Permite embarcar a todas las unidades terrestres.

La construcción naval es la construcción de naves, lógicamente. Los que se dedican a ello perpetúan una profesión que hunde sus raíces en una época anterior a la historia registrada. Las pruebas arqueológicas señalan que los humanos iban de Asia a Borneo ya hace 120 000 años a bordo de naves; y más tarde a Nueva Guinea y Australia, hace unos 50 000 años. En el cuarto milenio a. C., los egipcios construían cascos de barcos con tablones, utilizando clavijas de madera para unirlos y pez para hacerlos estancos. Al otro lado del océano, en la India, los habitantes de Harappa ya utilizaban los primeros muelles de construcción alrededor del 2500 a. C.

Aunque a los fenicios, griegos y cartagineses se les dio bastante bien la construcción naval, la mayor parte de su conocimiento se perdió durante la Edad Media. A excepción de los vikingos, los europeos no se mostraron particularmente hábiles o innovadores. Sin embargo, en China, durante las dinastías Song y Ming, la construcción naval alcanzó su mejor momento y fabricaron barcos de guerra y juncos que arribaron a los mayores puertos de sus tiempos. En el mundo islámico, la construcción naval prosperó en Basra y en Alejandría, donde construían gabarras y falúas que navegaban por las rutas comerciales que iban del Asia Oriental al cabo de las Agujas, en África.

Durante la "Era de los descubrimientos", cuando los europeos se lanzaron a conquistar el mundo, se necesitaron nuevos enfoques en la construcción naval. Los astilleros se convirtieron en grandes complejos industriales (como el Arsenal de Venecia), capaces de producir barcos de un diseño estándar (como la carraca) en cuestión de semanas o incluso días. Durante las guerras napoleónicas ya se construían barcos conforme a planos básicos y estandarizados en astilleros crecientes; los británicos, de hecho, crearon reales atarazanas por todo el mundo para apuntalar sus aspiraciones navales.

Durante la revolución industrial, los avances en el diseño y en los materiales hicieron que se impusieran nuevos métodos de construcción naval por primera vez en siglos. Los enormes barcos de casco de hierro y de acero, como el Great Eastern y el Titanic, y los dreadnaughts modernos comportaron que la mayoría de naves tuvieran que construirse en diques secos cada vez más grandes.