Las mejoras de Campamentos reciben un +1 a la Producción y un +1 a Alimentos . Se pueden construir Aserraderos en Selvas tropicales.
Contexto histórico
A principios del siglo XVII, España, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Rusia y otras potencias europeas necesitaban financiar sus imperios, y para gozar de una buena economía nacional, establecieron un sistema conocido como "mercantilismo". A todos los efectos, las colonias eran la "gallina de los huevos de oro" de la madre patria. Por motivos evidentes, se hizo muy popular entre los monarcas absolutistas y sus súbditos (al menos los que estaban en la metrópoli) y fue la práctica económica dominante entre los siglos XVI y XVIII. Básicamente, la Corona limitaba a las colonias los artículos que podían producir, los barcos que podían usar, con quién podían comerciar y cobraba impuestos por todo.
Los británicos perfeccionaron el mercantilismo para hacer frente a los elevados costes de las tropas y los barcos que enviaban para defender y dominar las colonias que tenían por todo el mundo. Durante décadas, el gobierno británico adoptó una postura beneficiosa pero negligente con la aprobación de leyes para regular el comercio colonial que no hacía cumplir. Las colonias se beneficiaban con artículos que llegaban de Francia, los Países Bajos, España y sus colonias en América. Sin embargo, tras la Guerra de los Siete Años y otras adversidades, en 1763, la precaria situación económica obligó al Parlamento a tomar medidas para hacer cumplir las restricciones y recaudar los impuestos, e incluso aprobar nuevas leyes como las Leyes de Navegación y las Leyes del Azúcar, que fueron uno de los detonantes de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
Otras naciones europeas adoptaron en mayor o menor medida el mercantilismo, con mayor o menor éxito. Los Países Bajos no tenían mucho interés en limitar el comercio exterior y adoptaron escasas políticas mercantilistas. Durante la Guerra de los Treinta Años, Suecia y Dinamarca aprobaron leyes y tasas comerciales restrictivas para financiar su participación en el conflicto. El Sacro Imperio romano quiso adoptar esta política económica pero era demasiado diverso y estaba muy descentralizado para hacerlo de manera eficaz. Francia adoptó el mercantilismo en 1539 al aprobar un decreto real que prohibía la importación de lanas de España y Flandes y la exportación de lingotes (otro aspecto universal de la economía mercantilista).
El mercantilismo no casaba muy bien con la Revolución Industrial y, hacia 1860, Inglaterra había puesto fin a los últimos vestigios de esta política económica.
"Sin embargo, en una economía de mercado el individuo tiene posibilidad de escapar del poder del Estado". – Peter Berger
"Después de conocer un sistema sin economía de mercado, ahora entiendo mucho mejor lo que me gusta de la economía de mercado". – Esther Dyson
Las mejoras de Campamentos reciben un +1 a la Producción y un +1 a Alimentos . Se pueden construir Aserraderos en Selvas tropicales.
Contexto histórico
A principios del siglo XVII, España, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Rusia y otras potencias europeas necesitaban financiar sus imperios, y para gozar de una buena economía nacional, establecieron un sistema conocido como "mercantilismo". A todos los efectos, las colonias eran la "gallina de los huevos de oro" de la madre patria. Por motivos evidentes, se hizo muy popular entre los monarcas absolutistas y sus súbditos (al menos los que estaban en la metrópoli) y fue la práctica económica dominante entre los siglos XVI y XVIII. Básicamente, la Corona limitaba a las colonias los artículos que podían producir, los barcos que podían usar, con quién podían comerciar y cobraba impuestos por todo.
Los británicos perfeccionaron el mercantilismo para hacer frente a los elevados costes de las tropas y los barcos que enviaban para defender y dominar las colonias que tenían por todo el mundo. Durante décadas, el gobierno británico adoptó una postura beneficiosa pero negligente con la aprobación de leyes para regular el comercio colonial que no hacía cumplir. Las colonias se beneficiaban con artículos que llegaban de Francia, los Países Bajos, España y sus colonias en América. Sin embargo, tras la Guerra de los Siete Años y otras adversidades, en 1763, la precaria situación económica obligó al Parlamento a tomar medidas para hacer cumplir las restricciones y recaudar los impuestos, e incluso aprobar nuevas leyes como las Leyes de Navegación y las Leyes del Azúcar, que fueron uno de los detonantes de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
Otras naciones europeas adoptaron en mayor o menor medida el mercantilismo, con mayor o menor éxito. Los Países Bajos no tenían mucho interés en limitar el comercio exterior y adoptaron escasas políticas mercantilistas. Durante la Guerra de los Treinta Años, Suecia y Dinamarca aprobaron leyes y tasas comerciales restrictivas para financiar su participación en el conflicto. El Sacro Imperio romano quiso adoptar esta política económica pero era demasiado diverso y estaba muy descentralizado para hacerlo de manera eficaz. Francia adoptó el mercantilismo en 1539 al aprobar un decreto real que prohibía la importación de lanas de España y Flandes y la exportación de lingotes (otro aspecto universal de la economía mercantilista).
El mercantilismo no casaba muy bien con la Revolución Industrial y, hacia 1860, Inglaterra había puesto fin a los últimos vestigios de esta política económica.
"Sin embargo, en una economía de mercado el individuo tiene posibilidad de escapar del poder del Estado". – Peter Berger
"Después de conocer un sistema sin economía de mercado, ahora entiendo mucho mejor lo que me gusta de la economía de mercado". – Esther Dyson