convertirse en la religión de Roma, y los obispos aceptan, de manera más o menos voluntaria, ser magistrados por todo el imperio. Como los antiguos magistrados romanos presidían desde un trono en un salón repleto de decoraciones (basílica), los obispos (que nunca antes se habían sentado para presidir su congregación) no tardaron en empezar a levantar catedrales, unas construcciones grandiosas diseñadas para impresionar a la plebe con la gloria de Dios. Tanto con dinero como con mano de obra y materiales "donados" por los fieles, su construcción podía durar una eternidad... pero son algunas de las estructuras más impresionantes de toda la civilización. La primera catedral fue la de Aquilea, alrededor del año 319, y siguen construyéndola a día de hoy.