Acumula un 25% menos de hastío bélico de lo normal.

Los psicólogos sociales han estudiado la propaganda y, aunque no puede cambiar las creencias ni las convicciones, puede reforzarlas o provocar dudas. La propaganda comparte algunas técnicas con otros dos fenómenos de los medios de comunicación: la publicidad y las relaciones públicas, y, a veces, es realmente difícil distinguir entre las tres. Aunque la propaganda ha existido desde la invención de la imprenta, la llegada del cine y de las transmisiones de radio y televisión la llevaron a primera plana durante las dos guerras mundiales y la posterior Guerra Fría. Se hizo tan virulenta que las Naciones Unidas añadieron el artículo 20 al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en 1966 para prohibir cualquier propaganda a favor de la guerra, así como cualquier recomendación que pudiera llevar a la violencia.