Aunque ya existían los prestamistas y las tesorerías (al fin y al cabo, el dinero es lo que mueve el mundo), la banca nace a principios del Renacimiento en las ciudades ricas del norte de Italia, como Génova, Venecia, Florencia, Siena o Lucca. Durante el siglo XIV, los Bardi, de Medici, Peruzzi, Cerchi, Gondi y otras familias adineradas y avariciosas controlaban la banca comercial de sus ciudades-estado y abrían sucursales por toda Europa. El banco en funcionamiento más antiguo es el Monte dei Paschi de Siena, que no ha interrumpido su actividad desde 1472. La banca se propagó por el Sacro Imperio romano y las naciones del norte de Europa alrededor de 1600, y la práctica fue extendida por los europeos cuando partieron a colonizar el mundo. Aunque los pormenores han cambiado radicalmente con la tecnología, la idea inicial de obtener beneficios sigue siendo la misma: comisiones en cuentas corrientes y de ahorro, préstamos, tarjetas de crédito, cambio de divisas, gestión de fondos, etc.
Aunque ya existían los prestamistas y las tesorerías (al fin y al cabo, el dinero es lo que mueve el mundo), la banca nace a principios del Renacimiento en las ciudades ricas del norte de Italia, como Génova, Venecia, Florencia, Siena o Lucca. Durante el siglo XIV, los Bardi, de Medici, Peruzzi, Cerchi, Gondi y otras familias adineradas y avariciosas controlaban la banca comercial de sus ciudades-estado y abrían sucursales por toda Europa. El banco en funcionamiento más antiguo es el Monte dei Paschi de Siena, que no ha interrumpido su actividad desde 1472. La banca se propagó por el Sacro Imperio romano y las naciones del norte de Europa alrededor de 1600, y la práctica fue extendida por los europeos cuando partieron a colonizar el mundo. Aunque los pormenores han cambiado radicalmente con la tecnología, la idea inicial de obtener beneficios sigue siendo la misma: comisiones en cuentas corrientes y de ahorro, préstamos, tarjetas de crédito, cambio de divisas, gestión de fondos, etc.