Y los cazas llenaron los cielos... bueno, con el tiempo. Los aviones de combate se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial para combatir los dirigibles, globos, aviones de reconocimiento y bombarderos que llenaban el espacio aéreo del campo de batalla. Pequeños, lentos, frágiles y con armas ligeras (para los estándares posteriores), estos primeros cazas –los primeros pilotos "de persecución" utilizaban de todo, desde granadas hasta garfios para intentar derribar los aeroplanos enemigos– se volvieron efectivos en su cometido de matar cuando Anthony Fokker diseñó el "stangensteuerung" (mecanismo sincronizador) en 1915 y lo montó en el Eindecker alemán, lo que lo convirtió en el caza más temido del momento. Hacia el final de la guerra, miles de cazas habían tomado los cielos... y habían sido derribados a cientos. En la Segunda Guerra Mundial, los cazas eran por lo general monoplanos metálicos y tenían todo tipo de cometidos: ametrallar y bombardear objetivos terrestres, interceptar o proteger los bombarderos, patrullar sobre recursos vitales, misiones de reconocimiento y, por supuesto, derribarse unos a otros. Los cazas a reacción modernos son aún más rápidos y van mejor armados que los añejos aviones de la Segunda Guerra Mundial, pero las misiones no han cambiado mucho.
Coste básico del recurso: 1 Aluminio (a velocidad normal)
Coste de adquisición
Coste básico: 2080 Oro
Costes de mantenimiento
Coste básico: 7 Oro
Consume 1 de Aluminio por turno
Descripción
Mejora de Biplano de la Era Atómica.
Contexto histórico
Y los cazas llenaron los cielos... bueno, con el tiempo. Los aviones de combate se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial para combatir los dirigibles, globos, aviones de reconocimiento y bombarderos que llenaban el espacio aéreo del campo de batalla. Pequeños, lentos, frágiles y con armas ligeras (para los estándares posteriores), estos primeros cazas –los primeros pilotos "de persecución" utilizaban de todo, desde granadas hasta garfios para intentar derribar los aeroplanos enemigos– se volvieron efectivos en su cometido de matar cuando Anthony Fokker diseñó el "stangensteuerung" (mecanismo sincronizador) en 1915 y lo montó en el Eindecker alemán, lo que lo convirtió en el caza más temido del momento. Hacia el final de la guerra, miles de cazas habían tomado los cielos... y habían sido derribados a cientos. En la Segunda Guerra Mundial, los cazas eran por lo general monoplanos metálicos y tenían todo tipo de cometidos: ametrallar y bombardear objetivos terrestres, interceptar o proteger los bombarderos, patrullar sobre recursos vitales, misiones de reconocimiento y, por supuesto, derribarse unos a otros. Los cazas a reacción modernos son aún más rápidos y van mejor armados que los añejos aviones de la Segunda Guerra Mundial, pero las misiones no han cambiado mucho.