Contrarresto de la Era de la Información contra unidades de Caballería.

La Primera Guerra Mundial ya supuso un aviso de que los carros blindados (cuando se resolvieran todos los problemas técnicos) dominarían el campo de batalla del s. XX. Y las operaciones de la guerra relámpago alemana durante los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial lo confirmaron. Aunque los cañones antitanque eran deseables para detener a los blindados enemigos, en los fluidos campos de batalla de aquella guerra los pobres soldados necesitaban algo más inmediato que esperar a que esos cañones llegaran, se desplegaran y empezaran a disparar. Así se desarrollaron los MPATS (siglas inglesas de "sistemas antiblindados portátiles"). Al final de la primera "guerra para acabar con todas las guerras" ya se utilizaban fusiles antitanque. El desarrollo posterior se convertiría en una carrera entre mejores blindajes y mejores MPATS. La segunda guerra supuso fusiles antitanque todavía mejores, lanzacohetes (RPG, por sus siglas inglesas), bazucas y panzerschreck, fusiles sin retroceso y, finalmente (al terminar el conflicto), la aparición de misiles antitanque portátiles, como el Javelin estadounidense o el Kornet ruso. De repente, el campo de batalla se volvió peligroso para esos colosos blindados.