Hasta la Edad Media, la "táctica" se limitó principalmente a correr hacia el enemigo en un asalto frontal, salpicada de vez en cuando con algunas maniobras de flanqueo de las líneas enemigas o la decisión de cuándo enviar a la caballería para encargarse de los supervivientes. Lo que no quiere decir que a algunas civilizaciones no se les diera muy bien todo esto, como fue el caso de los acadios, los asirios, los macedonios, los romanos, los gupta y la dinastía Han. Así evolucionaron las "siete maniobras clásicas" de la táctica: penetración del centro, ataque desde una posición defensiva, envolvimiento simple, doble envolvimiento (o pinza), ataque en orden oblicuo, retirada fingida y aproximación indirecta.
A finales del siglo IV d. C., Vegecio escribió "Epitoma rei militaris", obra considerada por algunos historiadores como "la biblia de la guerra durante la Edad Media". Una de las cinco partes principales de este trabajo se centraba en tácticas de campo y hacía hincapié en el papel de la infantería y los arqueros, porque eran más baratos que la caballería y podían atacar a través de cualquier tipo de terreno. Aparecieron unas 200 versiones de la obra, que se tradujo a todos los idiomas europeos. Pero las tácticas europeas se vieron obligadas a evolucionar cuando los árabes, mongoles y turcos no prestaron mucha atención a las ideas de Vegecio sobre la caballería.
La táctica sufrió otro cambio de paradigma cuando la pólvora apareció en el campo de batalla. La guerra con estas nuevas armas llegó a su auge en las guerras napoleónicas, que asentó los principios de la táctica que dominarían la guerra hasta que la invención de las ametralladoras, el alambre de espino, los gases venenosos, los tanques y los aviones los puso en entredicho debido a la Primera Guerra Mundial. Las tácticas napoleónicas se centraban en las formaciones y en la maniobra de líneas, columnas y cuadros, así como en la fusión de infantería, caballería y artillería en ramas de apoyo e integradas. Y todo era muy elegante.
Pero la Primera Guerra Mundial, y sobre todo la Segunda, lo cambiaron todo. Los alemanes desarrollaron la guerra relámpago; los británicos, las operaciones de comandos; los estadounidenses, los ataques aéreos; y los soviéticos simplemente se abrieron camino como un rodillo. En el campo de batalla móvil, las viejas tácticas aceptadas se vieron obligadas a dar paso a la "feuerkampf" (tiroteo) entre escuadrones y pelotones.
Y todo esto ni siquiera toca la historia de las tácticas navales, cuando los trirremes dieron paso a los buques de guerra hasta llegar a los dreadnaughts y los acorazados...
"Táctica significa hacer lo que se pueda con lo que se tiene". – Saul Alinsky
"La estrategia requiere pensar; la táctica, observar". – Max Euwe
Hasta la Edad Media, la "táctica" se limitó principalmente a correr hacia el enemigo en un asalto frontal, salpicada de vez en cuando con algunas maniobras de flanqueo de las líneas enemigas o la decisión de cuándo enviar a la caballería para encargarse de los supervivientes. Lo que no quiere decir que a algunas civilizaciones no se les diera muy bien todo esto, como fue el caso de los acadios, los asirios, los macedonios, los romanos, los gupta y la dinastía Han. Así evolucionaron las "siete maniobras clásicas" de la táctica: penetración del centro, ataque desde una posición defensiva, envolvimiento simple, doble envolvimiento (o pinza), ataque en orden oblicuo, retirada fingida y aproximación indirecta.
A finales del siglo IV d. C., Vegecio escribió "Epitoma rei militaris", obra considerada por algunos historiadores como "la biblia de la guerra durante la Edad Media". Una de las cinco partes principales de este trabajo se centraba en tácticas de campo y hacía hincapié en el papel de la infantería y los arqueros, porque eran más baratos que la caballería y podían atacar a través de cualquier tipo de terreno. Aparecieron unas 200 versiones de la obra, que se tradujo a todos los idiomas europeos. Pero las tácticas europeas se vieron obligadas a evolucionar cuando los árabes, mongoles y turcos no prestaron mucha atención a las ideas de Vegecio sobre la caballería.
La táctica sufrió otro cambio de paradigma cuando la pólvora apareció en el campo de batalla. La guerra con estas nuevas armas llegó a su auge en las guerras napoleónicas, que asentó los principios de la táctica que dominarían la guerra hasta que la invención de las ametralladoras, el alambre de espino, los gases venenosos, los tanques y los aviones los puso en entredicho debido a la Primera Guerra Mundial. Las tácticas napoleónicas se centraban en las formaciones y en la maniobra de líneas, columnas y cuadros, así como en la fusión de infantería, caballería y artillería en ramas de apoyo e integradas. Y todo era muy elegante.
Pero la Primera Guerra Mundial, y sobre todo la Segunda, lo cambiaron todo. Los alemanes desarrollaron la guerra relámpago; los británicos, las operaciones de comandos; los estadounidenses, los ataques aéreos; y los soviéticos simplemente se abrieron camino como un rodillo. En el campo de batalla móvil, las viejas tácticas aceptadas se vieron obligadas a dar paso a la "feuerkampf" (tiroteo) entre escuadrones y pelotones.
Y todo esto ni siquiera toca la historia de las tácticas navales, cuando los trirremes dieron paso a los buques de guerra hasta llegar a los dreadnaughts y los acorazados...
"Táctica significa hacer lo que se pueda con lo que se tiene". – Saul Alinsky
"La estrategia requiere pensar; la táctica, observar". – Max Euwe