Hay "ricos"... y luego está John D. Rockefeller. Cofundador de la Standard Oil Company en 1870, a mediados de la década de 1880 controlaba el 90% de todas las refinerías y oleoductos de los Estados Unidos. En 1911, el Tribunal Supremo consideró que la Standard Oil violaba las leyes antimonopolio y le ordenó que la disolviera, pero eso no frenó mucho a John D. Según su declaración de la renta de 1918, Rockefeller ganó alrededor de 1,5 mil millones de dólares ese año, más o menos un 2% de la riqueza total del país. A su muerte, se estima que tenía una fortuna equivalente a 341 mil millones de dólares.

Nacido en julio de 1839 en Richford, era el hijo mayor de William Rockefeller, del que se sabe que era un vendedor ambulante o un estafador. John, trabajador incansable, ganó dinero criando pavos, vendiendo patatas y dulces, haciendo trabajos ocasionales e incluso prestando pequeñas sumas a sus vecinos a intereses bajos. Y aprendió a ser astuto; su padre una vez se jactó diciendo "hago trampas a mis hijos siempre que puedo". En 1853, John hizo un cursillo en el Folsom Commercial College y se convirtió en ayudante de contable.

En 1859, Rockefeller y Maurice Clark reunieron cuatro mil dólares y abrieron su propia empresa, dedicada al comercio de alimentos al por mayor. En 1863, John D. y sus socios entraron en el negocio del petróleo. Construyeron una refinería de petróleo en la zona industrial de Cleveland conocida como "The Flats" ("las Planicies"). John, que controlaba la empresa, descubrió formas innovadoras de reinvertir las ganancias, contener los costes e incluso de vender los subproductos residuales de las refinerías. En 1870, compró la parte de sus socios y constituyó la Standard Oil Company. Gracias a una coyuntura económica favorable y a su propia "visión para los negocios" (un término cortés para las prácticas sin escrúpulos), esta pronto dominaría el mercado. Después de la disolución de la Standard Oil, pasó sus últimos años dedicado a la filantropía y murió en 1937.